Capítulo 19

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Presiento que esta semana va a ser inolvidable. Aunque haya empezado a primera hora del lunes, me siento bien. Con una sonrisa bajo del coche y me dirijo hacia el gimnasio por suerte ya estaba abierto y no me toca hacer malabares con el café y la bolsa de deporte para encontrar las llaves.

-Buenos días, Alex - me saluda Bob. Aunque por su tono no son muy buenos para él.

-¡Buenos días, Bob! - le digo alegremente -¿A llegado alguien más?

-Skull, Wade y... - pero antes que siguiese, resonó una risa por todo el local.

-Bigball - terminé por él riéndome.

Esa risa sólo podría pertenecerle a él. Siempre que estaba era raro no oír sus carcajadas por todo el local y la verdad se agradecía. Porque los demás suelen estar en modo gruñón durante sus ejercicios. Bigball es el hombre que me saca cuatro cuerpos a lo ancho. Aunque para su cuerpo se mueve con gran facilidad, sorprendentemente.

-Y hoy esta de un humor demasiado feliz - gruño el hombre canoso.

-No es el único - le dije mientras me dirigía a mi despacho.

En la gran sala del gimnasio sólo estaban Skull y Bigball, supongo que Wade se estaría cambiando.

-¡Buenos días!- les saludé.

-Hola, jefa - me saludo Skull con una mirada rara.

-¿Que bien lo tenías escondido, eh? - me dijo el grandote riéndose por lo bajo.

-¿Perdón?- me quedé despistada con su comentario.

-Ya no hace falta que lo escondáis más...picarona - dijo. Sin duda esto era extraño.

-Wade te está esperando en el despacho - interrumpió el otro -, y no está de un humor muy...sociable, que se diga...

-Pues yo si - le dije - y no me va a joder el día - dije mientras volví a ponerme en marcha.

Wade estaba sentado en una de las sillas de la mesa, dando la espalda a la puerta. Parecía imposible que la silla aguantase su musculoso cuerpo. Sólo con verle la espalda, mi corazón ya se trastornaba. Pero iba a ser fuerte.

-Wade - dije entrando. El se levantó de un salto y se giró para quedar cara a cara. ¡Dios! Da igual que le viese todos los días, conseguía dejarme sin aliento siempre. - ¿Me buscabas?

-Mira - dijo señalando la revista que estaba encima de mi mesa con el ceño fruncido.

Pase por su lado, dejé caer la bolsa de deporte y me senté en mi silla del escritorio. Y no pude creer lo que vi. Una foto nuestra en primera plana. No me sorprende que salgamos en una revista porque obviamente el que nos sacó la foto la iba a publicar, pero ¿de portada? Eso sí que me sorprendía.

-¿No vas a decir nada? - dijo él enfadado.

-Te lo voy a dejar a ti, que hoy pareces muy hablador - bromeé, no iba a dejar que nada me quitase mi buen humor.

-¡Te lo quieres tomar en serio! - dijo apoyándose en la mesa e inclinándose hacia mí.

-¿En serio creías que no lo iban a publicar? Nos hace una foto un paparazzi y no va a salir a la luz... Aunque me sorprende que salga en portada - le miré fijamente-, ¡Además fuiste tú que salió en mi busca y antes de despedirnos dijiste que ahora todo el mundo lo sabía! ¡Así que no te hagas el sorprendido!

-¿Me estas culpando? - levantó la voz.

-¡No! - le grite también, antes de respirar profundamente -. Calma, hay que calmarse. El título no me gusta nada: "¿Nueva amante?" ¡Por favor, si ni si quiera somos amantes! Aunque esto te favorece, tu madre lo verá y Lindsey.

-¡Pero ahora somos pareja para todo el jodido mundo!

-¡Ya lo entiendo! - dije levantándome - Ahora que supuestamente tienes pareja no podrás sacar el pajarito a pasear, es eso ¿no?

-Primero - dijo bajando la voz, eso me ponía más alerta que cuando gritaba -, si todo el mundo se lo cree será más difícil romper, porque tiene que ser creíble. ¡Dios! Si entes podíamos tardar semanas en romper, ¿ahora qué? Segundo, tu padre me mata - ¡mi padre! Ayer pase todo el día con él y no le dije nada. Cuando se entere... - Y tercero, no llames nunca "pajarito" a...

-¿Que vamos a hacer ahora?- dije dejándome caer en la silla de nuevo.

-Diremos que queremos preservar nuestra intimidad, salvo en pocas ocasiones que nos dejaremos ver en algún restaurante o algún sitio...

-Eso parece sencillo - Murmuré.

-Pero no se te puede ver con otro chico - dijo volviéndose a sentar.

-Eso va por ambas partes - le dije mirándole finamente, parecía que ya estaba más calmado.

-Tranquila, no me van a ver con otro hombre - dijo ya tranquilo.

-Me has entendido -dije empezando a cabrearme.

-¿¡Y ahora qué te pasa!? - dijo él.

-Pues que venía contenta, de un humor espléndido... Y ahora solo estoy... cansada. - suspire-. Esto no ha salido como queríamos. - mientras yo hablaba él se fue levantando.


-Si quieres yo te puedo animar - dijo seductoramente. En serio, problemas de bipolaridad. Aunque hoy no le podía echar nada en cara, porque mi humor también había cambiado y mucho.

-¿Me dejarías golpearte? - dije algo más animada, intentando evitar sus verdaderas intenciones.

-No era eso - rió- Pero...- dijo yéndose fuera, pero se paró en el umbral de la puerta y se giró con otra sonrisa torcida -. En quince minutos te quiero cambiada - dijo antes de salir.

¿Me iba a dejar golpearle? Eso sí que me sube el ánimo. Cerré la puerta del despacho con el sugirió y no tarde en cambiarme a los pantalones cortos deportivos rojos y una camiseta negra ancha de manga corta. Y cuando termine mi humor había mejorado considerablemente, lo que me hacía pensar que a lo mejor la bipolar era yo... Aunque tampoco me preocupaba. Abrí la puerta con una gran sonrisa y salí.

Soy Tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora