Capitulo 20

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Busqué para ver donde estaba Wade y lo encontré al fondo de la sala. Estoy ilusionada por poder pegarle aunque eso no dice mucho de mí en estos momentos.

-¡Ey, jefa! - me grito Skull - ¿Quieres intentar vencerme otra vez?

-Lo siento, pero hoy no me apetece dejarte ganar; pero en otra ocasión será - le guiñe un ojo sin detener mi camino y haciendo que los demás hombres se riesen.

-No os riais, ¡visteis realmente todo!

-¡Lo que tú digas, Skull! - rio más alto Bigball

-¿QUIERES QUE TE LO DE MUESTRE?

Les ignoré. Siempre estaban igual, si estaban en la misma habitación y no se picaban parece que no están contentos. Como chiquillos. Pero el hombre que me esperaba en la colchoneta grande no se parecía nada a un chiquillo. Vestía los pantalones de boxeo negros y una camiseta de manga corta pegada del mismo color. Él también me estaba repasando con la mirada, haciéndome sentir expuesta.

-¿Preparada? - dijo cuando llegue a su lado. No le contesté, sólo entre en el tartán y pegue unos saltos para calentar las piernas. - Pues vamos allá.

Sin parar a pensar le lance un puñetazo, que él le esquivó fácilmente mientras que levantaba una ceja.

-¿Así, sin más?

-Llevó tiempo queriendo hacerlo - dije tranquilamente, sin dejar notar lo rápido que me iba el corazón. E intenté pegarle de nuevo. Pero esta vez no lo esquivo, pero tampoco le llegué a dar. En cambio me agarró de la muñeca y dándome una vuelta, junto mi espalda con su pecho; agarrándome ambas muñecas con sus manos cruzándolas sobre mí pecho.

-Yo también llevó esperándolo tiempo - susurró en mi oído y puede sentir su aliento acariciándome. Eso y sentir todo su duró cuerpo contra el mío era una sensación tan exquisita como demoledora -, pero aún no ha acabado - dijo mientras me soltaba y me empujaba levemente para que volviese a mi sitio de partida.

-Por supuesto - le dije mirándole fijamente, sintiendo como acabo de meterme en la trampa del lobo. Aunque es muy tentadora.

-Me alegra oírlo - sonrió con esa sonrisa que hace pensar cosas no muy santas.

-¿Vas a dejar de hablar y atacar? - le desafíe.

El dio un paso hacia delante y yo le correspondí con otro paso atrás.

-¿Huyes ya? - rio

-¿Sigues hablando? - le contesté.

En cero como me encontraba esquivando sus golpes, lo que significaba que él no estaba esforzándose en golpearme y lo agradezco, porque con un golpe suyo me puede dejar K.O. al instante. Aunque esto se estaba volviendo divertido, no quiero que piense que soy una delicada flor del campo, así que con todas las ganas le aticé un buen puñetazo en el estómago. Que por lo que veo, me he hecho más daño yo que él. Eso sí, sus ojos negros parecían más negros si puede ser y no creo que eso sea buena señal. Pero lo único que sé es que a los pocos segundos me encontraba de espaldas contra la colchoneta, con las piernas dobladas y entre ellas el robusto cuerpo de Wade me aprisionaba contra abajo. Lo hizo rápidamente y a la vez suave. Y ahora que sus ojos están a unos centímetros puede ver que sus ojos no auguraban nada malo, sólo dulces propuestas. Aunque no sé si calificarlas de dulces es lo correcto.

-Gran... movimiento - es lo único que se me ocurrió decir, sentir su cuerpo tan cerca hacia que mi cerebro dejase de funcionar.

-¿Solo el movimiento? - dijo enmarcando una ceja y juntando el cuerpo más al mío. Creó que voy a morir de placer y no quiero imaginar si esto es lo que siento con la ropa interponiéndose entre nosotros como será cuando, ¡Mejor no pensarlo! Porque entonces sí que me da un ataque al corazón. Mira que he conocido a miles de tíos como él: atractivos, altos, musculosos, arrogantes y con el ego de un dios. Pero ninguno de ellos me ha hecho sentirme así. -¿Estás segura?

Es como él me dijo el primer día que le conocí. Él habla y sólo consigo escuchar blablabla, porque entre mirar sus ojos y esa boca moviéndose, mis sentidos no dan para más. Sin duda Wade es perjudicial para mi salud mental, como una obsesión, y mi salud física, porque ha este paso entró en combustión instantánea como no haga algo ya.

-Wade, ¿vas a dejar de hablar y besarme de una vez? -ya me arrepentiría luego de esto, aunque no creo que eso sea posible.

-¿Segura?

-Wade...

-¿Si? - dijo por siendo cara inocente

-¡Wade!

-¿Qué? - dijo riéndose.

-¡Ya nada! - le dije cabreada - ¡Quítate de encima!

-Y si no quiero... - dijo todavía riendo.

-¡Ahora soy yo quien no quiere, imbécil!- le dije intentando empujarlo por los hombros, pero era imposible - ¡Estúpido mequetrefe, apártate!

-Si es eso lo que quieres... -dijo poniéndose en pie.

-Ahora sí, ¡y pensar que quería que me besases...!- bufe mientras que me ponía en pie también.

Sin dejarle que dijese nada me dirigí con paso decidido al vestuario, entre sin comprobar que estaba vacío y por suerte lo estaba. Cogí el papel donde ponía que no podían entrar y lo pegué fuera. Me senté en unos bancos sin poder hacer nada porque me he dejado la mochila con todo en mi oficina. Y lo menos que me apetecía es tener que salir del vestuario después de haber hecho el ridículo. ¡Yo como una subnormal pidiéndole que me bese y él riéndose! Qué vergüenza... Aunque viéndolo ahora sé que después me arrepentiría de besarle en medio del gimnasio con todos presentes. Y sobre todo que diría mi padre cuando se enterase. Se me caería la cara de vergüenza...

Así que pensándolo fríamente, es mejor que no haya pasado nada. Aunque eso a él no se lo pienso decir. Con el orgullo curado me dispuse a salir del vestuario pero antes la puerta se abrió dejando paso a un Wade muy decidido. Yo me quedé muda. No me esperaba que entrase. Él se acercó hasta quedar a escasos centímetros.

-¿Crees que no te quiero besar? Estaría loco si fuese así - dijo -. ¡Quiero más que besarte! Pero sé que tú no quieres dar un espectáculo allí fuera. Pero tenlo claro: me da igual donde estemos para besarte, así todos sabrán a quien perteneces - dijo poniendo sus manos en los laterales de mi cabeza -. A mí - dijo besándome levemente, tan levemente que parecía imaginado.

-No soy tuya - le dije entes de que sus labios volviesen a posarse en los míos un poco más.

-Sigue diciéndotelo, a lo mejor así te lo crees - dijo antes de besarme de verdad.

Soy Tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora