Heikazuscara, pero se menciona más el Kazuscara.
Mafia.
Omegaverse.
ฅ^•ﻌ•^ฅ
Kunikuzushi solía ser un simple estudiante de medicina hace tres años atrás estando en su tercer año de la carrera. Su objetivo era estudiar Psiquiatría luego de pasar el grado de Medicina, pero no se logró hasta cierto encuentro con él.
Tenía miedo de lo que sucediera. Su alfa no había vuelto desde la madrugada donde le dejó en claro que regresaría por él apenas termine su trabajo, ambos dormirían acurrucados como era costumbre mientras el albino le susurraba tiernas palabras de aliento para que deje de llorar por los fuertes truenos que surgían debido a la fuerte lluvia que comenzó a medianoche. Kunikuzushi le tenía miedo a las tormentas, no sabía exactamente el porqué pero siempre le tuvo miedo, desde niño.
Al estar en aquella mansión solo le aterraba sabiendo que su alfa contrataba solamente a alfas para que cuiden de la mansión durante su ausencia, no era algo que hiciera sentir seguro a Kunikuzushi que le daba miedo la idea de tener a algún otro alfa cerca suyo que no sea Kazuha. Aunque claro, había uno que otro beta de confianza que Kazuha contrataba para que sirvieran a su omega, pues ni aunque enloqueciera dejaría que uno de sus hombres tocase o siquiera se acercará al índigo sabiendo que este tenía un trauma con los alfas que eran mucho mayor que él.
Vivió con su padrino casi toda su niñez, Dottore. Agradecía que ese mismo día no se encontraba en casa, probablemente se había ido a algún bar nocturno a beber o hacer cosas que con solo pensarlo asqueaba del asco al índigo ante la imágen de su padrino haciendo cosas repugnantes con otros omegas de su edad. Su padrino siempre había sido una persona cálida y generosa durante su niñez, era casi como su padre biológico para él, sin embargo desde se que se presentó como omega a los diez años y entró en la etapa donde su cuerpo se desarrollaba como cualquier otro parecía que su padrino cambió por completo. Las veces que Dottore le regalaba obsequios en fiestas especiales que recurrían dar regalos siempre era lo mismo, recibía ropa apretada o incluso a veces ropa interior que parecía más cercana a la lencería.
Las veces que recibía aquellos obsequios peculiares por parte de Dottore siempre era obligado por su voz de mando a enseñarle como le quedaba aquellas prendas ajustadas. Su omega se volvía sumiso cuando le hablaban con la voz de mando y Dottore siempre se aprovechaba de eso para poder utilizarla en su contra sabiendo que el pobre omega no podía defenderse al estar siendo controlado por su omega.
No entendía porque su padrino se comportaba de esa manera, cuando lo veía en ese tipo de ropa ajustada sus ojos se oscurecían y dejaban de reflejar a un hombre cálido y generosa hacia su cachorro, lo único que lograba ver era a un depredador hambriento intentando verlo cada vez que se duchaba o se desnudaba para cambiarse de ropa. Incluso las veces que sonreía de manera sádica cuando le tomaba fotos con su teléfono cada vez que el omega lucía esas ajustadas prendas para él.
— Sonríe para tu familia, Kuni.
¿Lo peor? Es que su demás familia estaba desaparecida hace años.
Sin embargo, Dottore siempre fue del tipo de persona que se metía a los bares nocturno para perder el tiempo ya sea metiéndose con algún omeguita de por ahí, drogándose o simplemente meterse en alguna pelea callejera estado en su estado de ebriedad máxima. Por eso mismo terminó por accidente en una situación que iba contra las deudas que había prometido a una organización de provenía en parte de Inazuma y era dividida por Liyue.
