54.- Crónicas de una fiesta anunciada I.

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#VIERNEHDEYINYEH

«El día en que su vida social terminaría, Ginger Huff se levantó a las seis treinta de la mañana».

—¡Ginger! Si no te levantas ahora, iré a por ti —gritó mamá mientras —como había hecho costumbre—, me arrastraba por el piso para llegar hasta el armario.
—¡Ya lo sé!
—¡Entonces date prisa!

Gruñí abriendo la puerta y grité al encontrar a Bubba durmiendo ahí.

—Oye... Desgranado, ¿qué rayos haces aquí? —lo bajé para recostarlo en mi cama, de todos modos no iba a contestarme esa pregunta.

Ninguna pregunta, en realidad.

Injusticia es que debía ir a la escuela en mi cumpleaños.

—Oye, Huff, si no bajas en cinco segundos verás.
—¡Estoy en el baño! Si quieres que baje caminando como pato con los pantalones abajo, ¡encantada voy a verte, madre!

Un silencio se oyó; eso significaba que por fin luego de dieciocho años recién cumplidos, le había ganado a mi mamá.
Ginger uno, Bonnie cero.
Esto debe ser un regalo de bendición divina.
Cuando salí del baño, luego de una rápida ducha, me cambié a la velocidad de la luz esperando ver la cara de mi madre ya que la había dejado callada.
Pero no fue así. Fui mas bien yo quién se quedó callada al ver a la abuela sentada junto a mi madre tomando desayuno. Ambas me miraron con la mayor expresión de burla mientras tomaban el té.

—Buenos días madre, buenos días abuela.
—Abuela tu abuela, ya te he dicho que no me llames así. Yo no soy una vieja.
—Hola nana —reí besando su mejilla para luego abrazarla.
—Feliz cumpleaños, bebé —me entregó un pequeño sobre con mi nombre de color rojo escrito en él.
—Gracias nana.
—Feliz cumpleaños, fea —sonrió mamá abrazándome de la manera más tosca.
—Gr—gracias —hablé siendo aplastada por mi progenitora.
—Mi regalo es el simple hecho de haberte dado la vida hace dieciocho años.
—Qué linda —reí y luego me puse seria—, dame mi regalo.
—Materialista, yo no creé a este monstruo pelirrojo —Se quejó entregándome una caja envuelta con un listón de color morado.

Como el sobre de la abuela era dinero, decidí abrir el de mamá.
Era una gran caja, y cuando la abrí solo había mucho papel de colores.

—¿Má? —saqué una pequeña piedra pintada de color naranja.
—No muevas tanto los papeles que después quien los recoge soy yo.
—Pero no hay nada más que esa piedra.
—Busca bien.
—Pero... Ah, ¡aquí está! —saqué el sobre y lo abrí.

"El regalo de la vida va en serio. Disfruta de lo que te regalé".

—¿Y?
—Es una carta diciendo que mi regalo es el regalo de la vida.
—¿No te gustó?
—Sí, pero es raro que me des una caja grande que solo tenga una piedra para hacer peso y que haya un sobre en el que dice algo que ya me dijiste.
—Bien, busca más —rodó los ojos y sonreí buscando que más había.
—Es un... ¿Una invitación a casa de nana?
—Sí, te haré una fiesta, bebé.
—Me... Vas a hacer una fiesta, abuela —hablé confundida mirando a mamá mientras reía bajito.
—Abuela tu a...
—Ya sé, ya sé —reí tomando su mano.
—Sucede que mi madre aquí tan generosa, decidió que sería "genial" organizar una fiesta para ti por tus dieciocho años.
—Má...
—Bebé, lo he planeado todo. Encargué a Kim y Jake para invitar a todos tus amiguitos y aceptaron con gusto —habló Nana mientras terminaba de tomar el té.
—Mis... Amiguitos.

De: Rojita.
Hora: 07:07 am.

«Kimberly...».

De: Kim.
Hora: 07:08 am.

«Ginger, ¿Nana te ha dicho ya? Porque te prometo que quería contarte, pero ellas no me dejaron. Ni siquiera acepté, solo lo dio por hecho».

