Hace mucho que no escribía algo de Osomatsu-san, pero me anime a volver al fandom a medida que corregía fanfics antiguos. No se que le depara a este fanfic mientras escribo, pero espero que lo disfruten.
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El amor significa algo muy diferente para cada nivel de consciencia. Para algunos es "Te doy el poder de destruirme", mientras que para otros es "Nos ayudamos mutuamente mientras podamos". Para Ichimatsu se supone que era la segunda, pero sin darse cuenta su relación se estaba transformando rápidamente en la primera, no sabia como ni cuando, pero había caído en una espiral vertiginosa y peligrosa.
Una relación abusiva.
¿Cuándo había comenzado? ¿Cuándo había bajado tanto la cabeza como para dejarse pisotear por alguien más de esa forma? ¿En qué momento pensó que era aceptable usar solo prendas largas para esconder su miseria de los demás?
Se limpio los ojos con la manga de su sudadera, últimamente lloraba mucho y por cualquier motivo. Apoyo su espalda contra la fría pared del callejón y se dejo caer, se quedo agazapado mientras las lagrimas fluían copiosamente por sus mejillas. Que miserable se sentía.
Estaba cansado y mientras lloraba en algún punto se quedo dormido. Probablemente había pasado un buen rato porque le dolía el cuello y tenía el cuerpo entumecido por haber estado en la misma posición. Ya estaba un poco más oscuro y había empezado a sentir frio.
—Mierda —se levanto apresuradamente y rebusco en sus bolsillos su celular. Una expresión de pánico se instalo en su rostro en cuanto vio que pasaban de las siete y en su pantalla de bloqueo habían al menos treinta llamadas perdidas y bastantes mensajes —Mierda, mierda... mierda —un escalofrió lo recorrió de pies a cabeza, sintió sus piernas flaquear, el miedo se estaba instalando en su sistema provocándole nauseas y un temblor incontrolable. Se sentía como si fuera a morir.
El teléfono comenzó a vibrar y con terror vio que la persona que lo llamaba era su pareja. No pudo evitar devolver el estomago ahí mismo, la bilis amarga subió por su garganta quemándole dolorosamente. Se limpio la comisura de los labios y sintió como su teléfono volvía a vibrar.
Vio en el visor su nombre, un par de caracteres que se habían transformado en su demonio tan lentamente que no lo había notado hasta ahora que ya era muy tarde. Pensó en no contestar y correr a de vuelta a su casa, pero sabía que eso haría todo aun peor. Así que tomo aire y contesto, con las manos temblorosas se llevo el teléfono hasta el oído.
—Hasta que al fin respondes —la voz áspera de su novio se dejo oír.
—Per... yo, perdón, es que... —balbuceo de forma inentendible.
—Tranquilo cariño —un cambio de actitud completamente errático, pero Ichimatsu lo conocía. Las palabras habían sido dichas de forma amable, pero eso solo significaba una cosa: estaba enojado, mucho.