26."Por cierto... Amo tus besos"

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Summer

Pasé toda una semana dándole vueltas a mi tonta visión del beso con Alexander, que parecía que jamás lo iba a superar, aunque el resto de las vacaciones lejos de mi mejor amigo y su pequeña hermana, hicieron que fuera olvidando poco a poco todo lo que había sucedido, e incluso, me estaba convenciendo, de que todo fue un simple capricho de mi parte por sentir algo por Alex.

Estábamos de vuelta en clases, y algo en mi venía con aire y ganas de estar aquí, y disfrutar este nuevo semestre al máximo. Las cosas con Ian pintan demasiado bien, que ya es casi nulo, el sentimiento que me produjo el sueño que tuve despierta esa noche de Navidad. Voltee hacia atrás y vi la mirada de Alex puesta sobre mí, en clase de inglés. Sonreí tras verlo después de semanas, y me contuve de  correr a abrazar a mi mejor amigo.

Alexander

Todo me pareció una pesadilla, cuando supe que Summer viajaría a ver a sus abuelos, y que no la vería hasta entrando a clases. Para mi desgracia, el <<entrando a clases>>, resultó demasiado literal para mi gusto. Cuando mis ojos alcanzaron a ver una hermosa cabellera chocolate, mi atención se centró en la persona atenta a la clase y tomando apuntes. Summer volteó de repente, y me regaló una sonrisa bastante dulce para lo que ella representa la mayoría de las veces, lo cual me hizo intentar  no sonreír más de lo que debía.

-Quiero abrazarla.-Pensé. O eso creí, hasta que todo el salón de clases se quedó mirándome.

-¿A quién quiere abrazar, señor Dankworth?-Pude sentir como mis mejillas se ponían coloradas, por lo caliente que sentía mi cara. Negué con la cabeza, esperando que la tierra me tragara en cualquier momento, y me evitara la peor vergüenza de mi vida.

-Yo... Es...

-A mí, profesor. Quiere abrazarme a mí.- <<Esto no puede ser cierto...>>

-Dylan... No. No me ayudes...-dije tartamudeando, después de la <<confesión>> de mi amigo.

-Puedo asegurarle señor, que Dankworth se refería a una chica.-Nadie se volteaba al frente, y yo sentía como me escurría por la silla.

-Lo sé... Pero alguien debe tomar el papel de la chica, ¿no es así?-<<Fantástico, acaba de tirar mi reputación al infinito y más allá>>. Ahora ninguna chica va a querer acercarse a mí, porque van a pensar que soy gay y estoy saliendo con mi amigo. Todos en la clase parecían querer tirarse al piso por la risa, mientras el profesor perdía la paciencia, y yo me rehusaba a mirar hacia Summer.

Para mi suerte, el timbre sonó, y yo tomé mis cosas lo más veloz que pude para salir antes que nadie, de ese salón de la muerte. Prácticamente mis piernas corrían a través del pasillo, encontrando una solución a la estupidez de mi amigo, y buscar la forma de calmarme. Entré a los vestidores de hombres, rogando porque todos estuvieran en clases, y nadie tuviera la idea de hacer ejercicio a ésta hora. El lugar estaba vacío, claro, a excepción de mí, que intentaba tomar aire y relajarme, aunque me parecía algo demasiado imposible.

De un momento a otro, sentí un empujón en mi espalda. Alguien intenta abrir la puerta. Me alejé lo suficiente como para ver un delgado y delicado cuerpo, entrando por esa puerta. Y no, no era un chico, era mi mejor amiga.

-¿Qué haces aquí, Summer?

-Intentando hablar contigo. ¿No lo parece?

-No tengo idea... -Ella se cruzó de brazos ofendida.-No, no... Hablo de que... No sabía que estabas persiguiéndome.

-No te he visto en semanas, ¿y solamente preguntas qué hago aquí?-Ahora parecía indignada.-Ven y dame un abrazo.- Me jaló con suavidad de la playera, y ambos nos abrazamos como si hubieran pasado años, y no semanas.-Te extrañaba.- <<Vaya, me extrañaba>>.

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