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1. 𝑺𝒊 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏.
Hoy es el gran día, nos iban a mover desde las instalaciones de Janson, hacia la enorme ciudad, hacia el edificio principal de Cruel, donde Ava Paige trabaja. Se supone que esto lo harían la misma semana en que nos capturaron de aquél campamento, pero no, Ava seguía pensando que podría encontrar a Thomas. Pasó días buscándolo, incluso meses, mientras retrasaba nuestro traslado.
Nos hicieron varias pruebas, nos dieron muchos medicamentos para activar y mejorar el rendimiento de nuestra energía cerebral.
Janson y Ava me pidieron, en varias ocasiones, que formara parte de su equipo y que si aceptaba, dejarían de hacerme las pruebas. Yo no hablaba con nadie, incluso algunas veces mandaban a Teresa para que me convenciera de ayudarlos, estuve tentada a aceptar el trabajo y luego traicionarlos y destruirlos desde dentro, como hizo la pelinegra con nosotros, pero me arrepentía en cuanto esos pensamientos venían a mi cabeza. Tenía que pensar en salir, no en matar a estas personas. Aunque sinceramente, matar a Ava quizá acabe con todo. A veces hay que sacar a la planta con la raíz para matarla definitivamente.
No me permitían ver a nadie más, a veces veía a algunos adolescentes por los pasillos o en la enfermería, pero durante estos meses no había visto a Minho o a Chuck y eso me preocupaba muchísimo.
Nos van subiendo a los vagones del tren, allí tampoco veo a mis amigos. Me sientan en una de las últimas sillas, me esposan las manos y me las atan a una cadena que sale del techo. Las puertas se cierran y unos minutos después, el tren comienza a avanzar.
—Mai —Alguien susurra a mi lado, me doy vuelta sin expresión alguna, como si fuera Janson el que me habla.
—¿Aris?, ¿Sonya? —Pregunto, sin saber si son ellos o es una ilusión que creó mi mente.
El muchacho sonríe, yo también, me pone triste que también los hayan atrapado y estén aquí, pero al mismo tiempo me alegra ver unas caras conocidas dentro de este horrible y asqueroso lugar.
—Te ves mal —susurra la rubia, mirándome.
—Creo que no tanto como ustedes
La muchacha tiene unas enormes ojeras, la piel pálida y sus labios rotos y resecos. En cuanto a Aris, es más de lo mismo, pero el tiene golpes su rostro y sangre en su labio. Parece que fue golpeado recientemente.
Se escuchan coches pasar por nuestro lado, parece que están corriendo una carrera ahí fuera. Un par de minutos después, alguien corre por encima del tren, miro hacia el techo y por las rejillas se ve gente pasar hacia delante.
Miro a Aris, creo que ambos estamos pensando en lo mismo. El tren se detiene en seco, tengo que sujetarme para no golpear mi frente con en asiento de adelante.
Escucho la voz de Thomas y unos golpes en una de las paredes del vagón, comienzo a gritar y a hacer ruido, Aris me sigue y pronto los demás nos imitan. Ruidos extraños se oyen fuera, en las paredes he incluso en el techo.
—¿Esos son disparos? —Una chica de más adelante habla y si, parecen disparos.
Al poco tiempo después, siento que el vagón comienza a subir, miro a Aris sin entender pero el está tan confundido como yo. Un par de horas después, el vagón baja y toca el suelo, unas chispas anaranjadas se ven en la puerta y al poco tiempo, alguien abre, sacándonos de la densa oscuridad. Mis ojos duelen un poco por la luz pero veo que entran Thomas, Newt y Harriet.
—Tranquilos, están a salvo, ¿okey?, resistan —Dice mi hermano.
—Thomas —susurro con felicidad.
—¿Maia?
El pelinegro corre hacia mi y me abraza, ambos lloramos en el hombro del otro.
—Creí que no volvería a verte, te había perdido, otra vez —susurra mi hermano.
—Tranquilo, estoy aquí, sabía que intentarías salvarnos
—¿Y Chuck?, ¿Minho?
—Ava le ordeno a Janson que nos separara lo máximo posible, Thomas, no los veo desde el día del ataque al campamento
—No te preocupes, seguro están bien, los salvaremos
Cortan las cadenas de todos y nos van guiando hacia afuera, allí nos dan una chaqueta, algo de comer y algo de tomar.
—¡Vengan todos! —Grita Vince y voy hacia él, detrás del hombre hay un barco tan grande como un edificio. —, a ver, escuchen, sé que han vivido un infierno, ojalá fuera el fin de nuestros problemas, pero aún no terminamos, Cruel sigue ahí y no se rendirán, ustedes tienen algo que quieren, los secuestraron por que son inmunes a una plaga que está acabando con la humanidad y creen que pueden sacrificarlos para encontrar la cura, pero yo no, así que en dos días, cuando esta chatarra pueda navegar, nos largaremos de aquí, iremos a un lugar donde Cruel jamás los va a encontrar, donde puedan empezar de nuevo y al que puedan llamar hogar
Me alejo del sitio y camino, mirando al rededor, parece ser un muelle, se ve agua a lo lejos, quizá el océano.
Cerca de las camionetas, entre dos tiendas de campaña. Veo a una muchacha que ya conozco de antes. Freno mis pasos y sonrío, mirando hacia ella.
—¡¿Brenda?!
La muchacha se da la vuelta y al verme allí, corre hacia mí y yo hacia ella. Nos abrazamos.
—¿Desde cuándo son amigas? —Habla Jorge, apareciendo de la nada y nosotras nos separamos al oírlo.
—¿Qué te puedo decir?, nos unió la misma enemiga —Le contesta Brenda.
Thomas nos llama y le seguimos hasta una habitación donde están los demás, incluso Aris y Sonya.
—Bien, ahora que estamos todos aquí, ¿saben a donde iban? —Pregunta Thomas.
Aris y Sonya me miran a mi, entonces aclaro la garganta y empiezo a hablar.
—Bueno, escuché a Janson hablando de una ciudad protegida, una ciudad de Cruel, donde vive Ava
—¿Y que pasó con Chuck y Minho?, ¿por qué no estaban en el tren?