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Camille's Pov's

Búfalo era una ciudad que se había convertido en mi hogar. Mis días estaban llenos de rutinas, amigos cercanos, y un trabajo que amaba. De repente, todo eso se desmoronó cuando el contrato de Dalton con los Bills terminó. El cambio no solo afectó a nuestra vida, sino que me hizo cuestionar todo lo que creía seguro.

Esperamos por varios meses a que algún equipo buscará una nueva incorporación como Tight End, y sorpresivamente una mañana despertamos con la noticia de que los Bengals le ofrecían un contrato de cinco años con posibilidad de renovación, fue inesperado ya que no habíamos recibido algún e-mail o noticia de parte del agente de Dalton, ni siquiera el Head Coach o el Coordinador Ofensivo se comunicaron con él. Pero a pesar de todas las preguntas alrededor de su contratación él no dudo en firma con Cincinnati.

Y de la noche a la mañana vi cómo mi hogar viajaba en un camión de mudanzas a su próximo destino, con mucha tristeza tuve que decirle adiós a mis amigos para acompañar a mi esposo en la nueva etapa de su carrera.

Aunque no lo considero un sacrificio, si me duele dejar a mis seres queridos, en Cincinnati no conozco a nadie, tuve suerte de que la empresa de Buffalo para la que trabajo me permitió transferirme a la corporación en Cincinnati, al menos seguiría ejerciendo mi carrera.

A sido difícil poder adaptarme a la ciudad, estos primeros días he estado sola en la nueva casa, al menos me dejaron elegir una casa bonita en los suburbios, muy al estilo de la serie "Esposas Desesperadas".

Dalton parecía estar cada vez más inmerso en su nueva vida en Cincinnati, perdiéndose en reuniones interminables con su equipo, agentes y patrocinadores. Su dedicación al trabajo era innegable, pero en el proceso, se había alejado de mí. La falta de comunicación y su distancia emocional solo añadían más peso a mi creciente desilusión.

Esta noche será la fiesta de bienvenida que el equipo preparó para Dalton y otros jugadores nuevos, si no hubiera sido porque el agente de Dalton dejó un mensaje en el contestador no sabría de esta reunión, y él no tenía intenciones de contarme.

No tenía mi guardarropas a mano así que tuve que improvisar con la ropa del centro comercial, logre armar un lindo outfit que yo considere acorde a la ocasión, me sentía a gusto y sexy en la ropa que llevaba puesta, no era algo atrevido pero sí resaltaba mi figura. Cuando la mirada de Dalton se detuvo en mi esperé alguna reacción de su parte, pero solo me beso en la mejilla y tomo las llaves del auto para salir.

El trayecto al Country Club se sintió interminable. En el silencio del coche, mi mente estaba en un torbellino de pensamientos. Traté de concentrarme en el hecho de que Dalton estaba simplemente cansado por los cambios, pero en realidad la distancia emocional entre nosotros me pesaba como una losa.

La noche había iniciado bien a pesar de sentirme un poco cohibida por todas las miradas de los presentes, no soy alguien que le guste llamar la atención, pero desde que atravesé el umbral de la puerta me siento como una presa.

Varios jugadores se acercaron a saludarnos, yo no conocía a ninguno, solo sonreía con amabilidad, lo peor era que la mayoría de ellos no habían venido acompañados de sus esposas o novias, volviendo aún más incomoda mi presencia en el lugar.

Me aleje un poco del lado de Dalton para observar el lugar, la mayoría de los presentes eran todos hombres, yo buscaba alguna presencia femenina con la que pudiera entablar una conversación que no se relacione con el fútbol o la política, los únicos dos tópicos que he escuchado esta noche.

Mis plegarias fueron escuchadas cuando pude ver dos cabelleras rubias sentadas en una mesa me acerque hasta ellas pero mis pasos se detuvieron en seco cuando reconocí a la que fue la amante de Dalton, y la otra razón por la que accedí a mover toda mi vida a una ciudad desconocida.

Illicit Affairs | Joe BurrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora