Cuando levanto el libro el lo observa, pero algo más parece llamar su atención, su sonrisa desaparece y me regresa sus ojos a mi rostro, parece curioso pero serio.

__ ¿Qué edad tienes?

__ ¿Mhm? __ esa pregunta me confunde un poco. __ Veinte.

El sonrie de nuevo y seca de su frente el sudor imaginario.

__ Deberías quitarte ese anillo __ señala mi mano que aún se encuentra sosteniendo el libro __ asustas con el.

¿Por qué? Yo no veo en mi anillo calacas ni nada parecido.

Permanezco unos segundos así, mirando fijamente mi argolla tratando de saber el motivo por el que asusta a la gente, es decir, no es tan cara pero es linda y sé que Tony se esforzó mucho por darme algo de calidad.

¿O es porque es lo suficientemente costosa para que sea peligroso andar con ella? Tal vez se refiere a que pueden asaltarme o algo. Sigo sin confiar en la gente que vive en las calles con baches.

__ No entiendo.

__ Parece un anillo de matrimonio, si el futuro amor de tu vida te ve con el podría creer que eres casada y no acercarse a ti.

Pero yo estoy casada con el amor de mi vida así que no entiendo el comentario.

__ Es un anillo de matrimonio __ le aclaro __ mostrar que estoy casada es su principal función, aparte de recordarme que ya conozco al amor de mi vida.

El parece sorprendido por mi respuesta, pero luego se hecha a reir.

__ Es broma, ¿verdad? Casi me la creo __ su risa es chistosa y es contagiosa, nunca había escuchado un ruido tan extraño, así que me hace reír también.

__ Tu risa suena como un caballo __ le digo y continúo riéndome de el, ahora esta serio, como que se le fue el buen humor, así que me pongo sería también __ pero no es broma, estoy casada.

__ ¿Con veinte años?

__ No llevo veinte años casada.

Este tipo si que es imbécil.

__ No, es decir, sólo tienes veinte años.

Aaaaahh.

Es que no se explica muy bien el risa de caballo este.

__ Sí, me case iniciando la carrera __ miro el anillo en mi dedo anular, cada vez que lo veo es inevitable sonreír y recordar aquel maravilloso día.

__ Vaya, nunca creí que mi papel en la vida fuera ser el amante. Pero por una chica tan linda podría aceptarlo.

Mi rostro de desagrado se hace presente. Lo miro de arriba a abajo y me burlo, prácticamente en su cara, niego con la cabeza y echo mi cuerpo hacia atrás sosteniéndome con las manos.

__ Realmente tienes un alto autoestima si crees que engañaria a mi esposa contigo.

__ ¿Esposa?

¿No había mencionado antes que estaba casada con una mujer?

__ Sí, mi esposa. Jamás traicionaria a mi mujer, ni contigo ni con nadie.

El no volvió a buscarme en una semana. A veces lo descubría mirándome a lo lejos, incrédulo, como si su pequeño e insignificante cerebro aún no logrará procesar mi matrimonio.

No es como si me importará lo que el pudiera pensar o no de mi, solo me resultaba irritante esa manera de mirarme a lo lejos. Me recordaba cosas que quería olvidar.

Aunque el me miraba diferente, no me causaba miedo, solo me molestaba y ya.

¿Debería hablarle sobre el a mi esposa o..? Sería darle demasiada importancia a alguien que no me interesa en lo más mínimo. Como sea, mi anillo se había encargado de alejarlo lo suficiente.

Entendido, profesora. TERMINADA. Where stories live. Discover now