revival; hotd

01; INTERCAMBIOS

CAPITULO UNO; INTERCAMBIOS

AERON HABIA LUCHADO SIN DESCANSAR desde el primer momento en el que la guerra comenzó, siendo fiel guerrero al bando de su madre, dispuesto a entregar su vida por los que amaba si era necesario.

Luchaba contra aquellos que alguna vez había considerado su familia, aquellos que habían formado parte de su niñez, quienes ahora no eran más que simples extraños.

El caos, la tormenta y la oscuridad había comenzado a rodear su vida en el momento en el que el trono de su madre fue usurpado y nada mejoró luego de que su hermano menor muriera a manos de Aemond Targaryen, aquel que alguna vez había defendido de las travesuras de su hermano y su tío.

La vida del príncipe Velaryon se iba derrumbando poco a poco con el paso de los años. El deseo de vengar a los suyos se hacía cada vez más fuerte, empezando a cegarlo por completo.

¿que serias capaz de hacer por los que amabas?

¿que tan malo podías ser?

Aeron estaba dispuesto a hacer lo que fuera por su familia pero nunca esperaba convertirse en todo lo que odiaba con tal de salvar sus vidas. La guerra había cambiado a muchas personas, él era uno de ellos, no era el mismo de antes, ya no era el dulce príncipe Aeron que se ganaba el aprecio del resto, las personas le temian y se detestaba por ello.

¿pero que opciones tenía? Debía ser despiadado, malévolo...un asesino. Habia más sangre en sus manos de la que nunca se hubiera imaginado y sus ojos habían apreciado tantas muertes que había perdido la cuenta.

La locura empezaba a invadirlo, no paraba hasta ver al bando contrario derrotado y de rodillas suplicando por su vida. Sus enemigos iban cayendo de a poco y junto a ellos, las personas que tanto amaba.

Sus hermanos, su padre, su abuela, sus amigos... incluso su madre parecía estar muerta en vida.

Lo habían perdido todo, a tal punto en el que ni siquiera el trono valía la pena tanta lucha. Todo por el trono, el poder cegaba a cualquiera, la ambición y la sed de obtener aquello tan preciado e inalcanzable hacia enloquecer hasta al más debil. Tenerlo absolutamente todo era algo que todos deseaban, el trono era majestuoso, todos querían el poder absoluto, pero solo uno podía sentar su trasero en él.

Podías ser un mal Rey o con suerte, uno bueno. Rey o Reina, la razón por la que había comenzado aquella disputa. La terquedad por no querer a una mujer en el trono los había llevado a esto. Aquellos quienes creían que un hombre podía liderar mejor que su madre habían muerto en sus manos, estúpidas e ingenuas personas que habían jurado lealtad hacía la heredera y luego las mismas que habían aceptado a un usurpador como Rey.

Aeron recordaba los nombres de cada persona que había traicionado a su madre, atesorandolos en una lista, dispuesto a acabar con cada uno de ellos, cada persona que se había atrevido a hacerles daño, aunque eran cuatro los que sobresaltaban de ella.