•|CAPÍTULO 22: HEAVEN PARTE II.

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Una ola de personas están bailando al compás de la música, son tan sincronizados que no tienen ningún fallo en los pasos que hacen. Mi boca se abre porque esto es como las películas de época que tanto amo ver.

—Para tu mal pesar, me han instruido en los bailes de época, amor mío—bromea a mi lado—, saludemos a mi abuela y te dare el mejor baile que podrás presenciar.

Sus ojos claros se iluminan al ver cómo pegue un leve brinco emocionada.

Sus dedos entrelazados con los míos me dan calma y paz mientras nos adentramos en el bullicio de la gente y la música.

Trato de admirar todo lo que tengo a mi alrededor ya que todo es tan surrealista que no puedo creer que aún existan.

Un hombre con traje y guantes nos abre una de las puertas en cuanto giramos a la izquierda dejando de ver un largo pasillo.

La habitación es grande y hay muchísimas más personas que antes, las enormes y pesadas cortinas están corridas hacía los lados dejando ver los grandes jardines que están decorados.

—¿La sala del trono?—Quise saber armándome de valor.

—Para nuestra desgracia, sí.

—Scar me ha dicho que tú abuela es muy buena con ella.

—Bueno, muñeca. A Christine le encantan los niños.

Hice una mueca llena de diversión ante sus palabras.

Marcus me guiaba con tanta facilidad entre las personas llenas de dinero y poder.

—¿Qué hay de tus tíos?

—Ellos solo existen—trata de bromear pero noto su voz nerviosa—, ellos me comentaron que es una buena niña y muy educada.

Oír aquello me llenó el pecho de orgullo.

—Luces como una mamá orgullosa —comenta mientras se detiene un poco para verme.

Rayos. ¿Cómo es que puede verse tan atractivo en traje de gala?

Su comentario pasa de largo ya que la imagen que Marcus da de sí mismo es tan... Oh, joder, ni yo sé.

—¿Muñeca?

—Dime—parpadeo mientras paso mi peso de un pie a otro.

Él sonríe soltando mi mano con suavidad.

—¿Qué pasa?

—¿Te han dicho que eres atractivo?—Pregunté con pena.

Me maldije internamente cuando camino dos pasos hacía mi y me tomó de la cintura.

—¿Creés que soy atractivo?—Su diversión era más que palpable.

—¡No! Bueno, un poquito solamente.

—Claro.

—Dios que eres insoportable —siseo pasando saliva—, si, sí lo eres.

—Eso ya lo se, mon amour—susurro al momento que dejó un beso en mi cuello, lo cuál logró estremecerme por completo—. Yo también puedo decir que tengo una esposa atractiva y muchísimo.

Pase saliva ante el cambio tan radical que tuvo su voz.

La forma en la que sus dedos apretaron suavemente mi cintura mientras elevó el rostro para ver esa mirada aguamarina que me comienza a encantar más de lo que debería.

—Creo que deberíamos seguir—me atreví a susurrarle al momento que me aclare la garganta.

Marcus asintió dejándome un beso en la frente y yo evité sonreír al notar que tomó una larga respiración.

ANACRONÍA. | 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 «𝗕𝗢𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»Where stories live. Discover now