Todos los días seguía la misma rutina, iba a la universidad y de allí camino a casa, por la tarde a entrenar y, en la noche, estaba contratado de DJ pinchando música en los mejores clubs de la ciudad. La verdad que me movía por círculos altos, en los que, las modas marcaban tendencias.
En esas fiestas iban niños de mamá y papá, con ropa y accesorios caros y donde importaba si venías de familias adineradas. Y yo no me quedaba lejos.Mis padres me decían que no tendría ningún futuro gastarse el dinero en lo que estoy estudiando, la música era el centro de mi vida y a lo que quería dedicarme profesionalmente, pero, mientras tuviera un trabajo para ganarme un dinerillo no me importaba si tenía que pinchar música electrónica o marchosa.
Alguien como yo no está hecho para meterse dentro de cuatro paredes, en una oficina fría y distante, prefería moverme por el ocio nocturno y hacer contactos con gente importante que pudiera promocionarme.Ese día era tan común como todos los demás, en la mañana me levantaba y me daba una ducha rápida, desayunaba algo y cogía la moto para ir a clase. En la universidad, me juntaba con mi mejor amigo de toda la vida, mi querido hermano, que también quería coger otro rumbo para su vida que no estuviera marcado por nuestros padres. Pasábamos mucho tiempo juntos desde niños y cuando se enteró de mi aspiración por la música nos dedicábamos a versionar canciones de nuestros artistas favoritos. Con el paso del tiempo nuestra relación se volvió estrecha y ahora estudiábamos la misma carrera de Imagen y Sonido.
A la hora del almuerzo, comemos juntos con unos amigos suyos del círculo por el que se movía y yo me llevaba bien con ellos. Además, eran los que me facilitaban los locales donde se daban las fiestas universitarias a las que iba a pinchar música. Después, de vuelta a casa con la moto y a descansar un poco antes de pisar el gimnasio. En la tarde, a prepararse y otra vez en moto para ir a entrenar. Allí, hacía mis rutinas de ejercicios para fortalecer y trabajar todo el cuerpo, podía presumir de ello y estaba orgulloso del trabajo que estaba proyectando en los resultados que veía todos los días frente al espejo. De ahí a la ducha, y me vestía más formal para la noche, con una camisa color verde bosque, pantalones de pitillo negros, una chaqueta de cuero, mis collares y unos mocasines grises.
Cuando salía, veía la información de la fiesta que se iba a celebrar y dónde, en el móvil, iba a casa a dejar los trastos de entrenar y me iba, en moto, al sitio en concreto donde me pedían que les echara una mano. Llego a un club un tanto pijo de la ciudad y me presento al equipo de técnicos de sonido, entonces me pongo a trabajar en la mesa de mezclas que había preparada hasta que se empieza a llenar de gente.
Un rato después, veo que mi hermano y sus amigos aparecen por allí entre la multitud de estudiantes, bajo las luces de neón, con sendos vasos hasta arriba de alcohol. Se van acercando a la zona donde estoy y, sin darme cuenta, voy subiendo el volumen de la música, lo que, hace que la multitud se anime. Creo que ellos intentan decirme algo por encima de la música, pero, no conseguía descifrarlo. En ese momento, estaba pinchando un tema pop rock que había salido hace unas semanas, cuando, me llama la atención una cabellera naranja entre la multitud. Creo que me quedé atontado un buen rato, pero, un codazo hace que vuelva a mi trabajo. Era mi hermano. -Hey, hermanito. Que buena fiesta han montado. ¿No crees?-
-Ah, sí. Ya lo creo. ¿Te gusta?- Me hago sonar por encima de la música. -¿Qué si me gusta? Esto es una pasada, chaval.- Me revuelve el cabello oscuro con sus manos. -¿Has visto cuántas muchachas? Esta noche alguna cae, ya verás.- Cómo no, mi hermanito el ligón va a tirarles la caña. -Pues vete espabilando, te estaré observando desde aquí- Le pincho con cariño y veo como va hacia la barra, posiblemente, a entablar conversación con alguna, y a tomar, de paso.
Mi mirada hace un barrido a toda la sala desde el lugar donde estoy. Y observo, de nuevo, una cabellera larga naranja que me llama la atención, qué color tan bonito, esa melena debe ser muy sedosa entre mis dedos... ¿Pero en qué mierdas estoy pensando? Céntrate, Adam.
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Mi conquista sobre ruedas
Teen FictionAdam es ese chico de ojos claros que va en moto a todos lados, estudia por las mañanas y pincha música por las noches en las mejores fiestas que realiza la universidad. Leah es esa chica que le encanta diseñar tatuajes, estudia Diseño Gráfico y quie...