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2. 𝑫𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔.

Entramos en otra sala donde hay varias personas trabajando en distintas áreas médicas. Me separan de Chuck pero lo sigo viendo.

—Siéntate —Un hombre calvo me señala la silla, tiene una inyección en la mano.

—¿Qué es eso? —Pregunto con miedo.

—Es un cóctel de todo, calcio, ácido fólico, vitaminas de la A a la Z, todo lo que no recibiste afuera —Me toma el brazo y lo estira. —, trata de relajarte... muy bien, ahora pasa a la siguiente área, por favor

Me siento en la silla que está más allá y veo a un segundo hombre.

—Tomaré una muestra de sangre —Asiento y procede.

Vuelvo a cambiar de silla y una mujer me revisa la herida del brazo y la de la cabeza, las desinfecta y luego me pone unas vendas pequeñas y cuadradas.

—¿Maia? —Un hombre armado se para frente a mi.

—¿Si?

—Acompáñame, ven

Me levanto de la silla y Chuck se levanta para venir hacia mi.

—Necesito que vengas tu sola —El hombre vuelve a hablar y asiento, camino hacia Chuck y lo tomo de los hombros.

—Nos veremos luego, te lo prometo, confía en mi... busca a los chicos, han pasado un par de horas, quizá ya estén aquí —Le doy un beso en la cabeza y sigo al hombre.

—Espera aquí —Me señala el interior de la sala.

Entro y veo que es todo gris, hay unas ventanas por las que sólo se ve mi reflejo y una mesa en el medio con un par de sillas, también veo una cámara apuntando hacia mi.

Me siento en una de las sillas cuando la puerta se cierra. Espero allí, nerviosa, sin saber que hacer y sin saber para qué estoy aquí. La puerta se abre y entra Janson.

—Maia, gracias por venir, disculpa la molestia, solo esperaba que... pudiéramos hablar en privado, sin tu... hermano

No le contesto. El hombre se sienta frente a mi, del otro lado de la mesa.

—Maia, no te voy a quitar mucho de tu tiempo, sólo tengo una pregunta... dime, ¿qué recuerdas sobre Cruel?

Me quedo en silencio, intentando saber que es lo que quiere saber realmente este hombre.

—No estás en problemas, sólo es una conversación para ayudarme a entender —Vuelve a hablar después de que no respondo a su pregunta.

—¿Entender qué?

—De que lado estás

—Yo... trabajaba para Cruel, con mi hermano

—¿Chuck?

—No, Thomas... también recuerdo que me enviaron al laberinto, quizá fui muy problemática

—Entiendo

—Vi pasar la muerte frente a mis ojos, sólo una persona sin corazón podría estar del lado de Cruel —Hago mi mayor esfuerzo para llorar.

—Es interesante que aunque trabajaras para ellos, te enviaran al laberinto, ¿por qué motivo lo harían?

—No recuerdo todo, solo algunos rostros y cosas, pero sé que me enviaron a un laberinto donde había monstruos, no sólo hablo de los Penitentes... ya nada importa, salí al cabo de un par de días, Cruel es muy débil o soy su favorita

—¿La favorita de Cruel?, entonces es un privilegio que estés aquí, disfruta de tu estancia en las instalaciones

—¿No hay más preguntas?

—Ya me dijiste lo que necesito saber, tu y Chuck ya pueden reunirse con los demás, en algunos días estarán en un lugar más agradable

Mientras tanto...

Guían a Chuck hacia el comedor cuando Janson les da la orden. Allí el muchacho salta de alegría al ver a sus amigos, Thomas, Newt, Minho, Sartén y Winston.

—¡¿Chuck?! —Pregunta Thomas, en shock.

Todos lo miran sin poder creer que el pequeño esté allí, a salvo con ellos.

—¿Cómo es que estás aquí?, ¿acaso no...

—Bueno, el Penitente me arrastro al laberinto, pero ella me salvó —Dice el chico.

—¿Ella?, ¿una chica? —Pregunta Newt.

—Si, bueno, creo que les alegrará volver a verla

—¡¿Maia?! —Pregunta Minho, saltando de la silla.

—Oigan, cálmense, pronto vendrá —Chuck sonríe, feliz. —, pero díganme, ¿dónde están los demás?, ¿y Alby?

—Bueno, Chuck, es que...

—¡Ahí está! —El niño grita y corre a abrazar a Maia.

Mientras tanto...

El hombre armado de antes, me guía hacia la siguiente sala. Parece ser un comedor, hay muchas mesas con algo de comida y muchas personas, chicos y chicas, todos vestidos con la misma ropa. Enseguida veo a Chuck que corre hacia mi y me abraza, yo a él. Me guía hacia una mesa con unos chicos, entre ellos, los veo a ellos.

—Chicos, Maia está viva —Dice el niño.

Paso mi mirada por ellos, veo a Winston sonriente, al igual que Sartén. Luego está Newt quién me mira con sorpresa, Thomas que me mira confundido, quizá el también había recordado algo, como yo.

Y por último está Minho, quién me mira como nadie jamás me había mirado en la vida, al menos que yo recuerde. La mirada del pelinegro me hace sentir en casa. Puedo ver tristeza y felicidad al mismo tiempo y no sabría decir si es de él, mía o de ambos.

—Minho —susurro, con la voz temblorosa.

El muchacho se levanta de su silla y me abraza sin pensarlo. Tardo unos segundos en corresponder el abrazo.

—Pensé que no volvería a... —susurra en mi oído. —no importa, lo mejor que me ha pasado, además de escapar de Cruel, es saber que tenía razón, sabía que seguías viva, lo sentía

—No te pongas sentimental, Minho, que me harás llorar frente a toda esta gente que no conozco

Me separo del muchacho y a nuestro lado veo a Thomas. Minho se aleja, un poco nervioso, al igual que yo y ahora es el otro chico quién me abraza.

—Lo recuerdo, te recuerdo —Le susurro.

—Yo también sé quién eres y ahora me siento aún peor por no haber hecho algo para...

—Thomas, estoy bien y ustedes también, es lo que importa ahora

—Así que si son hermanos —Dice Chuck.

—¿Qué pasó en el laberinto?, deben contarme todo —Dice el pelinegro, mi hermano.

Thomas me suelta y se vuelve a sentar. Chuck le cuenta la aventura, con misterio y emoción.

El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora