. 。・IN MY DREAMS・。. Sonic movie/Shadonic

~CAPITULO 33~

🚨CONTENIDO EXPLISITO🚨
EL SIGUIENTE CAPÍTULO TIENE DESCRIPCIÓN MUY FUERTE Y CONTENIDO NO RECOMENDADO PARA SENSIBLES, LEER BAJO SU PROPIO RIESGO.

Pasaban los días y Shadow se acostumbro poco a poco a la vida tranquila que llevaba la familia de Sonic, la cual ahora consideraba como una familia propia, siendo así un miembro más de los Wachowski el cual tenía como papel principal crear cosas interesantes para facilitar la vida de los pueblerinos.

Todo era muy agradable puesto que en las mañanas salía con Sonic a dar un paseo o simplemente hacían las labores domésticas juntos mientras los dos adultos se centraban en sus cosas.

Todo esto era una parte del plan, de hecho era una táctica que el ejercicio o bueno, ese jefe estaba empleando para llevar a cabo su muy elaborado plan.

–Segun los avances el proyecto va por buen camino, no veo como o por qué deberíamos prolongar por más tiempo el ataque, después de todo el espécimen ya está en perfectas condiciones para ser regresado al laboratorio– su voz brindaba cierto miedo, daba a entender quien mandaba en esa oficina y definitivamente no era el científico quien ponía los huevos aquí.

–le pedí alguna opinión?– preguntó rellenando ciertos papeles y acomodándose la muy hermosa corbata, adornada de dos hermosos diamantes, dos diamantes que simbolizan el acto más atros que cometió hace unos años.

–n-no señor... PERO- no termino de hablar, tenía un arma apuntando a su cráneo, el jefe ya estaba arto de sus quejas y berrinches, podía tener una mente brillante, pero su boca era tan despreciable cómo su ya podrido corazón, al científico no le importa el proyecto, solo le importa hacer realidad de nuevo su fetiche de hacer sufrir al erizó.

–una palabra fuera de lugar y yo mismo me encargo de que tú seas el siguiente en entrar a esa máquina me entendiste?– no estaba alterado, estaba serio, su mirada como siempre, una detestable.

–s-si– sin dudar salió corriendo de allí, no estaba tan cerca de la muerte en tanto tiempo.

En cuanto dicho científico cerró la puerta, ese hombre elegante y misterioso bajo la guardia, comenzó a caminar por la estantería que tenía a su lado derecho y reviso algunos libros, jalo uno de estos y de inmediato se abrió un tipo de cuarto secreto el cual lo llevo a un espacio algo siniestro.

Un cuarto en blanco, con una mesa de metal en medio, en dicha mesa se encontraba una caja de vidrio con algunos artefactos al rededor.

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–prefiero esto, prefiero esto y mucho más a qué él sea manipulado por tí – dijo sometida a esa silla sin poder moverse, ya no tenía miedo.

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Esos artefactos guardaban algo dentro de la caja.

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–corta mis manos si quieres, convierte en un llavero lo que quede de mi, has lo que quieras conmigo, pero jamás te lo diré.– su cabello rubio estaba manchado de sangre, le habían arrancado ya 3 mechones del cuero cabelludo cómo tortura.

...

Era algo realmente importante para quien ahora se hace llamar "el jefe"

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–Los libros que escribiste contienen datos de increíble importancia, solo quiero los libros, dónde están...– respiraba agitado, por cada negación Maria sufriría una tortura distinta, él no quería esto, nunca quiso esto.

–JAMAS!! MATAME YA!!– grito con dolor puro al sentir como dos de sus dorados mechones eran arrancados con carne impregnada en ellos.

Él ya no quería más, ya no aguantaba, le dolía verla así, detestaba su pocision ahora como líder.

–los libros...por favor los libros...– estaba apunto de llorar al escuchar los desgarradores gritos de la mujer que se robó su podrido corazón.

–m-mata– lo miro a los ojos mientras ahora era electrócutada sin piedad alguna.

...

Cada paso que daba acercándose a la caja, lo acercaba más a sus horribles recuerdos.

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–MARIA!! PORFAVOR TE LO RUEGO!!  SOLO DI LAS COORDENADAS!! PORFAVOR!!– Grito golpeando el vidrio que lo separaba de ella por seguridad, lloraba de ansiedad, no quería más, ya había dado la orden de que pararan pero nadie le hacía caso, ya que habían resivido órdenes directas de un superior.

La rubia se encontraba semi muerta, al borde de perecer, pero jamás diría algo para que dañen a su hijo, ahora era una madre y una madre lucha hasta él final por sus hijos.

Sonrío con sus últimas fuerzas.

...

Él se había enamorado locamente de María, verla morir en ese estado rompió lo último que estaba por romperse en su mente, se volvió un desquiciado.

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Dió una última sonrisa y sus ojos azules brillaron por última vez.

–E-el...va a escapar...– tosió sangré ya que sus entrañas ya estaban destrozadas por dentro – Él, va a s-ser... libre...– está vez la máquina que se encargaba de su sufrimiento jalo los intestinos de María fuera de su estómago, dando lo que todos pensaban un golpe final para que ella hablara por fin –Shadow...– el dolor era inexplicable, jamás pensó vivir eso, pero apesar de todo, ella sonreía, una sonrisa débil pero amorosa, llena de amor.

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Dió un paso más para luego estar frente a frente de esa caja tan lujosa.

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–mi...pe-...peq– todos prestaron atención a lo que tenía que decir.

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Introdujo el código de seguridad a la caja para luego ver cómo poco a poco está de abría, dejando salir ese humo blanco característico de la conservación de carné.

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–p-pe...queño...– soltó unas lágrimas más para luego cerrar lentamente los ojos, dando a entender que ya estaba pasando lenta y dolorosamente a mejor vida.

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Ese hombre saco de dicha caja.

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–MARIAAAAAAA!!!– rompió en lágrimas mientras se desplomaba en el piso, ya no tenía nada, ya no sentía nada.

...

En dicha caja estaba un tesoro realmente importante para ese horrible humano si es que se le puede llamar así.

Era la cabeza de la misma María, aún con dichos mechones faltantes en su cuero cabelludo, se podía ver que el rostro no era mismo, era un rostro semi momificado, sin embargo.

Para ese hombre era el rostro más hermoso jamás visto apesar de estar muerta, seguía dándole vida.

Se vio caer una lágrima del mentón de dicho desalmado, estaba sonriendo y miraba a esa cabeza con ojos de perversión y sadismo.

–como te encuentras hoy cariño?– dijo con un tono quebradizo y dulce al mismo tiempo, acaricio la mejilla de la difunta madre para luego acercarla a su pecho y darle un "abrazo".

–he...he he ha– lloraba sin parar, pero sus risitas no faltaban a la hora de empezar a tambalearse de un lado a otro con el rostro de María en sus sucias manos, este se movía de un lado a otro simulando un bailé.

–no te has ido...sigues aquí!!– dijo con una carcajada sinica para luego dar un montón de piruetas con ese rostro.

Se escuchaba en su mente una sinfonía elegante, un vals lento y encantador que lo hacía llorar con más ganas, lo hacía soñar estando despierto.

Esa cabeza, aún conservan ese olor a vainilla y ciruela que tanto lo enloquece, que tanto ama.

Su esposa, le decía, su mujer, la llamaba, todos lo llamaban loco, pero no está loco.

Él está enfermó