Me giré hacia la italiana que estaba asombrada debido a la situación que acababa de presenciar.
- Nunca me imaginé a Jobe así, se le veía más serio en las redes - soltó Aurelia con una carcajada.
- Sisi serio, se comporta como un niño de 5 años en casa, no te dejes engañar - respondí mientras iba viendo qué películas había en la televisión con el mando.
Tras un debate prolongado entre nosotros sobre qué película ver, al fin optamos por Star Wars - La venganza de los Sith.
Fui a la cocina en busca de algunos aperitivos, sin faltar el vino obviamente, y una vez todo preparado, con las luces apagadas, me senté junto a Aurelia y con un gesto decidido, le di al play.
...
Llevábamos apenas 30 minutos de película y ya habíamos devorado todas las palomitas y más de la mitad de la botella de vino que había traído.
A pesar de mis esfuerzos por concentrarme en la película, era incapaz. Un dulce aroma emanaba de la italiana al estar tan cerca de ella.
Al observarla de reojo, la encontré inmersa en la película, sus ojos reflejando la intensidad de la trama.
Fue entonces cuando noté sus labios entreabiertos y ligeramente enrojecidos, una visión tentadora que despertó en mí un deseo incontrolable.
Y sentí la necesidad urgente de sentir su suavidad contra los míos.
"Quiero besarla", resonó en mi mente.
- Qué guapo es.
La voz de la italiana me distrajo de mis pensamientos impuros, gracias a dios.
-¿Eh?
- Anakin es súper guapo no puedo - exclamó Aurelia una vez más llevándose las palmas a las mejillas.
Desvié mi mirada hacia la pantalla para ver a lo que se refería.
Bueno tiene razón, nadie puede negar el hecho de que Anakin es guapo, pero no pienso quedarme de brazos cruzados al escuchar a mi novia llamándole a otro hombre guapo, aunque sea un personaje ficticio.
- ¿Qué te gusta de él? - pregunté enarcando las cejas.
- Pueeees, su pelo, sus ojos, pero sobre todo la forma en que mira a Padme, es precioso - respondió con una sonrisa propia de una mujer hablando de su amor.
- Ya veo.
Sujeté a la italiana por la barbilla obligándola a girar su cabeza hacia mí, la miré fijamente a los ojos y noté un brillo de asombro y deseos en los suyos.
A lo mejor es de debido a que estoy bajo el efecto del alcohol, podía sentir como mi cuerpo ardía y el corazón yendo a mil por minuto.
Sin poder resistirme más , me incliné hacia adelante y nuestros labios se encontraron en un beso dulce.
Y poco a poco, lo que comenzó como un roce suave se convirtió en un torrente apasionado.
Sin perder la conexión, fui inclinando suavemente mi cuerpo hacia la italiana, siguiendo el ritmo de nuestra complicidad y pronto ella yacía sobre el sofá, mientras yo me posaba encima de ella.
Al escuchar los pequeños jadeos que soltaba Elia cada vez que se quedaba sin aire, sentía como si algo se encendiera dentro mí.
Mis manos, ansiosas y temblorosas, buscaban el camino a través del suave tejido del vestido de mi hermosa italiana.
Cada roce parecía intensificar el deseo compartido en ese momento romántico.
Mientras nuestros labios se fundían en un beso apasionado, la urgencia de deshacerme de su vestido pegado a su cuerpo reflejaba el deseo mutuo de sumergirnos por completo en la conexión que nos envolvía, dejando atrás cualquier barrera entre nosotros.
El calor, casi asfixiante, me llevó a tomar una decisión rápida que era desabrocharme la camisa.
Mis dedos iban uno por uno soltando los botones, como buscando liberar un poco de frescura en medio de la intensidad del momento.
La camisa, finalmente, cayó al suelo, revelando una piel ansiosa por sentir el contacto directo y sumándose al ambiente relajado que se respiraba.
En ese pequeño gesto, la desnudez física se convirtió en un reflejo de la autenticidad que compartíamos, sumergiéndonos aún más en la conexión apasionada que nos envolvía. Era como quitarnos las capas externas para revelar lo más auténtico de nosotros mismos en ese instante íntimo.
Aurelia
Me encontraba envuelta en la calidez de los brazos del moreno, mientras la intensidad del momento crecía con cada suave roce de sus labios. Sentía cómo nuestros corazones latían al unísono, y el deseo ardiente iba fluyendo entre nosotros como una corriente eléctrica.
Sin embargo, en medio de la lujuria que nos envolvía, un destello de claridad se abrió paso en mi mente.
Me aparté delicadamente, deteniendo el beso apasionante que amenazaba con consumirnos por completo.
- Aquí no Jude.
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↱𝙋𝙧𝙚𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤𝙨↲ - 𝘑𝘶𝘥𝘦 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘪𝘯𝘨𝘩𝘢𝘮
FanfictionSoy Aurelia Ancelotti, nieta del renombrado entrenador del Real Madrid Carlo Ancelotti. Tal vez parezca raro, pero a pesar del espíritu madridista de mi abuelo, yo siempre he sido un culé desde muy pequeña, hasta el punto en que iba a todos los part...
Capitulo 29
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