Abigail Miller una chica, a la cual obligan a comprometerse, con Tom Kaulitz un mafioso. Despiadado, una noche ella sin saber, asiste a una cena, con sus padres en la cual, se entera que fue comprometida. Con este mafioso, sin sentimientos. Ella que...
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—Llévenselo luego me encargaré de él, sabes a dónde llevarlo jack.
Jack asiente lo levanta y pasa junto a mi con el tipo, salen de la habitación cerrando la puerta a su espalda, sigo mirando a Abigail con una sonrisa burlesca. Me acercó a Abigail su mirada me dispara veinte mil yardas que recibo con una sonora sonrisa, frente a ella hay un sofá donde me siento, quedamos frente a frente.
—Tu y yo tenemos que hablar abi.
—¿Y para hablar tenías que hacer todo esto?
—Que puedo decir, lo sencillo me aburre mejor tomo estas medidas mas fáciles y drásticas.—le guiño un ojo.
—Mejor dime qué quieres hablar, y a dónde llevaron a killian.—demanda.
<<Oh princesa hoy no estás en disposición de ordenar y eso te lo demostrare.>>
—No te equivoques Abigail quien demanda y ordena aquí soy yo, estás acostumbrada a que sigan tus órdenes ¿no? Pues yo no seguiré ninguna tuya Abigail por qué soy un boss de la mafia, deberías empezar a respetar a tu futuro esposo antes de que yo te empiece a enseñar cómo hacerlo y te aseguro que te encantará.—separo ligeramente las piernas para ponerme mas cómodo en mi asiento.
—Aprende a respetar a quien tienes enfrente por qué no es cualquier persona, espero y eso lo entiendas cría insolente. Vas a ser esposa del boss de la mafia alemana, así que prepárate por qué no puedes ser me así de fácil infiel, eso tiene un severo castigo y es la muerte.
—No quiero una cría como esposa así que más te vale estés lista para ser la reina de la mafia una vez te conviertas en mi esposa, no me subestimes y mucho menos hagas cosas como la que hiciste, eres mía y nadie más que yo te toca o mira.—demando, llevo mi whisky a mis labios lo bebo y lo mantengo en mi mano.
Su ceño se frunce, esta exasperante lo puedo notar, nerviosa, inquieta pero miedo no hay, es fuerte.
—Oh empezaremos hablando de infidelidades iniciemos por la tuya tom, ¿que hay de la rubia?
Se encoge de los hombros con una jodida sonrisa que quisiera borrarle besándola.
—Hago lo que se me pegue la gana Abigail, ella es mi problema y hago con ella lo que se me venga en gana.—suelto tajante,
—Ja claro, cuéntame ¿te la follaste?, Si lo hiciste.—afirma, borra su sonrisa con pesar.
—Entonces si te la follaste lo justo es que yo me follara a killian ¿no crees? —de nuevo esa estupida sonrisa.