Kaedehara Kazuha, the satyr.

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Kazuha soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquél roce en su entrepierna. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero tenía demasiado sueño, no quería abrir los ojos.

O al menos, así fue hasta que distinguió un gemido más... que no era suyo.

Abrió los ojos en el momento preciso que todos los recuerdos de la noche anterior se desbordaron en su mente como una avalancha. Se sobresaltó un poco, abriendo los ojos de golpe y encontrándose con la cabellera de Scaramouche recostada en su pecho cómodamente.

Movió las piernas un poco, notando de inmediato la razón de sus gemidos y los de Scaramouche: ambos tenían las piernas enredadas con las del otro, por lo que era de esperarse que sus entrepiernas quedasen juntas y frotándose constantemente entre sí.

No le tomó demasiado darse cuenta de que no podía moverse, pues los brazos de Scaramouche estaban fuertemente aferrados alrededor de su torso dejándole inmóvil.

Cerró los ojos con fuerza, intentando plantearse una idea de lo que le diría a Scaramouche y cómo éste podría reaccionar ante la historia nada trágica que Kazuha estaba deseando contarle, pues quería que Scaramouche entendiese el porqué de su actitud de siempre y la de anoche.

No iba a ser algo fácil de contar, porque probablemente el menor se reiría de él. Pero Scaramouche le gustaba... y quería intentarlo con él. Por más que eso le costase el autocontrol, deseaba que con el índigo no fuese únicamente algo sexual.

Sintió un par de cosquillas en el cuello y miró hacia abajo, encontrándose con que Scaramouche parecía estar despertando, pues se movía inquieto, por lo que su cabello cosquilleaba en el cuello de Kazuha, quien no pudo reprimir sus impulsos y acarició sus cabellos delicadamente.

Scaramouche paseó sus manos por el abdomen de Kazuha, poniéndole nervioso.

— ¿Scaramouche?

Scaramouche le miró en ese momento y Kazuha temió que pudiese escuchar el inquieto y fuerte latido de su corazón, pues éste se había agitado notablemente al ver la adorable cara de Scaramouche recién despierto, con pequeños y hermosos ojos perezosos medio abiertos, sus labios exquisitos y rosas como siempre y sus cabellos apuntando en todas las direcciones, dándole una apariencia más que preciosa.

— Buenos días, Zuzu — Scaramouche murmuró, trepó hasta quedar sobre Kazuha y le besó en la mejilla —. ¿Cómo dormiste?

Kazuha le miró estupefacto. ¿Acaso había olvidado lo que sucedió en la madrugada? Era cierto que deseaba que Scaramouche recordase cada minucioso detalle, como él lo hacía, pero, de cualquier modo, aún no sabía cómo lidiar con ello. Así que no tenía idea de qué hacer o qué decir.

— B-bien — se limitó a responder, forzando una sonrisa — ¿Y tú, Raiden?

Scaramouche rió, sacudiendo sus hombros y confundiendo al mayor.

— Hace un par de horas estabas: "Scara, me gusta el control, "Scaramouche, cállate", "Scara, eres muy inquieto", Scara, Scara, Scara... — se burló el menor enarcando una ceja. Kazuha enrojeció por completo. Scaramouche apoyó sus manos en el pecho de Kazuha y, en éstas, su cara — Es un poco inverosímil que ahora me digas Raiden.

El mayor se muerde el labio inferior. Debía admitir que se había estado armando de valor para contarle todo a Scaramouche desde hace más de una semana, pero, justo en ese momento, ni una sola palabra era capaz de salir de su boca.

! Falofilia : kazuscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora