Capítulo 1

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Smouw Clait,
Smeavania

   Te grabas corriendo las cortinas de las ventanas dejando que la luz del amanecer entrase, luego, te acercas a la cámara y te propones a explicar.

— Amanecimos con el día ordenado en planes, tenemos ruta por templos con alguien que el propio gobierno me ha enviado, supongo que para no filtrar información y mantenerme vigilada. Y es normal, se habla mucho de la guerra de este país y no se muestra, que se vea algo raro... Y me puedo meter en problemas.

    Mientras terminas de alistarte fuera del vídeo que estabas preparando, llaman a la puerta y abres, observando a un hombre de aspecto lugarteniente, pero bien vestido.

— ¿Americana Ford?— pregunta con acento.

— Canadiense— tratas de corregir amablemente—, pero sí.

— Un placer, si está lista podemos irnos a empezar con el tour.

— Le he de informar que yo grabo vídeos y— te interrumpe sin pudor.

— ¿Tiene permisos?

   Asientes y procedes a enseñarlos, no podías grabar fuera de la ciudad ni a los militares o personas armadas.
Te costó convencerles de filmar los más mínimo, pero se logró diciendo que podía aumentar el turismo.

— Lo comentaba por saber si puedo filmar también su rostro.

— No— responde tajante.

— Entiendo — frunces los labios ante lo cortante que era, dándote cuenta de lo tensa que era la situación.— Deme un minuto y salgo.

   Te alejaste de la puerta sin quitarle un ojo de encima, agarraste tu mochila, la cámara y volviste con él.

— ¿Cómo se llama?— preguntas siguiéndolo fuera de la casa dónde el gobierno te había insistido en quedarte.

— Mis datos personales son información confidencial, pero puede llamarme Gustavo.

— No tiene cara de Gustavo — tratas de bromear.

— No es relevante— muerdes tu lengua incómoda, quedándote detrás suya para ver las calles.

   Era una ciudad humilde, porque quién se estuviera imaginando un lugar como Dubái, Madrid o París, estaba totalmente en lo contrario. Era un lugar grande y con una gran cantidad de habitantes, pero todas las tiendas se trataban de mercados en las calles sin supervisión sanitaria, las casas eran simples, muchos se veían hambrientos y con ropa sucia, pero sobretodo, podías notar las pistolas debajo de algunas camisetas.

— ¿Puedo hacerle una pregunta?— miras de reojo a Gustavo.

— Depende.

— ¿De dónde sacan las armas y para qué las necesitan?— él se quedó callado un minuto.

— No sé de qué me habla, y le ruego que no se fije en eso, cada ciudadano es libre de portar lo que vea conveniente — zanjó el tema entre vosotros.— ¿Puedo saber yo algo de usted?

— Adelante.

   Gustavo paró en seco y te miró.

— ¿A qué te dedicas?

— Al turismo.

— ¿Qué lugares ha visitado?

— Demasiados— y no era mentira, pero si decías que te dedicabas al turismo negro y habías visitado campos de concentración, ciudades de explosión de bomba atómica y generalmente, lugares con historias sobre muerte y tragedia, lo tomaría como una amenaza al relacionar la muerte con ellos. Cosa, que por lo que estabas viendo, era verdad.

En El Foco [Simon "Ghost" Riley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora