El reto
—¿Verdad o reto, Videl? —Annie, inquirió con un tono de provocación.
Mis únicas dos amigas. Y yo, Emily O'conner, permanecíamos sentadas en uno de los puestos jugando a verdad o reto.
—Por supuesto que prefiero, verdad —reveló Videl, y meneó su precioso cabello rojizo—. Si te toca hacerme la pregunta, no quiero un desafío para que me hagas besar latas de cerveza de la basura. —Lo que dijo me hizo reír en un tono cariñoso. Dubitativa jugueteó con la pajita de la bebida. Annie suspiro para soltarlo, sin embargo, ella la detuvo con un—: Espera, Annie, ni se te ocurra hacer una pregunta de esas malvadas.
Annie, la miro con desagrado ante su melodrama.
—¡Bah! ¿Ahora estás gritando y a la defensiva? No seas tan... ridícula. Además, jugar a esto fue idea tuya —apuró a decirlo como si le molestara hacer semejante payasada—: jugar a un juego ridículo. ¿Quién sabe para qué o por qué? ¿Qué tan triviales son tus juegos? —Annie la miro con burla y crítica, para decir—: Crece, ¿quieres? Ya no tenemos cinco años. —Entre burlas se giró a verme con interés—. ¿Y tú, pelinegra? ¿Qué piensas de los jueguitos de Videl?
Las conocí desde los cinco años cuando estuvieron de excursión en el Orfanato de Salem en el que residía antes de mi adopción. Annie siempre fue la amiga que hacía interrogaciones intelectuales para una niña de cinco años tipo: «¿Qué te dan de comer en este orfanato?». «¿Recibes maltrato físico o psicológico?». Y Videl era la niña coqueta que me llevaba fresas, porque decía que era muy pobre para comprarlas.
La pelirroja quería ser modelo, yo le decía «Si. Modelos. Videl es el atardecer rojo y Annie la mañana nevada». Pero, Annie, en su gran capacidad intelectual, y belleza: cabello blanco natural, alta, piel de porcelana con pecas esparcidas en su nariz como hombros. Nos decía: «ser modelo no es un trabajo más que explotación hacia la mujer». Videl chillaba ante lo dicho por la peliblanca. En cambio yo, las observaba con fascinación, no por el tema, si no porque creía que eran producto de mi imaginación. Pasar toda tu vida encerrada sin ver a nadie, puede hacer que pierdas la esencia de la realidad.
Sacudí mis pensamientos, cuando las vi esperando mi respuesta.
—Es divertido. Sería peor si estuviéramos en las fiestas de Andrés ¿No?
—Claro, ni lo digas, es un tremendo bobolon ese morboso —Annie se burló—. No sé qué le ven, si es todo un hueco que solamente tiene el conflicto de llevar a alguien a la cama para comentarlo.
—Es guapo. —La pelirroja sonrió al mismo tiempo de que Annie terminó de hablar, para despues argumentar—. Claro, para ti no, ya sabemos que a ti no te gusta más nada que el papa segundo, Annie.
—Ni siquiera sabes quién fue el Papa segundo. —Meneó la pajilla de la bebida con sorna—. ¿Sabes que es ser un Papa al menos? ¿O donde recidé uno? ¿No? —Se burló por el silencio e incomodidad de la pelirroja—. Por eso ves guapo a ese ser llamado: relleno humano...
Entre su cotidianidad aproveché a echar vistazos por doquier. Ver tanta gente me abrumaba, y más cuando había numerosa sangre y personas disfrazadas para atormentar a los visitantes como parte de la diversión. Sin embargo, no podía juzgarlo, debía encajar. Sobre todo, en esos días de octubre en donde parecía que había, en cada esquina, algo perverso al acecho.
La feria del terror. Eran varias hectáreas de bosque. Dentro había secciones divididas: Juegos eléctricos junto al museo de las brujas. En un giro, el área de magos contiguo a la Horror House con varias casitas de terror a los costados. Repleto de mucha gente. Lo podía ver todo. En frente había una casita del terror que no perdía de vista.
ESTÁS LEYENDO
DESCONOCIDO
Mystery / ThrillerUN DESCONOCIDO UN MUNDO DESCONOCIDO UNA CHICA DISPUESTA A CONOCERLO SECRETOS Y UNA PERVERSA VERDAD Portada hecha por la hermosa y talentosa: @Artemis_my_hidalgo (cuenta de wattpad) Historia escrita y creada por: 𝗔𝗹𝗶𝗰𝗶𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗸𝘂𝘀 • Ranki...