Capítulo 21

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Cole

Luego de una reunión en el Club con mi Consigliere y cerrar varios tratos, estoy agotado. Emily no deja de dar vueltas por mi cabeza, solo pienso en tenerla cerca y ya es hora de que esta farsa del compromiso termine. Si Emily no quiere ocupar el lugar que le corresponde como mi esposa, la obligaré.

Solo de pensar en que alguien más pueda tocarla o mirarla por demasiado tiempo, mi ira amenaza con salir a flote. Emily no debe ocupar el puesto de una simple empleada en la casa, sino el de una reina.

Por Emily no es amor lo que siento, pero sé que es una maldita obsesión. Más que eso, es mi deseo de doblegarla, de que sea mía, de que solo piense en mí como yo lo hago con ella.

Dystran toca la puerta de mi oficina en el Club y avisa su llegada.

—¿Quiere que mande a alistar la camioneta o prefiere quedarse un rato más?

—Toma asiento —señalo uno de los dos sillones frente a mí. Tomo la caja de mi colección de puros, saco uno y lo enciendo.

—Avisa a la familia Angustino que el compromiso se cancela.

Dystran asiente, pero se detiene, parece que no me entendió bien.

—Señor, usted sabe que faltarle el respeto a la familia Angustino tiene consecuencias.

Dystran no entiende que no me importa. Todos están por debajo de mí.

—Lo sé.

No siento empatía por Bianca. En nuestro mundo, después de hacer un trato o un compromiso entre familias, si el prometido cancela la boda antes de la fecha, la ex prometida pierde el honor. Eso es lo que le pasará a Bianca Angustino.

—¿Todo esto es por la hija de la empleada, por Emily? —odio escuchar su nombre en boca de otro hombre. Cierro la mano en un puño, controlando mi ira.

—Te prohíbo que la llames por su nombre. Ahora, en adelante, será "señora Torrance" para ti, e incluso para mi familia. Incluso la que se hace llamar mi madre tendrá que inclinarse ante Emily.

Emily

Me duelen los talones de tanto caminar. En Londres los veranos son cálidos, aunque el invierno es fresco y con muchas precipitaciones durante todo el año. Miro mis zapatos desgastados y ya me viene a la mente que necesito comprar unos nuevos.

Extrañamente, no echo de menos nada de Nueva Jersey. Allí solo me quedan mis miedos más profundos, después de todo lo que pasé con mi padrastro y luego de tener que huir con mi madre.

Estoy distraída caminando por la acera cuando veo un auto negro lujoso estacionarse más adelante. Incluso antes de que el conductor salga del coche, sé que es él. Puedo percibir su energía a la distancia. Cole camina hacia mí con pasos rápidos y decididos.

—¡Vamos! Sube.

Mi rostro claramente refleja confusión.

—¿Disculpa? —pregunto con tono burlón.

—Iremos a comer.

Me muerdo el labio inferior, su mirada baja hacia mi boca y se queda ahí. Dios mío, Cole parece un diablo, pero con una belleza indescriptible. A simple vista, se percibe el peligro en él, pero al mismo tiempo es difícil no ver su atractivo.

—Creo que esa no es la forma correcta de invitar a una chica a una cita —le digo con sarcasmo. Sus labios se curvan hacia arriba, tratando de ocultar su diversión. ¿Cuándo será el día en que Cole me regalará su sonrisa completa?

—Vamos, mi Emily. —Cole se da la vuelta y me espera con la puerta del pasajero abierta para mí. Pienso en rechazar su invitación, pero mis piernas traidoras actúan en su dirección.

Cole da la vuelta y toma asiento al volante. Su auto huele a cedro, madera y cítricos. Aspiro profundamente, tratando de inundarme con su olor.

Pasan más de 15 minutos, con Cole al volante, sin pronunciar ni una palabra y sin mirarme, parece perdido en sus pensamientos.

—¿El lugar al que vamos está tan lejos? Creo que llevas demasiado tiempo conduciendo. —Cole aprieta el volante con fuerza y su rostro se endurece. Su traje negro de dos piezas lo hace lucir aún más oscuro.

—Duerme, falta mucho aún. —Cole dirige su mirada hacia mí y me observa, como si pudiera ver a través de mí.

—Cole... —los nervios me inundan, mi mente trata de pensar a mil por hora.

—Estamos tomando la vía hacia Cambridge. —Cole posa su mano en mi muslo y me aprieta con fuerza.

—¿Por qué Cambridge? No lo entiendo, me dijiste que iríamos a comer.

—¿Desconfías de mí, Emily? —sus ojos se despegan de la carretera y me observa, como si estuviera desesperado por mi respuesta.

—No. —Es la verdad, confío en él. Después de que me salvó del psicópata de Rubén, confío mi vida a él en estos momentos.

—Necesito que me respondas a dos preguntas. —Necesito saber la verdad, solo para sentirme segura y no tener miedo.

—Sé que en estos momentos sabes cuáles son mis preguntas, mi Emily. Cuando lleguemos a Cambridge, podrás preguntar todo lo que quieras. —Me giro hacia la ventana del pasajero y veo los árboles verdes esfumándose de mi vista. La mano de Cole sigue en mi muslo, no la suelta durante todo el viaje.

—Prométeme que me dirás toda la verdad. —Mi rostro se gira hacia él. Nuestras miradas se encuentran, y solo con mirarlo sé que ya tengo la respuesta.

 Nuestras miradas se encuentran, y solo con mirarlo sé que ya tengo la respuesta

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Cole and Emily.

Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora