William se rió a carcajadas ante mi comentario. No parecía reírse de mí, sino estar de buen humor. Complacer a la otra parte es una parte fundamental de la negociación, así que tenía la esperanza de que, con un poco más de trabajo, lograría mi objetivo.
"Danny, déjame preguntarte una cosa".
"Claro".
"¿Por qué estás tan obsesionado con ir a Putney? Para mí, no es gran cosa si Danny envía a sus chóferes con él cuando va allí... pero tú estás tan obsesionado que estás creando sospechas donde no las había".
No me había esperado esta pregunta, y la excusa de que todo era por el bien de Su Majestad que los broches se suministraran a tiempo nunca funcionaría en el clima actual. Así que tenía que decir algo que William entendiera, algo que supiera de mí.
"Su Majestad tiene curiosidad, así que seré honesto con usted".
"Muy bien."
William se sentó y me miró a los ojos.
"La verdad es que... el estado de la guardería me ha estado molestando".
"¿La guardería? Te refieres al lugar del que hablaba Gaffa".
"Sí. Como su majestad sabe, tuve una educación dura tras la temprana muerte de mis padres".
William asintió.
"Lo sé. Por eso eres tan débil con los niños".
"Sí. Por eso creo que le tranquilizaría ver con sus propios ojos cómo funciona una guardería lejos de palacio."
"¿Quiere decir que no se fía del conde Putney?".
Levanté las manos sorprendida; técnicamente, estar preocupada por el funcionamiento de las instituciones de la finca era lo mismo que no confiar en el hombre que la gobernaba, pero había pasado por alto ese hecho en mi prisa por encontrar mi propia excusa.
Me devané rápidamente los sesos en busca de una respuesta adecuada.
"No es así, más bien voy a pedir ayuda al conde Putti".
"...¿Ayuda?"
"Sí. El conde Putney es un hombre que se preocupa por los niños lo suficiente como para rescatar a Gafa, así que si pudieras acompañarme mientras inspecciono las guarderías de las fincas de los alrededores, podría averiguar algo más."
William asintió lentamente.
"Sí, los Putney son la familia más poderosa de esa parte del país, y él es un noble consumado, así que nadie mejor para concienciar".
Me aferré al brazo de William, dándome cuenta de que era mi oportunidad, de que cada vez estaba más persuadido por mis palabras.
"Así que, por favor, envíame a Putney. No me importa cuánta vigilancia me pongas, ¿vale?".
William evitó mi mirada, inseguro de qué hacer. No decir que no rotundamente era la mitad de la batalla.
"Majestad... No puedo comer ni dormir de pensar que pueda haber niños maltratados en la guardería. No es que no confíe en el conde, pero hay puntos ciegos por todas partes".
"Lo pensaré".
Tuve que presionar más, porque si me detenía aquí, podría desmoronarme. Saqué la última arma que había guardado para el final.
"Para quedar embarazada...."
William se estremeció y me miró fijamente. Por el movimiento de sus ojos, supe que funcionaría.
"He oído que hay que estar tranquila y relajada".
"Es cierto, pero...."
"Necesito ver con mis propios ojos que los niños están a salvo, y entonces me sentiré tranquila".
