CAPÍTULO 26

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EMMA

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EMMA

—Probablemente ya lo fueron a perder.—Soltó Marc cuando le pregunté si Caleb aún no regresaba.

Mi mamá se lo había llevado, era lo único que mi tía dijo. No me informó a dónde fueron, ni para qué.

Sabía que mi mamá era muy buena pero a la vez intimidaba mucho, Caleb probablemente ya se ha desmayado un par de veces.

—No lo creo, te olvidaron a ti.—Respondí intentando no sonar nerviosa. Solo obtuve de respuesta que él era tan genial que todos lo amaban y serían incapaces de deshacerse de él.

Negué rápidamente y decidí dejar la sala para subir a mi habitación. Estando dentro cerré mi puerta rápidamente y busqué en un baúl donde guardaba mis cosas, la muñeca que me había regalado Caleb. Me senté en el borde de mi cama a mirarla con más detalle, su cabello rubio era tan largo y fino que no pude evitar sonreír.

Me acosté unos momentos con la muñeca en mi estómago.

Caleb había logrado mucho en este corto tiempo, y aún me repetía a mi misma que todo era falso.

Probablemente me lo repetía para no tener que alejarme de él. No quería hacerlo. Me gustaba estar con él. Me aterraba pero me sentía demasiado cómoda.

Apreté mis dientes en frustración.

—¡Llegó tu amor!.—Escuché gritar a Marc y casi quiero salir y estrenar mi sartén en su cabeza.

Sin embargo terminé saliendo de mi habitación para ver si Caleb estaba bien. No esperaba ver a mi madre con un brazo en el hombro de Caleb y a Caleb de la misma manera con el hombro de mi madre.

Se veían más unidos.

—¿Se divirtieron?.—Inquirí cuando salí de mi pequeño trance. Mi madre sonrió orgullosa antes de responder que sí. Mire a Caleb quien también tenía una sonrisa de oreja a oreja.

—Tu madre no me juzgó cuando elegí el helado de chocolate con menta.

Escuché reír a Marc y pronto me uní. Ahora sabía que habían salido por un helado.

El resto del día solo la pasamos mirando televisión. Caleb estaba a mi lado y cuando nuestras miradas conectaban sus mejillas se ponían rojas.

Para mi mala suerte al llegar la noche teníamos que cenar en familia, y nuevamente el problema era Oliver. Aunque esta vez mientras comíamos él no habló.

Me despedí de todos diciendo que tenía sueño y mientras subía las escaleras me pareció sentir una mirada, no me giré para verlo.

Cerré la puerta de mi habitación y me cambié rápidamente por algo más cómodo. Casi estaba por meterme en la cama cuando la puerta se abrió. Me giré esperando encontrarme a Caleb sin embargo no fue él quien entró a mi habitación.

Farsa de amor con el chico oveja [Finalizada Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora