Las tentaciones como tú, merecen pecados como yo.
Emily
El terror, la excitación recorre todo mi cuerpo y lo que lo hace peor aún es su sonrisa descarada y sus ojos grises mirándome sin pestañear ni un solo segundo, es como si su mirada intentara decirme que me va a follar para quemar esta lujuria que siento y no tiene ningún sentido negar que deseo a Cole, que quiero ser su reina y la única mujer que lo toque.
La tristeza, la rabia y los celos me carcomía hace unos momentos cuando escuché a Cole decirle "princesa a otra mujer" el solo pensamiento me calientas las mejillas y hace que me las muerda de los nervios. ¿Cómo diablo iba a saber que con la persona que estaba hablando ahora en la madrugada era su hermana? No me puede culpar, nunca e presenciado un acercamiento de ellos dos y es obvio por lo que me acabo de dar cuenta es importante para Cole.
Cole se levanta, poniéndome de pie al frente de él. Su cuerpo desnudo, bien definido y su piel pálida hace que se vea tan magnético, la luz de la luna me permite ver sus tatuajes y muero por tocarlos.
—Desnúdate.— mi mirada choca con sus ojos nada expresivos, como si se estuviera escondiendo en una cara de Póquer, su cara no trasmite nada, no me deja ver sus intenciones y eso hace que me sienta alerta.
—No me hagas repetírtelo Emily, Se non ti spogli adesso, lo farò, ma il numero di strisce sarà 10.— Mi cuerpo se pone rígido, por supuesto que no entiendo el italiano pero de alguna manera me deja saber el significado de lo que dijo. Toma nota Emily, aprende italiano.
Con manos temblorosas empiezo a desabotonarme la camisa de Cole que llevo puesta y con la mirada baja, mis mejillas queman de la vergüenza.
—Mírame.— gruñe. Mi ojos se encuentra con su mirada.
Cuando la camisa cae al suelo con un ruido sordo, Cole pasa su mirada por todo mi cuerpo con una mirada de hambre. Cole me rodea y queda detrás de mi y la adrenalina sube cuando escucho un cajón abrirse y el sonido de una correa tintinear, no puedo evitar cerrar mis ojos.
—Cole...
—Shhh. Silencioso mi reina, es una pena que tenga que amordazarte cuando lo único que quiero escuchar son tus gritos.— siento el cuerpo rígido de Cole atrás de mi. Aparta mi pelo de una forma delicada, como si tuviera temor de romperme y eso hace que la situación se vea más terrorífica, de alguna maldita forma eso hace que mi torrente sanguíneo pulse y mi corazón esté apunto de salir con cada latido.
—Joder mi reina, puedo sentir el miedo pero a la vez puedo oler tú excitación.— Cole un su nariz en mi pecho.
—Haremos una dinámica Emily.— Cole se separa de mi y se posa enfrente de mi, déjame ver su jodido rostro hermoso.
—¿Cuál?— mi voz sale ronca y mi núcleo duele por que aún no a sido saciado.
—Vas a contar.— Cole me agarra por el cabello inclinándome hacia él y descanso su frente contra la mía.
—Cómo...—Cole besa mis labios, dejándome con ganas de mas cuando separa sus labios de los míos.
—Vas a contar hasta el número cinco, por cada golpe y si llegas olvidar contar y perder la cuenta aumentaré los golpes.
La sonrisa de Cole es perversa al ver mi reacción, en estos momentos verme tan débil lo esta disfrutando demasiado.
—No...— digo tropezando con mis palabras.
—Date la vuelta y acuéstate dejándome ver tu lindo trasero.—Mis ojos se dirigen a la puerta y la risa ronca de Cole llena el espacio— Ni lo pienses mi reina, yo hago las reglas y tú la sigues, acuéstate y date la vuelta.
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Peligroso Deseo +18 [libro 1]
RandomEmily es una chica de bajos recursos que llega a la ciudad de Londres cuando su madre consigue trabajo para la familia Torrance, una de las tres familias más adineradas, no solo de Londres, sino de toda Europa. Ahí es donde conoce a Cole, el hijo he...