"Danny, ¿estás en tu propia cabeza otra vez, preocupándote por lo que me va a pasar?"
preguntó William, como si hubiera estado dentro y fuera de mí. Me estremecí, pero luego fingí no hacerlo y le di una palmada en la espalda.
"No, Majestad, ya no eres un niño".
"Je, vuelves a hablar como un anciano sobre un sujeto que tiene mi misma edad".
"Jaja, dije eso, pero Su Majestad...."
"Shhh, hablaremos de eso más tarde. Quedémonos así un rato. Estoy cansado, Danny."
"...Sí."
William enterró su cara en mi nuca y respiró una y otra vez antes de desplomarse en el sofá, aún abrazándome. Estuve a punto de apartarlo por la sorpresa, pero cuando mis ojos se cruzaron con los suyos grises que me miraban, me quedé helada, incapaz de moverme.
Me besó los labios. "Danny, Danny....", dijo mi nombre varias veces.
Yo no podía. Acababa de tomarme los inhibidores, y si lo hacía, iba a perder los nervios y a hacer un espectáculo.
Mi corazón empezó a latir como loco. Empecé a sudar frío y a temblar por todo el cuerpo. Con William encima, lo único que podía hacer era girar la cabeza y evitar su mirada.
"¿Por qué tienes tanto frío?"
"Majestad, no estoy lista...."
"Lo sé, ¿y qué demonios se cree Danny que soy, que voy a obligarle a hacerlo cuando él no quiere?".
La voz suave y la mano en su pecho le calmaron poco a poco.
"No. Su Majestad nunca haría eso".
"Bien. Entonces quédate tranquilo".
Hice un pequeño gesto con la cabeza. El sonido de la respiración de William en la distancia era soportable, si no entrecortado, y entonces colocó la mano sobre mi cabeza y empezó a acariciar cada mechón de pelo como si los contara. Tragué saliva y, tras una breve carcajada, me quitó la mano de la cabeza, me miró a los ojos y preguntó: "¿Qué te parece?
"Danny dijo que soy cálida y quiero a mi gente, así que estaré por aquí siempre".
Mi corazón se agitó ante la pregunta.
¿Sabía lo que estaba tramando? ¿Tenía algún tipo de plan?
Pensé para mis adentros y miré la expresión de William. Afortunadamente, no había signos de ira en su rostro.
"Majestad, ¿por qué de repente hace esas preguntas?".
"Bueno, se me acaba de ocurrir".
"¿Qué se te ocurrió?"
"Que podría perdonar a Danny por cualquier cosa que hiciera, aunque no fuera tan guapo o simpático como ahora, porque es Danny... y me pregunto si él sentiría lo mismo".
El ambiente parecía ponerse más serio sin querer, así que intenté quitármelo de encima con una broma.
"Jaja, claro que puede perdonarme, tengo inmunidad, ¿no?".
La cara de William se arrugó como si mi broma no le hiciera gracia.
"No intentes hacerlo pasar por una broma, dime la verdad".
"...Vale. Supongo que malinterpreté el humor".
La expresión de William se suavizó ante mi disculpa, y me hizo una pregunta como si necesitara escuchar la respuesta.
"¿Estás seguro de que no me traicionarás aunque sea una mala persona?".
Las palabras de William me parecieron definitivamente extrañas.
