Una Sonrisa | tododeku (descontinuada)

20

Izuku sintió el pánico recorrer su cuerpo, ¿Qué pasaba si en realidad solo él estaba borracho y Todoroki no?

Izuku no quería descubrirlo.

Debía salir de ahí rápido.

Si tenía suerte, Todoroki estaba tan borracho como él.

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Shoto sintió una fuerte punzada en su cabeza y su estómago se revolvió. Pensó en abrir los ojos, sin embargo apenas comenzó se retractó inmediatamente, la luz del día brillaba mucho y la luz de la ventana le llegaba directamente en la cara; esta situación no le hizo un gran favor al dolor agudo que sentía en su cabeza.

Ugh. Soltó un quejido mientras se llevaba sus manos para frotarse la cara en busca de quitarse la luz y el dolor que sentía. Se sentía extraño, sus brazos se sentían un poco más débiles de lo usual, más torpe. ¿Acaso se estaba enfermando?

Dios, lo que le faltaba, enfermarse y tener que pasar más tiempo en casa.

Sintió su estómago revolverse nuevamente.

Oh no.

Esta vez no sentía que pudiera evitarlo.

Se levantó de golpe causándole un gran mareo que lo llevó de vuelta a sentarse en... ¿Un sofá? ¿Qué demonios?

El mundo giró a su alrededor y sintió su estómago devolver un líquido repugnante que se tuvo que obligar a tragar.

¿Dónde estaba? Shoto no conocía ese lugar. Estaba rodeado de mucho blanco y ventanales, digno del estilo occidental; no estaba familiarizado con ese espacio y necesitaba un baño con urgencias.

—¡Oh Dios mío! —una voz chillona invadió sus oídos molestando inmensamente, aunque seguro sea por causa de su malestar que lo percibía de aquella manera. Cerró sus ojos con fuerza pero pudo sentir unos pasos apresurados hacia el lugar en el que se encontraba —. Todoroki, te ves fatal. ¿Es esta tú primera resaca?

Shoto no respondió.

—No tienes que responder, ¿puedes pararte?

La chica colocó sus manos en sus brazos y Shoto no se sentía lo suficientemente bien para negar su ayuda así que hizo un esfuerzo y se dejó guiar por... ¿Uraraka? Sí, estaba seguro de que era ella.

Caminó con los ojos entrecerrados mientras la seguía por la casa hasta finalmente llegar a un baño. Más rato tendría que agradecerle porque apenas divisó el inodoro se desplomó hacia adelante agarrándose del borde y vaciando todo el contenido de su estómago.

Desde ahí todo se volvió algo difuso para él, no sintió el momento en que se acercaron a él para apartar su cabello de su cara o cuando tiraron la cadena por él o cuando lo ayudaron a ponerse de pie y le entregaron un vaso de agua para que se enjuagara la boca. Sintió como parte de sí mismo estaba desconectado y su cuerpo se movía en automático a través de las indicaciones que Uraraka le daba.

Definitivamente tendría que comprarle un regalo o algo así.

No sabe cuánto tiempo estuvo así hasta que poco a poco fue volviendo dentro de sí mismo. Aún le dolía la cabeza y se sentía extraño, pero finalmente pudo ser más consciente de lo que estaba ocurriendo.

—¿Cómo te sientes, Todoroki? —Uraraka preguntó mientras se acercaba a su lado.

—Creo que nunca me había sentido tan mal en mi vida —contestó finalmente, sintiendo un sabor amargo y disgustante en su boca.

—Sí... Las resacas apestan, especialmente si es la primera vez que tomas —la castaña soltó una risa nasal.

Uraraka empujó hacia él un plato con un puñado de galletas de apariencia insípida y una taza con líquido humeante.