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La semana había pasado sin mayor novedad, las entrevistas se habían realizado como de costumbre, solo tuvieron unas pocas a las que se pospusieron por diferentes motivos de los entrevistados.

El clima últimamente también resultaba un poco contradictorio a lo que se había anunciado en los noticiarios de la mañana, afortunadamente tenía un Omega con un sexto sentido el cual le pidió (obligó) que llevara un paraguas.

Las calles se mantenían con el bullicio natural de la vida cotidiana de muchos ciudadanos, las personas solemos ser muy activas entre semanas, el gin de semana es un poco menos ajetreado. Le gustaban estos días, pero lo bueno dura poco y lo hizo al recordar que en la tarde tendría que asistir a una cena de trabajo y eso era lo que más detestaba.

Eran lugares agobiantes en los que la gente lucían trajes extraños, mismos que les ayudaba a darles apariencia de pingüinos. Era realmente ridículo, también se comportaban más hipócritamente de lo que solía ser habitual, aunque debía destacar que no todas las personas a las que se encontraba eran así; unos eran la excepción, como él que a pesar de recibir una carta donde remarcaba el estricto código de vestimenta, JiMin decidió que lo ignoraría por completo y vestiría como le resultara más cómodo.

Después de todo era ropa y no creía que por ser el mismo hubiese muchos problemas.

JungKook no lo quiso acompañar con el pretexto de que él no había sido al que invitaban a la reunión y que debía hacer otras cosas que lo mantendrán ocupado el resto de la noche, eso fue un claro mensaje para el Alfa este a su vez pudo interpretarlo a la perfección. En pocas palabras, JungKook le estaba diciendo que no se iría a la cama hasta que estuviera en casa.

Lo sabía, tenía un horario impuesto que tenía que cumplir porque entre más temprano fuera a la dichosa cena, más pronto a casa llegaría y por ende tendría más tiempo con su lindo Omega, no quería estar mucho tiempo lejos de él, eso sí que era algo que no se permitía porque los momentos para ellos son escasos, el trabajo de JungKook y el suyo propio los consumía por completo.

Eso último le daba un poco de temor, solía pensar que probablemente Jungkook algún día se cansaría y le diría que lo mejor era mantenerse como buenos amigos, puesto que el tiempo que tenían como pareja era sumamente reducido como para compararlo con uno de calidad, pero luego recordaba que para su fortuna y mala suerte del Omega, ya lo había marcado como su compañero de vida y este por mucho que quisiera dejarlo no podría hacerlo.

Eran puntos extras. Era un maestro, deberían otorgarle un reconocimiento.

Siguió el buen consejo, le dio su padre la primera vez que le contó de JungKook "amar a tu Omega será el desafío con el que te enfrentarás día a día y cuando el momento adecuado llegue pídele que te permita marcarlo para que te dure toda la vida" o algo parecido, no lo recuerda exactamente. Las parejas de hoy en día preferían saltarse la parte de la marca para evitar inconvenientes futuros.

JiMin pensaba que aquellos que tenían ese tipo de ideología era porque realmente no se amaban y eran de esas personas tenían una fuerte tendencia por abandono, también estaba el hecho de que por la falta de un lazo no se les dificultaba albergarse en alguien más sin resultar doloroso.

Eran de ese tipo de amor hipócrita, era mejor alejar ese tipo de pensamientos molestos.

-¿Cómo me veo cariño?- le pregunto sonriente a su Omega, quien solo lo miro y levantó el pulgar como muestra de aprobación, cosa que logro que la sonrisa de JiMin aumentará.

Era el ser más afortunado, debía reconocerlo porque con el bonito Omega que tenía se sentía sumamente satisfechos.

-¿Estás seguro de no querer acompañarme Kooki?- Insistió un poco.

-No Minnie, eso es aburrido y ver como saludas tan cordialmente a tantos omegas provoca que quiera volar en cólera, así que es mejor evitarnos escenarios innecesarios- Contesto, no muy convencido, tenía ganas de ir pero no quería lucir como un Omega molestoso, al que le encantaba bañar a su pareja con su aroma solo para que todos vieran que ese guapo Alfa ya tenía dueño y era él, Jeon JungKook alias el sacamuelas.

Prefería que JiMin fuera solo y llegase con deliciosa comida para él, tal como lo había hecho la última vez. Lo de la marca de olor iba porque iba sí o sí, JiMin no saldría de casa sin marcarlo con su aroma primero, por eso mismo se acercó al mayor pidiéndole sentarse en la cama para posteriormente subirse en su regazo y comenzar a restregarse en el cuello de su Alfa.

-Me gusta cuando haces eso conejito.

-Me gusta que te guste y no seas del montón de idiotas que odian llevar el aroma de su pareja, aunque si fueras de esos, hace mucho tiempo te lo habría quitado con amenazas de abstinencia.

JiMin soltó una pequeña risita provocando de su pecho vibrará y JungKook por instinto se acurrucó mejor.

-De eso no lo dudo bonito, no lo dudo.

-¿Entonces también te puedo marcar Alfita hermoso? Le pregunto de forma adorable a lo JiMin lo miro con horror.

La última vez que JungKook lo "marcado" fue a parar al hospital porque el travieso Omega se había emocionado más de la cuenta y daño una arteria, cosa que provocó de un pequeño chorro de sangre saliera disparado del mismo y JiMin de ver que el chorro de sangre no cesaba se desmayó preocupando en sobremanera al arrepentido Omega.

A pesar de que el doctor que los atendió dijo que no era nada grave y solo la había topado un poco por la mordedura. JiMin vio su vida pasar por sus ojos y de no ser porque se desmayó, estaba seguro de que habría muerto.

OK era una exageración pero fue como exactamente lo sintió y él no miente.











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⏰ Última actualización: Jan 12, 2024 ⏰

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