Omela Radio

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Entregarse a Jungkook a ciegas era enfrentarse a un gran peligro, sobre todo por las ideas estrafalarias que cruzaban por su mente. 

Como ahora, por ejemplo. 

JiMin miró con escepticismo a su novio, quien sostenía un peculiar objeto de extraña apariencia. Era una especie de vibrador de forma ovalada, demasiado aterrador para describirlo con precisión, su lado profesional entró en acción y reflexionó sobre el propósito de tal dispositivo.

 ¿Fue por placer o por algo completamente distinto? 

Jungkook, siempre travieso, mostró una sonrisa traviesa y agitó el dispositivo en dirección a JiMin. 

-No te preocupes, cariño, esta es una herramienta de masaje de última generación. Va a revolucionar la forma en que nos relajamos después de un largo día-.

JiMin miró el objeto con cautela, aún albergando dudas sobre su verdadera intención, sin embargo, confiaba en Jungkook, quizás demasiado para su propio bien, solo asintió de mala gana y susurró. -Está bien, pero sea amable.

Con eso, Jungkook tomó a JiMin de la mano y lo llevó al dormitorio, la habitación estaba suavemente iluminada con velas, creando un ambiente de tranquilidad, a pesar del objeto amenazador todavía apretado en la mano de Jungkook.

El ambiente estaba cargado de anticipación y confianza, Jungkook instó a JiMin a acostarse en la cama, su tono sorprendentemente suave y tranquilizador hizo que JiMin obedezca a su petición, su pulso se aceleró con una mezcla de emoción e incertidumbre, cuando Jungkook encendió el dispositivo, suaves vibraciones zumbaron en el aire, haciendo que la aprensión de JiMin alcanzara su punto máximo.

Pero sucedió algo inesperado, tan pronto como las vibraciones tocaron la piel de JiMin, sintió una corriente eléctrica de placer recorrer su cuerpo, el dispositivo se deslizó sobre sus músculos, liberando una tensión que ni siquiera sabía que existía, sus dudas anteriores se evaporaron, reemplazadas por una profunda sensación de felicidad. 

Jungkook, al sentir la respuesta de JiMin, no pudo evitar sonreír triunfalmente, con un brillo travieso de sus ojos se transformó en tierna adoración, al presenciar la entrega de JiMin al placer, supo que había creado algo extraordinario.

 Había desbloqueado un nuevo nivel de intimidad en su relación.

Y el hecho de que su Alfa lo complaciera con aquello le llenaba el corazón de ilusión al Omega, definitivamente Jimin no pertenecía a reglamento del tipo Alfa detestable que imponía la sociedad tan demacrada y llena de pensamientos de crítica.

 Cada toque, cada vibración, se convirtió en una sinfonía de sensaciones que sólo ellos podían tocar. JiMin y Jungkook habían aprendido a confiar el uno en el otro más profundamente, aceptando las ideas y experiencias que la vida les deparaba.

 Y aunque su romance siguió floreciendo, tenían presente el bienestar del otra para que nada llegase a deteriorar su relación, que como en todas existían conflictos eso la hacía perfecta.

Jungkook disfrutó del cálido abrazo de Jimin mientras compartían momentos íntimos juntos, habían estado saliendo durante unos meses y su amor mutuo se había convertido en algo hermoso. Su relación se basó en la confianza, la comprensión y una conexión profunda que parecía trascender las palabras. 

Ambos eran personas apasionadas que encontraban consuelo y consuelo en los brazos del otro, Siempre que estaban juntos, sentían como si el mundo que los rodeaba se desvaneciera, dejando solo prosperar su amor.

Jungkook apreciaba cada momento que pasaba con Jimin, especialmente sus noches de pación como ésta, donde simplemente podían existir en presencia del otro, a menudo se acurrucaban en el sofá, envueltos en las mantas más suaves, mientras se susurraban cosas dulces al oído. 

El toque de Jimin fue suave y relajante, sus dedos trazaron delicados patrones en la piel de Jungkook, de un momentoa otro el tiempo pareció detenerse mientras se deleitaban con la sencilla alegría de estar juntos.

 Sus cuerpos encajan perfectamente, amoldándose el uno al otro como si estuvieran hechos el uno para el otro, en esos momentos, Jungkook sintió una abrumadora sensación de gratitud por haber encontrado a alguien como Jimin. Su amor no necesitaba grandes gestos ni expresiones extravagantes; prosperó con los actos cotidianos de amor y bondad que se derramaban unos a otros.

 A medida que la noche se hacía más oscura y el mundo fuera de su ventana se calmaba, Jungkook podía sentir el suave ritmo de los latidos del corazón de Jimin contra su pecho. Fue un reconfortante recordatorio de que estaban entrelazados no sólo en cuerpo sino también en alma. 

Su intimidad compartida no era sólo física; fue una profunda conexión emocional que los acercó cada día que pasaba. Rieron juntos, lloraron juntos y se apoyaron mutuamente en los altibajos de la vida. Su amor era un ancla, una fuente de fortaleza en la que siempre podían confiar, el corazón de Jungkook se llenó de amor mientras miraba a Jimin a los ojos, su corazón daba un vuelco con cada tierna mirada que intercambiaban. 

En ese momento, supo que su amor era una fuerza a tener en cuenta, un amor que podía resistir cualquier obstáculo que la vida les presentara, mientras yacían uno en brazos del otro, su amor los envolvió como una cálida manta, protegiéndolos del mundo exterior.

Sabían que su viaje juntos no siempre sería fácil, pero confiaban en que el amor que compartían los guiaría a través de cualquier tormenta, Jungkook cerró los ojos, disfrutando de la sensación de la presencia de Jimin, sabía que este amor que compartían era raro y precioso, y estaba decidido a apreciarlo todos los días, mientras ambos vivieran. 

En ese momento de tranquilidad, mientras yacían enredados en el abrazo del otro, Jungkook susurró tres palabras que contenían el peso de toda una vida de amor.

-Te amo, Jimin.

 Y Jimin, con una sonrisa que podría iluminar la noche más oscura, le susurró

 -Yo también te amo, Jungkook.

-Quiero hacerlo otra vez Alfa.

Era una clara señal para Jimin e irse a dormir, Jungkook era muy exigente y al dia siguiente tenia mucho trabajo.