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11. 𝑫𝒆𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒓.

—Piénsenlo bien, pueden salvarnos a todos

Thomas comienza a bajar el arma pero suspira y la vuelve a subir. El sonido del disparo retumba por todas las paredes del edificio y la mujer cae al suelo, inmóvil y con sangre en el pecho, en su camiseta perfectamente blanca.

Janson camina hacia nosotros, apuntándonos con un arma, se acerca y le inyecta algo a Thomas en el cuello, el muchacho enseguida se cae al suelo y el arma cae lejos de el.

—No te encontré en la salida, Maia —Dice el hombre.

—Tuve que fingir que iría con Thomas, ¡casi se nos escapa!, menos mal que yo lo convencí de volver por que la estúpida de Teresa ni para eso sirvió

—¿Qué?... ¿por qué, Maia? —susurra Thomas desde el suelo, durmiéndose.

—Oh, Thomas, debiste correr —susurra Janson, mi hermano se desmaya.

—Hay que hacerlo, ya, no queda tiempo

Janson asiente, se guarda ambas armas y carga a Thomas a uno de los laboratorios cercanos. Teresa nos espera allí, acuestan a Thomas en una camilla y ella le saca sangre. El chico despierta unos minutos después.

—¿Sabes que es este lugar, Thomas?, un bote salvavidas —Janson le habla mientras Teresa prepara el suero. —, todo el mundo se hunde pero... nosotros no tenemos que hundirnos con ellos... —Tommy intenta desatarse de la camilla. —¿Cuánto falta?

—Ya casi está —Le contesta Teresa, casi de manera automática.

Janson me mira luego de pasar por el lado de Teresa, me mira de manera interrogativa y luego de un par de segundos señala a la muchacha que está de espaldas. Levanto los hombros y el asiente. No sé que quiso decir y tampoco me interesa.

—¿Por qué no me matan y ya? —susurra Thomas.

—¿Qué cosa?... —Le contesta Janson, dándome la espalda, aprovecho que ni el ni Teresa me están viendo y le hago señas a mi hermano, para que se calme y espere un poco. —no, no queremos matarte, tendremos cuidados especiales contigo, te mantendremos con vida y a cambio, nos darás vida al resto de nosotros, al menos a quienes decidamos salvar... claro que no habrá suficiente para todo el mundo, habrá que tomar decisiones difíciles... con el tiempo, el virus de la llamarada se extinguirá, la pregunta es... ¿quiénes van a quedar con vida después de todo? —Le quita la capsula a Teresa. —, y gracias a ti, gracias a esta cura nosotros al fin podremos elegir un futuro construido por nosotros

Pone la capsula en la jeringa y se levanta la manga, dejando ver su brazo pálido, debajo de venas azules y negras, se está convirtiendo.

Tomo un frasco de vidrio que hay por allí y camino lentamente hacia Janson.

—A tu salud —susurra el hombre.

Levanto el objeto y le golpeo en la cabeza con todas mis fuerzas. El hombre cae al suelo y la jeringa cae a su lado. Parece que queda inconsciente. Thomas y Teresa me miran con sorpresa.

—¿Qué? —Pregunta la muchacha, sin entender.

—Todo fue un plan, Teresa, nunca estuve del lado de Cruel —Le digo sin importancia. —, tenemos que irnos

Me acerco a Thomas para desatarlo de la camilla mientras Teresa se va en busca de la jeringa que aún está en el suelo.

Me aparto de mi hermano una vez que lo desato de una mano y busco algún arma o cuchillo en las mesas del laboratorio para romper lo que aún lo sujeta a la camilla. Cuando me doy la vuelta observo que Janson se levanta del suelo y ve a Teresa con la inyección en la mano.

Janson toma a Teresa y con bastante fuerza la lanza lejos, vuela por arriba de una mesa y al cruzarla me golpea a mi y ambas caemos al suelo. La muchacha se levanta de encima mío y se arrastra por el suelo, intentando huir con la cura.

—¡Ven aquí! —Le grita el hombre mientras la sigue.

Me levanto del suelo, siento vidrios clavados por todo mi cuerpo. Los objetos que había en la mesa habían caído sobre mi, debajo de Teresa, ella también estará lastimada.

Janson estira de las piernas a Teresa que intentaba meterse bajo una mesa. Yo me acerco a Thomas he intento ayudarle.

—¡Devuélvemela! —Grita Janson, enojado.

Levanta a la muchacha, del cabello. Da un último grito antes de empujar la cabeza de Teresa contra una mesa, la deja inconscientes y la cura sale rodando hasta mis pies. Janson nos mira justo cuando Thomas queda libre y se para a mi lado.

Me agacho a tomar la jeringa y Janson sonríe de lado. El chico a mi lado sale corriendo hacia el hombre frente a nosotros, lo abraza por el estomago y lo empuja hacia atrás, haciendo que se estampe contra una pared de vidrio.

Los trozos de vidrio vuelan por todas partes y cubren el suelo casi en su totalidad. Ambos caen al piso un poco confundidos por el golpe pero se levantan rápidamente he intercambian algunos golpes.

Me acerco corriendo a ellos, justo veo a Thomas caer al suelo y a Janson sacar un arma de su pantalón. Teresa se levanta y corre hasta llegar a mi lado.

—Es suficiente —susurra Janson mientras apunta a mi hermano que permanece arrodillado en el suelo.

Unas bombas o misiles se ven llegar por la gran ventana que hay detrás del hombre. Un enorme estallido hace sacudir a todo el edificio y sin poder evitarlo, salgo disparada hacia adelante, cayendo al suelo en un golpe brusco y fuerte.

Las ventanas estallan una tras otra, intento cubrirme el rostro como puedo pero aún así me llegan trozos de vidrio y escombro, además de las chispas de electricidad y el fuego que comienza a formarse a nuestro alrededor.

Otra oleada de misiles llegan al edificio mientras intento levantarme del suelo, siento sangre en mi frente, en mi nariz he incluso en mi boca.

El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora