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-No me encierres.-pidió ella cuando Elthon estaba por salir de la habitación.
El joven se volvió con gesto triste y se sentó a su lado, acariciando su rostro con suavidad.
-No voy a encerrarte.-susurró. Los ojos rojos de ella le partían el alma. Le dolía. A Emma le dolía. -Esta guerra va a terminarse. ¿Sabes? Y no voy a dejarte cuando eso pase.
-Me gustaría que nunca hubiera iniciado.-dijo ella mientras las lágrimas escapaban de sus ojos.
Él se acercó y la besó con suavidad a la vez que acariciaba su cabello.
Una tos lo hizo apartarse y mirar en dirección a la puerta. Amber se veía sorprendida pero a la vez preocupada.
-Vuelvo en un rato.-susurró en el oído de Emma.-No salgas corriendo otra vez. ¿Si?
Ella asintió y él salió de la habitación en silencio sintiendo una mirada de precaución clavada en su espalda. Amber tenía reparos con la relación.
-¿Están juntos?- preguntó la mujer entrando en la habitación.
-Creo que si.-susurró ella y bajó la vista.
-Pero es algo lindo. ¿Por qué esa cara?- preguntó dándose cuenta de que sus prejuicios podían herirla.
-Papá una vez me hizo prometer que no estaría con nadie hasta que él lo aprobara.
-Ay, pequeña.  Esas son cosas que los padres dicen porque no quieren que sus hijas salgan con otros chicos.
-Me gustaría que mi papá conociera a Elthon. -admitió ella.
Ella la abrazó con suavidad y besó su frente. Era verdad que la diferencia de edad era grande y que había una guerra asesinando gente fuera de esa casa, pero todos merecían cortar con el amor el dolor de una guerra.

-¿Qué pasó? -preguntó Louis cuando Elthon llegó junto a él.
-No encontraba su brazalete. No tiene mas que eso de su familia. Acaba de enterarse que el padre que ella esperaba había fallecido, se siente mal. Esta asustada y se siente mal.
Louis miró hacia la casa con tristeza.
-¿Podrías quedarte con ella? Necesito ayudar a Laurent un rato.
-Ahora voy para allá. -dijo él dejando las herramientas en su lugar. Se encaminó al lugar y escuchó a Amber resoplar en la cocina.
-¿Quién soy yo para quejarme? ¿Y si ella queda embarazada? Yo no podría con eso.-se notaba que discutía consigo misma. -Ellos no deberían estar juntos. Emma es muy chica para él.
Louis se quedó paralizado. ¿De qué hablaba Amber? Subió a la habitación de Emma y la encontró dando vueltas el brazalete en su muñeca. Su pelo negro estaba atado en una colita alta sobre su cabeza y cubría el lado izquierdo de su rostro. Se veía tan chiquita y delicada para ese mundo de guerras y atentados.
-Hola.-dijo acercándose a su lado.
Ella alzó su vista y sonrió suavemente.
-Hola.
-¿Estás bien?- ella asintió con suavidad.-¿Puedo quedarme?- Emma volvió a asentir. Louis se sentó a su lado y entrelazó sus dedos con los de ella.- Vamos a hacer algo ¿Si? No quiero que te quedes acá sola y aburrida. Juguemos a algo ¿Queres?
-¿A qué queres jugar?- preguntó ella mirándolo.
-Al veo-veo.
Emma rió y él igual. Al menos le había sacado una risa. El juego empezó y ella elegía las cosas mas insólitas. Era lindo pasar el tiempo con ella, llenando una casa de risas.
Ninguno de los dos fue consciente del tiempo que pasó hasta que Elthon entró en la habitación. La jornada de trabajo había terminado.
Su mirada se posó en las dos manos entrelazadas y volvió a retirarse con la furia encendiendo sus ojos. No esperaba encontrarlos así.

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