Con pesadez Beomgyu decidió levantarse del futón, no tenía ánimos peto tenía que hacerlo.

A pasos lentos se dirigió al baño, rió con tristeza al anhelar que Tae estuviese con él. Pensar que hace unos días eran felices y que incluso compartían habitación.

Soltó un suspiro pesado al encender la regadera, dejó que el agua mojara su cuerpo, mantenía la cabeza hacia abajo, era incapaz de subir la mirada.

¿Qué hacía Tae? ¿Estaba igual de triste que él? ¿También lo extrañaba? Esas y más preguntas se hacía Beomgyu mientras pasaba con delicadeza el jabón sobre su cuerpo.

Las lágrimas se hicieron presentes, eran inevitables.

Al terminar su baño salió con una bata de baño, suspiró aliviado sentir su soledad. No todo fue malo, al menos la soledad le ayudó a recordar sus acciones, recordar el porqué engañó a Tae, el porqué no quería amarlo, el porqué temía ser abandonado, el porqué odiaba sus sentimientos hacia Tae.

Antes de llegar al sillón sus lágrimas volvieron a salir, con lentitud se sentó en él, pasó la mano sobre su mejilla para limpiar las lágrimas, no podía seguir permitiendo ese sentimiento, no podía seguir amando a alguien que fácilmente lo reemplaza y olvidaba, no podía seguir haciéndose daño a si mismo, tenía que incorporarse y seguir con su vida así como Tae lo estaba haciendo, no podía ser tan estúpido y llorar por alguien que no lo amaba lo suficiente.

A pesar de estar dispuesto a seguir con su vida sabía que sería difícil, intentaría no llorar ni sufrir tanto, ¿para qué? ¿para qué sufrir por alguien así?

¿Miedo al abandono? ¿qué es eso? Beomgyu no lo sabía, solo sabía que odiaba ser olvidado y sí, abandonado.

Llorar, eso fue lo que hizo toda la tarde, llorar y sanar sus dolores con una botella de alcohol y cajetillas de cigarros.

— ¿Ya te sientes mejor? — preguntó un Yeonjun sonriente.

Kai que estaba comiendo una sopa instantánea asintió, y no mentía, dormir a lado de su novio y sentirse protegido fue bueno, quizás eso no arreglaba todos sus problemas y preocupaciones pero al menos le hacía sentir mejor.

— Gracias — soltó con una sonrisa amplia y nada fingida.

Yeonjun asintió y desordenó los cabellos de su novio, amaba verlo bien, amaba saber que estaba mejor, amaba tenerlo a su lado, cuidarlo, lo amaba.

— ¿Dónde estuviste estos días? — se atrevió a preguntar con cierta delicadeza en su tono de voz.

Kai miró hacia abajo y apretó los puños con temor, rápidamente sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

— Estuve en casa de mamá — soltó — de echo vine para hablar de eso.

Yeonjun ladeo la cabeza al escuchar las palabras de Kai, ¿por qué se veía nervioso? ¿había ocurrido algo malo? ¿su madre le hizo daño?

— Dime — respondió con preocupación.

Kai asintió, alzó la cabeza y vió los ojos de Yeonjun, los ojos de su novio eran ojos únicos, eran los ojos que amaba, sintió un pequeño cosquilleo en su estómago y no sabía si era por ver los ojos de su amado o por el temor.

SEQUENCE (Taegyu) Where stories live. Discover now