Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

27. Una foto inesperada y una videollamada

Jade Jhonson.

16 de diciembre, 2018.

Me siento terrible.

Hace tan solo unas horas que Andrew me dejó en mi apartamento y que me encuentro acostada en mi cama, sintiéndome terrible por experimentar estos sentimientos que se apoderan de mi mente y corazón, detesto que mi corazón se acelere de tan solo recordar cómo se sentía su cuerpo cerca del mío, escuchar su respiración relajada cuando se quedó dormido y cuando pude apreciar esas facciones que le daban la apariencia de un hombre inofensivo.

Llevo una mano a mi abdomen y cierro los ojos al recordar el calor que emanaba su brazo al estarme rodeando por el vientre y entonces me siento terrible de suspirar ante el recuerdo que además de eso, me hace sonreír como una tonta.

Dormí con Andrew Price y no en la típica interpretación sexual que viene a tu mente cuando una persona te dice que ha dormido con alguien. Dormí con Andrew y no fue para nada algo sexual, a pesar de que horas atrás sucedió un episodio de calentura de parte de ambos, dormimos y al menos para mí, se sintió íntimo.

Jamás había dormido con un hombre, jamás había experimentado lo que se siente amanecer al lado de alguien que no solo te gusta, sino que además de eso, comienzas a enamorarte y que es capaz de causar tantas cosas en ti, que jamás creíste experimentar y solo soñabas con ello. Siento que comienzo a querer a Andrew y eso me aterra, me aterra porque no sé qué podría suceder el día de mañana. Me aterra pensar que mis sentimientos avanzan con rapidez, mientras que él no sabe ni lo que siente.

Sé que dijo que comenzaba a enamorarse de mí, como yo también he confesado estarlo haciendo, pero en esta extraña relación, es complicado y terrible pensar que entre los dos, hay una persona sintiendo con locura y en gran medida, incluso mucho más que el otro.

Detesto saber que yo soy esa persona y me siento terrible de que una parte de mí desee no haber continuado con esto de salir con Andrew, porque pude haber dicho que no, pude hacerlo, tuve muchas oportunidades de retroceder, pero todas las partes de mí se vuelven débiles ante esa mirada verdosa y lo detesto, porque en vista de eso, también me he convertido en una persona egoísta que piensa que si mañana termino como un gato, al menos no pasé todo el tiempo en espera tirada en una cama, llorando a moco tendido.

Así que me siento terrible, terrible por mirar el calendario y saber que solo faltan quince días y que es imposible que una persona que no sabe lo que quiere, que no siente en la misma medida que yo, pueda amarme.