Abigail Miller una chica, a la cual obligan a comprometerse, con Tom Kaulitz un mafioso. Despiadado, una noche ella sin saber, asiste a una cena, con sus padres en la cual, se entera que fue comprometida. Con este mafioso, sin sentimientos. Ella que...
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—¿A mi?
—Si a ti.
—¿Por que yo?
—No se Abigail, solo se que te quiere.
—Dios mío, no papá, no planees darme así como así a él. Ni siquiera lo conozco.
—Intente negarme Principessa, pero me fue imposible.
—¿Que quiere de mi?
—Te vuelvo a repetir que no se.
—¿Por que siempre me ofreces a mi padre?
Deja su whisky sobre el escritorio y se acerca a mi, al llegar al lugar donde estoy me giro dándole la cara ya que estaba viendo justo en su silla.
—No te ofrecí Principessa, eres tan especial para mi, eres mi hija mayor.—lleva su mano a mi mejilla y su tacto caliente me hace querer abrazarlo como cuando era niña.
—Por eso lo digo padre, soy tu hija mayor, con facilidad me entregas a cualquiera.
—El no es ningún cualquiera es Tom kaulitz, boss de la mafia alemana.
—¿Y a mi que? Yo no soy mercancía a la que puedes vender, soy tu hija, soy de tu sangre, no me puedes dar a los brazos de ese supuesto boss, no sabemos lo que me pueda hacer.—sus dedos largos acarician suave mente mi mejilla.
—Lo se Principessa, pero me amenazo con matarme a mi, a tu madre y hermana. Aceptes o rechaces todo lleva a lo mismo, si muero yo y la familia el te tomará y si aceptas es lo mismo.
—Papá.—me aviento a sus brazos y el me recibe, dejo salir el llanto incontrolable que moja su camiseta blanca de vestir.
El hombre me podrá atraer mucho pero no lo conozco de nada, no sé quién es solo se su nombre y su puesto en la mafia, no se si tiene familia, si es bueno para mi, cruel o sin escrúpulos como la mayoría de hombres de la mafia.
Mi padre se separa de nuestro abrazo y toma mi rostro entre sus manos.
—Me dio un plazo de 3 meses para que te acoples a la idea de que serás comprometida con el, pasado los tres meses se hará una cena en la que nosotros como líderes haremos un pacto de sangre en su momento sabrás para que es este pacto, ¿Entiendes?
—Si padre.
—No te tomes esto personal Abigail. Tom es una persona fría que no le importara hacerte daño prepárate mentalmente para eso.
¿Se supone que eso me haría sentir mejor en un momento como este?
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1 Mes después.
Leo detalladamente el libro que tengo enfrente, estoy recostada en mi cama con solo unos shorts cortos de color negro y una blusa de color blanco que se amolda a mi cuerpo perfectamente.
