Capítulo 15

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Presente.

2024, Febrero


Me despierto sobresaltada sintiendo por un momento que me alcanzaría. Cierro mis ojos tratando de recordar, pero tan pronto como despierto se evapora en cuestión de un segundo. Veo hacia la esquina donde yacen botellas vacías que son mi refugio. Era la única escapatoria a la cual decidí volver, pero ni siquiera el alcohol bastaba para dejar de dormir.

El silencio en la casa es algo con lo que me acostumbre y me catapulta a mis días de internado después de la muerte de Emma. Un solo apartamento para mi sola seria el sueño de cualquier adolescente, pero nunca fue así. La soledad nunca fue mi amiga, y tan solo me mostraba cuan sola estaba en el mundo.

Las pesadillas eran recurrentes, tanto que al inicio la puerta era abierta por Cruz y dos guardaespaldas pero luego comprendieron que el único peligro que corría en mi mente. Nadie se enteró de lo que pase, y fue lo mejor. Pero volver a ese ambiente me hizo volver a ser una completa perra para sobrevivir. Era mi mascara que me hacía inalcanzable de todas las personas.

París fue como el salvavidas, era la persona que me mostró a sobrellevar la perdida de una manera que me volvió el ser más despreciable del mundo. El alcohol y las fiestas eran una bandera blanca para mis pesadillas, era tanto el alcohol que mis gritos nunca despertaron a las mujeres con que pasaba la noche. Abandonaba los hoteles con lágrimas corriendo por mis mejillas ante la tristeza y el vacio en mi corazón.

Desee con todas mis fuerzas ser la de antes, pero el recuerdo de ella me atormentaba. Su risa, los gritos, como los momentos buenos eran distorsionados para convertirse en mis pesadillas. Una y otra vez veía las miles de formas en que la perdí. Ahora las pesadillas volvieron, siendo un más crueles que antes. Deseaba tanto poder tener mi celular, llamar a Marley y tenerla conmigo.

Ni siquiera puedo tratar de huir porque cada que salgo hay dos guardias a mi lado, es como si respiran sobre mi nuca y odio todo eso. Estaba recluida, presa en una casa donde viví los mejores recuerdos de mi vida, y ahora cada uno de ellos era un recuerdo de lo que perdí.

El vago recuerdo de los fuegos artificiales llega a mi mente alegrando mis días grises. Recuerdo mi vida aquí, las veces que fui tan feliz, donde me imagine los escenarios más locos de mi vida. Esos mismos que me dieron tanta felicidad, recuerdos que en este momento se sienten tan lejanos. Miedo es lo que siento por que los olvide, como lo hice con su voz y su risa.

«No quiero olvidar más.»

El sonido del motor me advierte que alguien ha llegado otra vez. Ni siquiera hago el amago de esconderme o no querer hablarles porque ahora ellos son los únicos que me mantienen cuerda en este lugar. En cuestión de minutos escucho pasos apresurados, con tan solo el sonido de la fuerza del paso y el arrastre de sus pies sé que es Jess.

― ¡Esta aquí!

No viene sola por lo visto, la veo cruzar el umbral unos segundo para regresar mi vista al frente. Se tira a mi lado para robar parte de mi cobija viendo hacia la nada también. Aprendió a no hablarme con los días desde que apareció, tal vez estaba siendo un poco injusta con las personas pero todos acataban las ordenes de mi padre y no las mías.

― Alguna vez me hablaras de nuevo ―inquiere en voz baja.

― Prometes decirme la verdad.

― Sí.

― ¿Dónde están ellas?

Cuando esta por contestar voltea hacia la puerta para ver a Rosa con la comida para las dos. Me sonríe con amor y solo hace que mi corazón duela, le agradezco mientras nos quitó la cobija para levantarnos e ir hacia la mesa. El sonido de la bota Walker me estresa, pero no tanto como cargarla y no hayo la hora de que Liana dé el visto bueno para desaparecerla.

Dejame AmarteWhere stories live. Discover now