Si decido quedarme || Aldo Geo

11. Familia

–Actualidad–

Me levanto del suelo, recién me levanto después de estar todo el rato encerrada aquí.

Mi tía estaba conmigo tomándome de la mano.

Camino frente a ella y notó como sus ojos están rojos e hinchados.

Ella se levanta y cuandoensta a punto de irse, me ve y vuelve a tomar asiento.

Se toma sus minutos, pero después habla...

—He intentado pensar en que es lo que Nora y te hubiera dicho si estuviera aún aquí con nosotros — ella toma mi mano — Eras su tesoro más preciado, Annie y la verdad es que solo te diré que si quieres irte, hazlo, mi niña — acaricia mi cabello — No puedo permitirte que sufras más, será lo más duro que enfrentaré, pero si eso significa que tú ya no quieres sufrir más, hazlo, lo entenderemos.

Acerca mi mano a su boca y deja un beso en ella.

—Estaremos bien, Annie — susurra mientras llora — Estaremos bien...

Acercó mi mano a la suya, tomándola.

—Gracias, tía — menciono.

Ella lleva su mirada a mi, directamente, cosa que me sorprende.

Dos golpes se escuchan en la puerta...

La mamá de Ari está aquí, mi tía se levanta y abraza a la mujer.

En todo ese rato, entraron mis amigos.

Primero Ari y Juan.

Ambos sujetaron mis manos y lloraron juntos.

Luego Filis, Ama, Roier, Rivers, Felix, Osvaldo y Madison.

Cada uno me dió palabras de aliento, pero de todos, Osvaldo fue quien se quedó al último y le dieron un momento conmigo antes de que ingresarán los demás.

—No sabes cómo me asustaste, Annie, pensé lo peor, pero aún tengo esperanzas, ¿Sabes?.

Le sonrió, aunque no pueda verme.

—Se que eres muy fuerte y Mad dice que hierba mala no muere así que creo que tiene razón — ambos reímos.

A pesar de todo siempre seguía con sus bromas.

Él suelta un suspiro y se acomoda sus lentes.

—Afuera hay demasiada gente, los enfermeros están sorprendidos de que tengas demasiados amigos, hay más de treinta personas, las conté todas — me siento a su lado — Eres muy querida, Annie, si te vas nos dejaras a todos un gran vacío, solo lucha un poco más pequeña.

—Lo intento, Osvaldo — menciono y se que no puede orime, pero esto es lo único que me reconfortaba.

—Se que lo intentas, eres una luchadora, siempre lo has sido — su mirada se dirige al pasillo.

Veo como los demás se agrupan.

—Ya tengo que irme, pero pasaré toda la noche aquí, no me movere ni un segundo de esas sillas de allá afuera hasta que te levantes — río levemente — Te quiero mucho, hermanita.

—Y yo te quiero más, hermano.

Ese era nuestro pequeño apodo...

Lo veo alejarse, llega a dónde está Madi y está le acarica la mejilla para después irse.

Alana, Barca, Olivia, Mar, Ada, Quackity, Juls, Rebeca, Ronny, Chio, Beth y Vivi son los siguientes en entrar.

Cada una de las personas que había entrado aquí salía llorando.

No aguantaba más verlos así.

Así que solo salí y fui a uno de los pasillos para quedarme dormida.

No me quedaba mucho tiempo...