OCHO ✨️

65 13 0
                                        

Victoria

Tres días después de mi cena con James en el yate, ya estoy en Londres. Hablé con Jess antes de salir y me dijo que vendría por mí. Decidí que era mejor quedarme en casa de Jess por ahora. Cuando salgo con la maleta en la mano ella está esperándome.

Nos abrazamos en cuanto estamos cerca. Me hacía falta un abrazo de ella y su cercanía. Todo esto ha sido un poco difícil y nuevo para mi. Jess solloza un poco y la miro.

—¿Por qué lloras? Ya estoy aquí. Debiste llorar cuando me fui y en vez de eso dabas saltos. —trato de bromear con ella.

—Lo siento. Siento mucho haberte ocultado lo de tu padre. Sabes que yo...

—Tranquila Jess —La interrumpo—, ya te dije que no estoy enojada. Solo que me hubiera gustado saberlo, sabes que mi familia es muy importante para mí.

—Lo sé, solo no quería preocuparte. —caminamos hasta su automóvil y después de dejar la maleta en el asiento de atrás, me subo de copiloto y Jess sale del aeropuerto.

—Cuéntame como te van las cosas con ese jefe tuyo —alzo las cejas insinuante y Jess rueda los ojos—. No me digas que todavía no se han acostado.

—¡Por Dios! ¿Quién eres y qué has hecho con mi amiga Victoria? —me río porque Jess sabe que no digo esas cosas usualmente—. No nos hemos acostado. No creo que vaya a suceder. Ya tiene novia.

—¿Qué? Pero si estaba segura de que había algo entre ustedes...

—Ya, bueno, pues te equivocaste —Jess trata de restarle importancia al asunto pero yo sé de primera mano que sí le importa. No me ha dicho claramente que le gusta o algo por el estilo pero yo lo sé.

—Él se lo pierde.

—Sí, lo sé. Soy increíble —ella es experta en salir de temas incómodos. Es su forma de decirme que no quiere hablar—. Ahora tu dime si ya te acostaste con el neoyorquino guapo ese tuyo.

—Lo acabo de conocer, Jess —digo. Aunque sé que esa no es la razón. La razón es que James no ha querido porque cuando me tiene en sus brazos me derrito y podría hacer lo que quiera conmigo.

—No entiendo nada. Te dije que buscaras diversión, no que te casaras.

Es típico de Jess. Extrema en todo. Nadie ha hablado de casarse.

—No me voy a casar. Simplemente estamos conociéndonos —Jess suspira y yo ruedo los ojos.

—Al menos ya lo besaste —sonrío y Jessica suelta un grito.

—¡Jessica! Me has dejado sorda.

—Dime si besa bien, por favor. Necesito detalles.

—Besa muy bien —es increíble, estar dando detalles de mis besos con James—. No diré más nada.

—Qué aburrida eres. —dice rodando los ojos.

Cuando por fin llegamos al departamento de Jess estoy muerta. Han pasado casi 24 horas desde la ultima vez que dormí, por lo que me doy una ducha y me acuesto para descansar un poco. No puedo llegar a casa de mis padres con tremenda cara.

Jess prepara algo de cenar, son más de las nueve de la noche y me levanto para picar algo antes de acostarme de nuevo. Le envío un mensaje a James diciéndole que ya he llegado y dándole las buenas noches, aunque allá es de madrugada.

A las 6 de la mañana estoy levantada de nuevo. Me siento mucho más relajada y después de ducharme preparo el desayuno para las dos. Jess sigue en la cama y me visto para ir a casa de mis padres.

Dulce Tentación Where stories live. Discover now