Fue totalmente inesperado cuando lo vi. Entró completamente despistado, caminando sumamente pausado como si con cada paso el mundo se doblegara a sus pies, seguro y firme pero sin pensarlo, el simulaba ser tan poca cosa y yo ya había pensado que era algo sobrehumano lo que estaba viendo.
-Sarah, mesa cuatro por favor
De un minuto a otro me observaba a mi misma y mi mente se burlaba. La mitad de mis cosas estaban tiradas en el suelo y yo no entendía bien que me había sucedido. Entre como en un transe por un segundo, pero yá... me había recobrado. La voz de Logan retumbo fuerte en mi timpano y con ella mi cabeza retomó la compostura. Volví a ser yo, a masticar chicle como un animal y que todo me importará ciertamente muy poco.
Camine en dirección a la mesa seňalada intentando sacarme de la cabeza el incidente,y concentrándome en lo gracioso que se le veía el sombrero a la señora jeferson el día de hoy.
- Su cuenta de la noche sería de 75 dólares finales, aunque podemos agregar el postre para llevar que solo le costará 10 dólares adicionales , está en oferta por una semana, se lo encargo?
Me hizo una seňa negativa, extendiéndome un billete de 100 dólares. Rápidamente busque el cambio y mientras se lo extendía la frase que me sabía de memoria se escapaba sin siquiera pensarlo de mis labios "Gracias por venir a Dolly Rocket, esperemos que vuela pronto y que haya tenido una agradable noche"
- Sarah!! Oh amor que linda que estas hoy, ven acercate toma mi pedido.
Las palabras de la seňora jeferson, mi actual vecina, se escucharon en todo el lugar, y no era algo que me sorprendiera. Mientras mi vista se encontraba con la suya, trataba de imaginar que podía tener de atractivo mi uniforme de trabajo, aunque supuse que el cumplido había sido únicamente para quería bien y no porque realmente así fuera.
- Buenas noches seňora jeferson, ya voy hacia allí a tomar su orden, permitame un instante, y por cierto, que lindo sombrero que lleva el día de hoy.
-Anna querida, Anna, nada de señora jeferson, ya te lo he dicho.
Me dirigí a la cocina un instante. Necesitaba respirar, algo me sucedía y no entendia aún muy bien que era lo que estaba ocurriendo. El bar siempre solía tener mucho éxito los fines de semana, pero este día me estaba dando más trabajo de lo usual, y tomarme un mínimo descanso no mataría a nadie.
Ya devuelta en mis cabales, tome mi libreta y me aparte de la cocina, inclinandome hacia la puerta. Al tiempo que está se abría, mi lapicera resbaló y callo seca en el piso, mientras Tomas, uno de los demás camareros, la pateo sin cuidado lejos del alcance de mi vista.
Genial. Ahora tendré que resfregarme por los suelos en busca de mi lapicera. Gracias Tom, siempre tan considerado.
Camine frustrada observando por los rincones y de un segundo a otro, por un movimiento mecánico alguien me la estaba extendiendo frente a mis ojos.
- Creo que se te cayó esto, ten.
Mire sus zapatos, y mis ojos se abrieron expectantes, yo había visto esos zapatos semanas atrás en un comercial, y me había parecido increíblemente absurdo el precio que tenían. Mi cabeza fue subiendo de a poco, al tiempo que mis ojos se sorpendian cada vez más ante las imágenes que entraban en mi mente como flashes de una cámara digital.
Una chica, un tanto más alta que yo, por sus zapatos altos claramente, perfectamente arreglada con un vestido crema y uno tapado color rosa pálido me miraba fijamente.
Procure agarrar la lapicera y le agradecí con la mirada mientras la rodeaba algo sonrojada. Me sentía estúpida, la situación no ameritaba que me pusiera así, pero por alguna extraña razón sentí vergüenza ante esa chica y me había incómodado su presencia.
Al pasar por su lado note de reojo que sonreía y que se incorporaba con gran amor encima del chico que había visto entran hacia solo unos instantes.
Mi corazón dejo espacio a mi mente que rápidamente salió a su consuelo.
Ya, era obvio sarah. Una chico así, que ni siquiera conoces pero es tan, tan asi, lógicamente tendía que estár con una modelo como esa..
Al pensar en ella, ya una vez ubicada en un ángulo médiante el cual podía observarlos sin sentirme una abusadora, mi mente la recorrió. Era linda realmente y los zapatos que días atrás había criticado, ahora me parecían un sueňo. Seguía pensando que el precio era absurdo, pero ahora deseaba, tan sólo por un ratito, estar en ellos para poder conocer tan solo el nombre de ese muchacho.
Desde que era pequeňa mi madre me había hablado de como las personas tenían una chispa especial, que no eran todas, que de hecho eran muy pocas y ella había reconocido solo algunas a lo largo de su vida. Me había contado que mi tío Charly, a quien jamás conocí, la tenia. Sabía que el había sido muy especial, porque a mamá se le iluminaba la mirada cuando hablaba de el, y lo mismo sucedía cuando les preguntaba a mis tíos Scott y Matt sobre el tema.
Mi madre únicamente me había tenido a mi, y mi padre había fallecido cuando era tan solo una niňa. Es por eso que yo pensaba, lo duro que había sido la vida para ella, y la apreciaba tanto. Hoy más que nunca la extraňaba. No la veía porque me había mudando a Seattle sola, para empezar mis estudios universitarios allí, y mamá había preferido quedarse en Portland con Bill, mi amado padrastro.
Sabía que ella estaba bien y eso me alegraba, pero rayos, la extraňaba tanto.
Mira mamá, aquí hay alguien que tiene la chispa, y una novia también, de lo más bonita.
Yo misma me había sorprendido de que ese pensamiento aflorara en mi cabeza, así que decidí dar por finalizada la situación. Si ese muchacho tenía novia bien por el, no me interesaba en absoluto.
Salí al encuentro de los clientes y de la seňora jeferson, esperando que terminara la noche lo más rápido posible.
(:::)
Eran las 12 de la noche, ya me encontraba en mi departamento por suerte y los nervios me cartomian el estómago. Maňana era mi primer día en la Universidad de Bellas artes del contado de Seattle. Primer día como estudiante Terciaria, mi corazón latía con ánimo al recordar que ya no era una niňa, y que ahora tenía que empezar la jugada de mi vida en serio.
Colgué de hablar con mamá y oí los gritos de mis pesadillas al otro lado de la puerta.
-SARAHHH!! Ya llegue ven a darle un beso enorme a tu mejor amiga del mundo entero, antes de que te parta la cara por no hacerlo.
No le tenía miedo, pero ya saben, era Steacy, siempre había que hacer lo que dijera a menos que quieras realmente entrar en una guerra completamente innecesaria.
-Hola tess, como te fue en California?
Ni siquiera me contestó, pero ya lo sabía, se venía" la hora", que básicamente consistía en que Steacy me cuente que tan lindos eran los chicos que había conocido, y que tan " poco mujeres" eran las jovencitas que querían, dicho sutilmente, levantarse a esos muchachos, exactamente de la misma forma que tess lo hacía, pero yo prefería no decir nada por mi propio bien.
Ambas éramos de lo más parecidas, la gente solía pensar que éramos hermanas y hasta mellizas. Pero yo sabia que éramos muy diferentes, aunque no importaba cuanto, tess siempre sería mi mejor amiga.
Disfrutaba oírla contarme sus cosas, reír con ella, y verla feliz.
Teníamos el pelo rubio las dos, ojos claros, y casi la misma altura.
Compartíamos como característica fundamental de la presonalidad, nuestro carácter. Simplemente éramos chicas que habían nacido "dotadas" (y no sabría decir si eso era mejor o peor) de un cuerp de lo más femenino que podría existir. Pero las dos, teníamos en común nuestra forma de ser, que consistía en patear traseros 24/7 todo el mes, a cada intento de hombre que aparecía y nos trataba como dos juguetes que podías utilizar.
Era por eso que me llevaba bien con tess, éramos como cómo dos varones encerrados en cuerpos de mujer, si logro explicarme con claridad.
Luego de hablar un buen rato mientras cenabamos, si parar ni un segundo, decidimos que era hora de baňarnos, ponernos la pijama y ir perfilando hacia la cama, maňana sería un día de lo más excitante y nos convenía a ambas estar bien descansansdas.
Tess iba a comenzar la carrera de Letras en la misma universidad que yo, el mismo día, por lo tanto estuvo de acuerdo conmigo cuando le propuse acostarnos a dormir.
Ya en mi cama, un breve recuerdo golpeó mi corteza cerebral. La mirada de ese chico había cortado mi respiración, dejándome completamente inactiva, como si mi cuerpo no respondiera ante ningún estímulo externo en ese momento.
Prácticamente lo vi todó en cámara lenta, como entró y se quitó los lentes, mirando hacia alguna mesa desocupada, al tiempo que se acomodaba su cabello. Fue un segundo dónde pude imaginarme su sonrisa, y el sonido de su voz.
Abrí los ojos en la oscuridad, y pensé por un instante cuanto deseaba conocerlo, verlo de nuevo, si... Tener el gusto de poder ver su rostro una vez más, así lo deseaba y soňaba que se cumpliera.
Tan sólo un instante después... Completamente anonada ante mi descarada mente, me dormir, sumiéndome en un profundo sueňo.
Multimedia:
Derecha: Steacy
Izquierda: Sarah
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.NI MEDIA. NI UN CUARTO.
Romance-No importa cuanto sea el tiempo, el espacio que nos separe. Porque en el momento en el que lo pensemos, realmente lo pensemos Sarah, y decidamos ganarle, 1 minuto de ese tiempo será mi oxígeno lejos de ti, y 1 por lo tanto, 1 minuto de separarme de...
