Abigail Miller una chica, a la cual obligan a comprometerse, con Tom Kaulitz un mafioso. Despiadado, una noche ella sin saber, asiste a una cena, con sus padres en la cual, se entera que fue comprometida. Con este mafioso, sin sentimientos. Ella que...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mentiría si no dijera que no estoy jodidamente celoso, pero jamás e sido una persona que muestra sus sentimientos por lo cual me mostré tranquilo ante la idea de que ese hijo de puta besara y tocara a mi mujer, no quiero que ella note el como me pone la sola idea de que alguien más la vea y la toque como yo quiero hacerlo.
—Jack.—hablo a mi hombre de confianza.
—Boss ¿necesita algo?
—Investiga a un tal killian que sea cercano a mi Verlobte.
—Como ordene, en una hora le traeré la información.
Asiento, el se retira, camino hacia la residencia miller que es donde me encuentro festejando fin de año, al entrar encuentro lianna platicando con la hija menor de los miller, me acercó a ellas que platican muy gustosas entre ellas.
Al acercarme tomo a lianna de la cintura, ella se sobre salta pero al ver que soy yo se relaja y me dedica una sonrisa cálida, la menor que tenemos enfrente nos mira solo me sonríe.
—¿Interrumpo?
—No para nada boss.—contesta lianna.
—Bueno Adeline, te tendré que robar a lianna un momento.
—Oh si no se preocupe.—me sonríe amablemente.
Jalo a lianna contra mi, nos encaminamos a la cocina que está vacía, dejamos a Adeline atrás mirándonos.
—Te traje para ser mi pareja, no a platicar y hacerte amiga de los miller.—murmuró.
—Lo siento mucho boss, esa nunca fue mi intención.
La acorraló contra la pared de la cocina, posó mi mano a un costado de su cintura, acercó mis labios a los de ella.
—No me importa que no fue tu intención, las órdenes del boss se respetan lianna, ¿entendiste?
—Si boss.—tomó su mentón fuertemente.
Estampo mis labios con los suyos, la mano que tenía en su cintura baja a sus muslos, mi manos recorre estos hasta llegar a su centro el cual encuentro ya húmedo, su vestido corto me da completamente libertad de meter mis manos con facilidad.
Mi lengua se adentra en su cavidad bucal, esta posee el control y ella se deja llevar por este, mi mano sigue en su centro y ella se restriega contra esta, gimotea sobre mi boca pero el beso calla sus gemidos, me separo de ella, la mano que tenía en su mentón baja a su cuello ejerciendo un poco de fuerza en mi agarre.
—Boss.—gime, hago a un lado sus bragas y mis dedos se adentran dentro de estas, masajeo su clitoris y ella tiembla del placer.
—Haz silencio o me detendré, apuesto que no quieres eso ¿verdad?
—No, no quiero eso boss.—sus piernas tiemblan y la sostengo de la cintura para que no caiga, mientras mi mano sigue masajeando.