—Bueno, en realidad si tengo un regalo para ti. Sé que el mejor libro para ti fue True Colors, pero hey... Tal vez conozcas también a estos personajes —rio mamá entregándome un libro
—Gracias, má —la abracé y sonreí— espero que ese personaje no se olvide de mi cumpleaños.
—Ginger, el día recién empieza.
—Lo sé, pero conociéndolo, ya hubiera mandando al menos un mensaje.
—Yo no conozco a ese chiquito, pero pobre de él que te haga llorar.
—Nana —La abracé suspirando y miré hacia el techo.
—El amor es raro.
— La vida tiene maneras muy extrañas de señalarte a quien debes prodigarle tu amor —habló mamá leyendo la parte trasera del libro que me había regalado—. Y eso, a Aileen Parker, le ha quedado más que claro.
—¿Qué libro es ese? —pregunté tomándolo.
—Se llama Dating Who, y ya lo leí. Así que si no lo terminas mañana, te contaré lo que va a suceder —amenazó mamá haciéndome reír.
—Bueno, iré a clases. Debo tomar el autobús, que emoción.
—No creo que sea necesario —mencionó Nana mientras se levantaba y rodaba mi hombro— Voy a dejarte yo.
—¿Eh?
—Claro, te dejo de camino a mi casa. Estás en mi ruta, vamos mi niña. En la tarde tu madre y yo iremos a recogerte.
—Qué... Bien —fingí la mejor sonrisa mientras tomaba mi mochila.

Amaba a mi abuela y para nada me molestaba pasar tiempo con ella. Pero cada vez que la veía, recordaba mis vacaciones siendo estafada por sus viejas amigas en el juego de canastas.

Se recalca la palabra "viejas", por favor.
Además, ¿una fiesta organizada por ella? Dios me ayude.

Como me salga con una fiesta del té con galletitas...

—¡¡Feliz cumpleaños!! —gritaron Kim y Jake mientras invadían mi espacio personal y me dejaban sin aire, un término más conocido para otros humanos como "abrazar".
—Gracias, ya, ¡demasiado amor por hoy! —grité alejándolos mientras reían— ¿Desayunaron azúcar con dinamita o qué?
—¿Qué ocurre contigo? Teníamos a una Ginger más amable los últimos meses —Kim habló rodeando mi hombro.
—No sé a qué te refieres —mencioné entrando al pasillo.
—Estás de malhumor... De nuevo. Solo falta que te margines en una esquina y te pongas a leer True Colors —Jake mencionó caminando a mi lado.
—Vayan a clases, tontos —sonreí abriendo mi casillero mientras mis amigos se alejaban.
—¡Feliz cumple! —chilló una mini rubia a mi lado.
—Hola peque —La saludé besando su mejilla.
—¿Cómo estás? Hace tiempo no hablamos.
—Lo sé, Alai. Con todo esto de que ya falta... Nada para graduarme.
—Sí, Theo también está así —ladeó el labio mirando su celular.
—¿Sabes algo de él?
—No me ha dicho nada. Sigue esperando por los resultados... ¿Te saludó ya?
—Ni siquiera lo recordó —sonreí de lado mirando el piso—, pero bueno. No importa...
—¿Cómo que no? Debo decirle algo a ese tarado.
—No, no le digas nada. Por favor, Alai.
—Pero, ¿por qué? G, él debería saber.
—Exacto, debería. Pero no importa de todos modos. Yo me voy a clases —cerré el casillero y me despedí caminando a clases de biología.
—Feliz cumpleaños, Ginger —saludó Derek pasando a mi lado para luego sentarse en su sitio.

Genial, hasta él lo había recordado.

—Gracias —murmuré sentándome en el ultimo sitio de la fila. Tomé el libro y empecé a leer.

De todos modos Biología no me interesaba en lo absoluto.
Sería un día largo, y una fiesta aún más larga.

Genial.

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PERO CHIME QUÉ ES ESTO.
SHHHHHHHHHHHH.

Voy a subir otro.

Mañana... Pasado mañana...

...No lo sé.

Es que es por una sorpresa. De hecho ya la estoy escribiendo. Por eso decidí cortar el capítulo aquí, ya verán a lo que me refiero.

OH DIOS MÍO, MI CUMPLEAÑOS ES LA PRÓXIMA SEMANA.
¿QUÉ ME VAN A REGALAR? (͡° ͜ʖ ͡°)(͡° ͜ʖ ͡°)
Bueno, no.

jejejejejejejejejejejeje.

Espero que les guste. El título del capítulo tendrá más sentido en el próximo...

TAREA:

¿Creen que Theo llegará a la fiesta?

Baaaaaaai✌

GingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora