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Matilda estaba en su cuarto, preparando sus cosas para su bola mágica, al cabo de acabar, empieza a hacer su "magia"

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Matilda estaba en su cuarto, preparando sus cosas para su bola mágica, al cabo de acabar, empieza a hacer su "magia".
Matilda se inmersa a sí misma en el trabajo en el escritorio. Ella comprueba el instalamiento en las cortinas repetidamente, asegurándose de que la luz de la luna se derramara con precisión sobre el orbe.

— Bien, todo listo. Cuenco de incienso, mi cuenco de incienso...

Matilda encuentra el cuenco, poniéndolo en el escritorio.

— Ya es muy tarde... ¡Oh! Gracias a los dioses, ¡no perdí la marea alta!

Rápidamente, ella empieza a restaurar el orden en el escritorio.

Pon los accesorios... No puedo distraerme de nuevo. La adivinación llama toda la atención y la energía... ¡Ahem! Se acerca la marea alta causada por la luna. Déjame ver, se estima que comenzará a las 20:45.

Susurra Matilda, mientras espera pacientemente a que llegue esa hora para empezar su "tarea".

— Relájate, relájate. Esta es la llave del momento...

Alguien llama a la puerta, Matilda se distrae un poco al escuchar los toques hacía su puerta, pero intenta no distraerse.

—Sea quien sea, ¡no debo distraerme!

Vuelve a llamar a su puerta, parece ser que la persona es persistente a que Matilda le atienda en ese instante.

— Muy bien... Concéntrate, concéntrate.

Matilda sostiene su orbe entre sus manos, acercando al orbe hacía su pecho.

— Ojos cerrados... Concéntrate... Imagina que mi cuerpo se eleva y cae junto a la marea bajo las bendiciones de la luna... Y ella está al otro lado del mar... Esperando a que la encuentre. Es hora de encender el incienso..

Matilda enciende el incienso, mientras vuelve a agarrar su orbe.

— Muéstrate en el orbe, Sonett-...

Desde la puerta se oye una voz muy familiar para Matilda...

— Matilda, ¿Estás ahí?

— ¿Q-Qué está... pasando?

Matilda se ruboriza al escuchar la voz de su amada Sonetto, pero estando muy sorprendida por saber que ella está al otro lado de su puerta.

— Lo siento, pero creo que escuché tu voz.

— ¡Voy! Umm... ¡Espera un minuto!

A medida que Matilda intenta moverse torpemente, sube y se retiran en la misma dirección, como si esto fuera un tutorial de tango. Después Matilda deja entrar a Sonetto en su cuarto.

GO FOR IT, MATILDA!Where stories live. Discover now