Emmy es solo una chica que pasa desilusión tras desilusión en lo que respecta al amor, una mudanza en el pico más alto de su vida según ella, y la mala suerte de haberse topado con la gente equivocada en su niñez.
Por otro lado tienes a Luka, quien...
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El estomago se me contrae, como si un viento frío me atravesase.
—¿Luka? ¿Sigues ahí?
No puedo, simplemente no puedo decir nada. Es como si me bombardearan con demasiada información; tanta que me marea, ¿Qué se supone que tengo que decir?
Mis labios se entreabren en un gesto mudo de confusión. Cada vez entiendo menos; primero papá engaña a mamá con la tía Fran, y luego me entero que tengo un medio hermano. Es como ver los cimientos de mi vida no solo agrietarse, sino desmoronarse, pedazo a pedazo, todo frente a mis ojos; una vida que de inicio ya estaba quebrada.
—¿Luka? —insiste mi hermana, se oye preocupada—. ¿Puedes responderme? ¿Me escuchas?
Es como si su voz viniera de un túnel, uno muy lejano que distorsiona cada nota. Lo único que puedo hacer, y eso que es con bastante resistencia, es mover la cabeza en una lenta afirmación.
—Sí, estoy aquí. Solo... Dame un momento.
Cierro los ojos, y tomo aire, juro que trato de ordenar todo en mi cabeza; pero esto es demasiado. Me joden la existencia, no una ni dos, sino tres veces, ¡tres! ¡¿Es qué mi padre en serio odia a mi madre?! Y no solo a ella, me odia a mi, a mi hermana, y es que no entiendo, ¡No entiendo por qué!
—¿Por qué nunca me dijeron sobre él? ¿Y cómo es qué papá pudo mantenerlo escondido tanto tiempo?
A través de la pantalla veo a mi hermana suspirar, un suspiro que parece cargado de tristeza y cansancio mientras se remueve en su asiento.
—Luka, sé que esto es difícil de asimilar. Pero ahora que todo es diferente, necesito que lo sepas.
—¿Quién es? —inquiero impaciente, con mi entrecejo fruncido—. ¿Por qué nunca supe de él?
—Es que papá... él quiere que siga siendo un secreto. Si esto se supiera, arruinaría completamente su imagen en la empresa. Un hijo fuera del matrimonio...
¿De qué otra puta cosa debo enterarme?
—¿Y que más? —pregunto, mientras una ola de resentimiento me asalta.
—La verdad, es que necesitaba decírtelo porque... —de repente, la señal comienza a entrecortarse; el rostro de mi hermana se ve pixelado—. E... se chi...—cada vez, funciona peor—, es...
Y entonces, la pierdo completamente.
—¿Hola? ¿Juhlia?
Frunzo el ceño mientras el nudo en mi estomago se aprieta y muevo frenéticamente mi celular tratando de captar alguna señal, pero es inútil, ni una sola raya sale en la pantalla de mi celu.
La puta madre, ¡¿Que mierda me quería decir?!
Agobiado y frustrado, cierro los ojos mientras suelto un suspiro pesado; de verdad nada tiene sentido, y lo único que hizo esta estúpida llamada fue dejarme con más preguntas que respuestas
