Pequeño lobo arrepentido.

107. Rojo sangre.

-No pasa nada, me empapé un poco cuando estaba atrapando los peces en el agua. -Zhang Zhi tembló un poco y frunció el ceño-. ¿Por qué de repente bajó la temperatura?

Hace un momento no hacía tanto frío, pero en solo cinco o seis minutos, la temperatura bajó de la nada. Incluso Qin Chi y Lao Yuan, quienes eran bastante resistentes a todo, también sintieron un poco de frío.

Xie Yu Zhao miró el cielo, y dijo dudoso.

-¿Qué tal si nos vamos por hoy y regresamos mañana?

Todavía había muchos peces frescos en el estanque y se sentía un poco lamentable irse así.

-Volvamos mañana. Los peces se quedarán aquí, no van a huir -dijo Qin Chi preocupado de que Zhang Zhi se congelara, solo quería darse prisa e irse.

Mu Zi miró a su alrededor y susurró.

-Desde hace rato siento que este lugar es bastante siniestro, como si algo fuera a salir de aquí en cualquier momento.

-No digas cosas que asustan -dijo Lao Yuan con olor a pescado mientras se acercaba a Mu Zi y lo agarraba del cuello-. Vamos, volvamos y hagamos que Lao Ba nos prepare una sopa de pescado.

-Quiero comer estofado de pescado. ¿Crees que el estofado pescado con papas sabrá bien? ¿Se puede comer así? -preguntó Mu Zi.

-Eso tendrías que preguntarle a Lao Ba. En general, si quisieras comerte un zombie, él podría cocinártelo.

-Tienes razón. El otro día, Lao Ba estaba babeando mientras miraba a los zombies arrastrados por el agua. Dijo que no sabía cómo sabían los zombies.

Padre e hijo arrastraron muchos peces con ellos y caminaron con los pies en el agua, acercándose al kayak.

Zhang Zhi estaba de pie en el agua poco profunda, agachándose para poner varios peces en la red.

Había tantos peces que sería una lástima perderlos.

A cierta distancia, una gran mancha de color rojo sangre se acercaba lentamente.

Zhang Zhi recogió dos peces y sintió que el agua se hacía cada vez más fría, helada hasta los huesos. Parecía que incluso sus pies en el agua se estaban congelando como dos pilares de hielo.

Qin Chi, que estaba parado a su lado, de repente lo agarró y retrocedió lentamente.

-Zhi-ge, ve con Lao Yuan y los demás, ¡rápido!

Qin Chi rara vez hablaba con tanta urgencia. Zhang Zhi no se atrevió a dudar ni por un momento y se dirigió rápidamente hacia donde estaban los demás con Lao Yuan. Al mismo tiempo, llamó a los hermanos, que estaban recogiendo peces en el agua, para que volvieran rápidamente.

Lao Yuan y Mu Zi ya habían arrastrado el kayak hasta la orilla y estaban contando los peces. Pero al escuchar la voz de Zhang Zhi, Lao Yuan levantó la cabeza, y todo su cuerpo se tensó al instante.

Zhang Zhi fue el primero en llegar a la orilla, seguido de Xie Yu Zhe.

Xie Yu Zhe resbaló en el agua y Lao Yuan se le acercó de inmediato, lo agarró del brazo y lo arrojó a la orilla de un solo golpe, tratándolo de manera brusca como si fuera un cadáver.

Xie Yu Zhe tropezó unos pasos y cayó al borde, golpeándose la frente con una piedra. Al instante se le formó un chichón en la cabeza.

Incluso una persona de buen carácter se enfadaría al ser tratada así.

Xie Yu Zhe estaba enfadado, a punto de discutir con Lao Yuan, cuando de repente escuchó un fuerte ruido a sus espaldas. Los casquillos de balas saltaron y cayeron alrededor de él, alcanzando varias partes de su cuerpo. Asustado, instintivamente se cubrió la cabeza con los brazos.