Elizabeth se aleja de mí, con el fin de acercarse a Emma y hacerle pucheros para convencerla.

   —Pero yo estoy muy sola aquí, además, papá también está muy solo. —Elizabeth agarra su rostro—. No nos hagas esto. —dice ella señalandonos—. Mira lo triste que estamos.

   Padre amado.

   No conocía lo manipuladora que puede ser mi hija.

   ¿Dios mio, que he creado?

   Emma empieza a reírse y para mi es entendible. Ni siquiera sabe que contestarle a mi hija.

   —Lo pensaré... —responde Emma colocándole un dedo en los labios de Elizabeth, justamente cuando ella iba cuestionar su decisión—. Ve a cambiarte la ropa y ponte tu pijama.

   Elizabeth le da un beso en la mejilla y se levanta para pasar por mi lado como si fuera un desconocido.

   Auch, ese fue un disparo en el corazón.

   Eso dolió.

   —A veces pienso que me odia o algo así. —expreso de repente, levantándome del suelo rápidamente, para extenderle mi mano a Emma y así poder levantarla del suelo.

   Cuando ambos estamos a la misma altura, nuestros ojos se desvían y nuestras miradas chocan la una con la otra.

   Tensión.

   Hay mucha tensión sexual aquí, pero me haré el loco y me olvidaré que existe hasta que no pueda aguantar más.

   Es que Emma es como una obra de arte, ninguna mujer pueda volverse una copia o réplica, ella es única. Divinamente única y no es mía para poder amarla como me gustaría.

   Muevo mi cabeza hacia los lados tres veces inconscientemente, queriendo borrar mis pensamientos y así volver a la realidad.

   —No te pregunté por tu hermana. ¿Cómo está ella? —me pregunta Emma empezando a caminar hacia la cocina.

   Maldición.

   Estaba evitando pensar en mi hermana.

   Aún no me han llamado para decirme cómo está, eso solo significa que no podré dormir.

   Acaricio mi cabello hacia atrás buscando las palabras adecuadas.

   —Aún no sé nada. Ellos me comentaron que cuando saliera de cirugía, me llamarían, pero no lo han hecho y eso me tiene preocupado. —expreso mientras entro a la cocina y abro la puerta que da con el jardín.

   Sigo caminando hasta llegar a un banco. Le señalo a Emma que se siente a mi lado y ella asiente lentamente.

   Me siento a su lado.

   No tenía en cuenta lo mucho que necesitaba respirar el aire y el olor que emana mi jardín.

   Me siento gratamente feliz y al mismo tiempo triste de estar en la situación en que estoy con mi hermana.

   —¿Buscarás a los que hicieron esto? —pregunta Emma rompiendo el silencio.

   Respiro profundo.

   De eso me encargaré mañana y lo voy a disfrutar demasiado.

   —No hablemos sobre eso... —respondo girando mi rostro para poder verla a los ojos—. Mejor dime ¿cuál es tu flor favorita? —le pregunto.

   Ella me sonríe, claramente vacilando en sí responderme o no.

   —Me gustan los girasoles y esos que están por allá, están preciosos. —expresa ella señalando los girasoles de mi jardín.

   Ver su sonrisa mientras mira las flores me hace ver lo aún más hermosa que es.

   ¿Estoy enamorado?

   Si así se siente el estar enamorado, pues me siento feliz, porque me enamoré de ella.

    —Cierra los ojos... —le ordeno dulcemente.

   Ella rápidamente gira su rostro mirándome expectante a una explicación de mi orden.

   —Me gustaría que cierres los ojos, por favor, castaña. —expreso sonriéndole.

   Ella se sonroja.

   Siiiiii. Se ha sonrojado. No tengo idea porqué, pero me gusta que lo esté.

   Emma respira profundamente y es allí cuando cierra sus ojos.

   Me levanto lentamente del banco y vigilando que ella no abra los ojos, me dirijo hacia el jardín.

   Aun tengo mis ojos puestos en ella. Espero que no los abra.

   Me giro tan solo un segundo para arrancar un girasol y al girarme de nuevo para ver si ha abierto los ojos, encuentro con que están cerrados todavía.

   Le quito la raíz y la echo en la cesta de basura, con el fin de caminar hacia ella. Entonces cuando ya estoy frente a frente de Emma, me arrodillo y extiendo la girasol.

   —Puedes abrir los ojos... —digo nervioso esperando que los abra rápidamente.

   Los abre.

   Automáticamente me ve arrodillado y observa que estoy extendiendole un girasol, se coloca una mano en la boca.

   La he sorprendido.

   —Una flor, para la más bella flor que he conocido y que conoceré en mi vida. —espeto mirándola expectante a una sola palabra que me diga que le ha gustado la pequeña sorpresa improvisada de un momento a otro.

   Ella baja sus manos lentamente hasta colocarlas en su regazo.

   —Yo... están hermosas, gracias... —apenas logra decir.

  Aún está sorprendida.

   —No lo puedo creer, papá. —expresa una voz con indignación y Automáticamente sé que es mi hija.

   Giro mi rostro para encontrármela a mi lado.

  ¿En que momento llegó?
 
   —Eso es lo que pasa cuando uno quiere a las personas, mamá. —le dice Elizabeth a Emma, mientras va abrazarla—. Papá nunca se ha arrodillado para darme una flor y a ti sí, estoy mega super ofendida. —expresa secándose lágrimas que no está botando.

   Ayúdame, Dios.

  
 

  Elizabeth deja que mis amores Emma y Spencer tengan su momento romántico

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  Elizabeth deja que mis amores Emma y Spencer tengan su momento romántico.😭😭😭😭❤️‍🩹

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