33

28 3 0
                                    

El cuerno había alertado a toda la aldea para cuando Neteyam y yo nos dirigíamos hacia la hoguera para la cena. Neteyam me estaba contando como funcionaban las cosas por allí y cómo los atardeceres eran los mas espectacualres que hubiera visto volando; cuando el cuerno sonó y nos hizo cambiar de ruta. 

Nos juntamos con la aglomeración de gente Metcayina que se había congregado en torno a una de las salidas del embarcadero, en donde algunos ilus asomaban las cabezas, preparados para ser montados. 

- Mawey Navi'a, maey. - decía un hombre de piel azulada y pelo rizado. Tenía algunos tatuajes a lo largo de su cuerpo y también sobre su barbilla. Tenía un aspecto intimidante, con el ceño fruncido y su postura amenazante. De sus hombros colgaba un habito de hilos rojos y amarillos que hacía resaltar su piel. 

A su lado, un chico con un moño que tenía parte de su pelo rizado también, recogido miraba a su alrededor, con la mirada perdida. Como si no estuviera allí. 

Me aferré al brazo de Neteyam cuando este me ofreció su mano para evitar perderme entre la multitud. El joven sorteó a los pueblerinos, hasta llegar al chico de mirada perdida. Él también tenía algunos tatuajes en los brazos. Uno de ellos, el de su hombro, parecía reciente por la piel enrojecida a su alrededor. 

Neteyam no se lo pensó dos veces antes de tomar el brazo de este y darle un pequeño tirón para atraerlo hacia si. 

- Ao'nung - le llamó - ¿qué es lo que ha pasado? - preguntó Neteyam entre dientes, con una mirada preocupada. 

- Es Tsyreia. - dijo este no sin antes lanzarme una mirada algo desdeñosa. 

- ¿Qué pasa con ella? - volvió a preguntar Neteyam. 

- Se la han llevado los demonios junto a tu hermano. - dijo. Me llevé una mano a la boca para sofocar un grito. Mis uñas se clavaron sobre el brazo de Neteyam, asustada mientras este abría la boca, atónito y sus orejas se reclinaban hacia atrás. Era evidente que él tampoco se lo esperaba. 

- Silencio. - gritó el jefe y todo el mundo calló. 

La gente a nuestro alrededor guardó silencio y esperó a que su jefe se pronunciara, diciéndoles cual sería su papel en la batalla. 

De un momento a otro, el bien conocido Jake Sully entró acompañado de su familia con Lo'ak hiperventilando. De su ceja brotaba la sangre, que se mezclaba con el agua de su rostro, todavía mojado a causa de montar en ilu, probablemente. 

Llevaba la mano en el costado y de este también brotaba sangre. 

A Neteyam le faltó tiempo para lanzarse hacia su hermano, y yo con él. Después, todo pasó muy rápido. 

Lo'ak se desplomó entre los brazos de su hermano, Kiri se abrazó a la primera que encontró en el camino, es decir, a mi y Tuk no paraba de llorar agarrada al brazo de su madre. Jake, aterrado, se arrodilló en el suelo con ambos de sus hijos mientras Neytiri chillaba en busca de la Tsahik. 

Esta apareció en apenas unos segundos con un montón de materiales entre sus manos. El Jefe de los Metcayina ordenó a la gente dispersarse y vigilar el perímetro mientras Ao'nung ayudaba a su madre en lo que pudiese. 

Lo'ak buscó la mirada de su hermano, con una mano todavía sobre su abdomen. 

- Tienen a Tsyreia. - le dijo aterrado. - Tenemos que ir a por ella, Neteyam, papá no me deja ir solo pero no puedo... 

- Shhhh guarda silencio ahora, estás perdiendo mucha sangre. - le mandó callar su hermano, que sujetaba su mano mientras que ayudaba a presionar la herida sangrante. 

Guerrero del VientoWhere stories live. Discover now