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Era una noche oscura y tormentosa, en las calles de Inglaterra. Me Encontraba caminando de vuelta a casa tras un largo día de Universidad. Ya era tarde y no había transporte.
El camino cada vez era menos visible Y no voy a negarlo , tenía miedo . No era propio que una señorita este caminando por estas calles a altas horas.
Sostenía mi mochila con ambas manos, cuidándola para que se moje lo menos posible . Tenía ahí guardada Mi tarea de toda la semana y al parecer todo se terminaría por ir directo al garete . ¡Que rabia!.
Llegó a un punto en el que caminar se me hizo prácticamente imposible , por lo tanto decidí detenerme y resguardarme afuera de una tienda comercial. El techo era grande y muy apenas algunas gotas alcanzarían a tocarme. Sin duda eso era preferible.
Estaba tiritando de frío y sosteniendo mi mochila con fuerza, esperando que pronto la lluvia se detuviera y así poder continuar con mi camino.
A lo lejos , pude videar a un joven que se acercaba lentamente . Tuve miedo al principio; pero entre más se acercaba , más notaba que sus paso eran lentos y torpes , como si estuviera mal herido.
Y así era . Al estar junto frente a mí, se detuvo y observé en su rostro varios moretones y sangre saliendo de su nariz , pero eso no fue lo que más llamó mi atención.
Sus penetrantes ojos azules, que tanto en color como en forma me recordaban a alguien que llegó a ser muy especial.
Pero , ¿A quién?
Tomé la iniciativa y me acerqué despacio al chico . Resultaba difícil apreciar su rostro, pués la única luz que había era la de un tenue poste a unos metros de nosotros.
De pronto , un rayo ─Debido a la tormenta ─iluminó con claridad por unos segundos. Segundos que bastaron para reconocer al joven malherido.
─ ¿DeLarge? ¿Alexander DeLarge?
Ah este malnacido lo conocí cuando era niña, En una cena para ser exacta. Nuestros padres nos presentaron. Pero nunca pensé que Alex iba ser tan idiota.
─¿Lavender? Oh mi amada ¡cuánto te eh extrañado!
¿Amada? Con que se refería a eso? , Seguro estaba drogado. Su vestimenta era extraña.
Llevaba un overol blanco junto a una camisa de mismo color, tenía pestañas en el ojo derecho y un bastón, ah y el puto sombrero.
─Dios , mejor te llevaré a mi casa. No tengo otro lugar.
─¿ Que quieres llevarme a tu casa para Lubilular , devotkcha?
Ah me olvidaba , es un pervertido de primera.
No dije nada , me puse nerviosa.
Todo el camino me abrazaba de la cintura , o hacía algo más.