soledad

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La tranquilidad de la habitación se ve interrumpida por un sollozo, aquel dolor inevitable que no se puede acallar con suspiros; lo profundo de estos últimos resuenan como grito de auxilio que su mirada escondida intentaba ocultar. ¿De dónde encuentra luz? si no hay cerillos ni fogones encendidos, la brisa nocturna se acompaña del sonido de las cigarras que probablemente también se encuentren pidiendo auxilio en su interior ante el temido frío que abrazaba la noche.

No recuerda la exactitud de sus palabras o quizás en su memoria solo llegan pequeños balbuceos que sólo arden sobre su pecho y atormentan su mente, las lágrimas en algún punto cesaron pero al parecer resurgen para seguir rindiendo batalla, una que llevan contra sus pulmones y su nariz ya congestionada de tanto querer hacer algo que no quiere en el fondo, o al menos, no en esos momentos: respirar.

Duele porque sabe que sus manos se encontraban atadas, las cuchillas para liberarse se afilaron de más, haciéndole daño al final; la libertad le duele porque no sabe sobrellevarla bien, se envuelve con una soledad que termina rompiéndole por dentro cada vez más. Pero la soledad no se trata de no tener compañía, sino de ese hueco en su interior que se vacía, ni por más sonrisas que le miren en la habitación, o saludos en la calle, los mensajes de texto, nada llena lo que él mismo cavó, la insuficiencia, el hecho de no sentirse parte de nada, como cuando no es uno la pieza del rompecabezas que faltaba, ni a comodín sentía que llegaba.

Así como las palabras vagas, como las veces en las que su cabeza asintió pero jamás colocó demasiada atención, veía su vida pasar como si de un actor secundario fuera. Tan ajeno a sí mismo, tan ajeno a la vida que todos decían que le correspondía. ¿Por qué aferrarse a algo con tantas ganas? si era el único que trataba.

Más y más negaciones ensanchaban su cabeza de ideas ¿cómo podría ser posible gustarle algo que jamás había experimentado? y bien, no sabía el motivo, sin embargo en su cabeza seguía negándolo, todo era tan lejano a su realidad, según su necedad. Pero no podía estar más que equivocado, si el viento sentía que golpeaba solamente para un lado, pero en verdad llegaba como brisa para poder respirar.

¿Qué se sabe de la vida? si se vive con culpa día con día. A duras penas lograba rodar sobre la cama, dejando a un lado lo que incluso él mismo consideraba como un "berrinche" ¿Para qué llorar por eso? si al final nada puede cambiar, mejor dicho, él no quería cambiar. Cada pensamiento le complicaba más, se abrumaba con sus sentires, se ahogaba en su propio vaso de agua.

Cuando finalmente el rodar le funcionó, se incorporó sobre la orilla, con el cuerpo tan cansado como si le hubiera pasado un bus encima, a pasos cortos avanzó descalzo hasta el baño del estudio donde habitaba, sus roomies habían ido de fiesta, una a la que fue invitado y rechazó porque tenía un proyecto importante de entregar en el trabajo al día siguiente, protector inexistente ya que el llorar y sentirse como la reverenda mierda se le atravesó aquella noche.

Quizás no era demasiado tarde para salir, de nuevo había sentido la culpabilidad porque no aceptaba ser quien era, a Yeonjun le atraían los chicos tanto como las chicas, pero cada que su madre le hablaba por teléfono solo le recordaba que debía de llevarle a conocer a su futura esposa, que los años pasaban rápido y que era mejor conseguir a alguien antes de cumplir los 30, aunque aun faltaban más que años para eso, su insistencia y la manera en la que se expresaba regresaban la culpabilidad en el pobre chico.

Él cada que veía atractivo a algún joven se sentía mal por la presión que le colocaba su progenitora. Muchos años, desde que se percató de sus preferencias había vivido encerrado en la negación, aunque muy en el fondo deseaba expresarse a su manera, dejar de limitarse sólo por el qué dirán de los demás.

Tratando de omitir lo que su cabeza le decía, tomó un baño rápido, quizás si los alcanzaba no tendría que dar explicaciones al guardia de seguridad que vigilaba la fila, pero era la distancia y corto tiempo versus Yeonjun. Apresurando el paso, salió del baño semidesnudo para combatir contra su armario, habían tantas prendas que por miedo a las malas palabras de la gente nunca se había atrevido a vestir, ¿Qué pensarán al ver un chico usando falda? era difícil omitir los prejuicios que resonaban en su cabeza por tanto miedo que le habían inculcado de pequeño, pero confió en que así era la moda hoy en día, de todas maneras trataba de disimular con los demás accesorios de cadena, las botas altas, y el cinturón brillante, como con la camisa blanca llena de colores brillantes reluciendo.

Cuando terminó su gran outfit de la noche se miró al espejo, primero pensando en que realmente lucía bien, seguido de una carcajada al sentirse tan ridículo por haber estado llorando hace menos de una hora atrás, pero como todo, el show debía de continuar. Tomó su billetera, las llaves y la billetera y pidió un taxi por la aplicación que no demoró en arrivar, estaba tan temeroso, quería explotar su burbuja y ser feliz, pero sus pesares a veces podían más que él.


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⏰ Dernière mise à jour : Jul 15, 2023 ⏰

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