–¿Y que pasa con el vendedor de esclavos que tuvo a número 1001?

–Niega el hecho de saber que se trataba de la Bruja de Sangre y además dijo que intentó venderla muchas veces pero siempre la devolvían como un objeto defectuoso.

–¿Defectuoso? ¿1001? - río irónicamente.

–Si... Verá ella no se movía, apenas si respiraba y parecía estar en un estado vegetativo.

–Claro que lo estaba, ¿crees que después de escapar con esas lesiones y en su condición terminal no iba a buscar la manera de alargar su vida? ¿Eres un idiota? Solo a estado en suspención para recuperar energías, de seguro la muy perra no podía ni comer sin tener que morir al día siguiente — gruñó con una sonrisa retorcida al final — ¡Pagará por haber matado a mi hermana! — juró con ira contenida.

.

En la oficina de Marco, se encontraba la pareja frente al rubio peinado de piña, el pecoso sentado en el sillón se abrazaba a la cintura de su novia de forma posesiva, mientras esta se encontraba sentada en su regazo, aparentemente cómoda, ignorando las actitudes infantiles de su querido novio.

Marco con mirada cansada observaba a la pareja. El pobre rubio ha estado desvelándose últimamente con los avances de la investigación sin poder dormir ni un poco y cuando por fin pudo tomarse un momento para respirar y hacerse una tasa de café, irrumpe el pelinegro en su oficina con Cassie siendo cargada como saco de papas exigiendo un plan para salvarla, lo peor no fue que llegara gritandole lo enojado que estaba al no contarle lo que estaba pasando desde el principio, ni que haya roto su puerta. Lo peor fue que lo hizo derramar su tan deseado café.
Sin poder aguantar más los berrinches de su joven Nakama, Marco le dió la paliza de su vida regañandolo en el proceso.
Cuando las cosas lograron calmarse y Marco pudo por fin conseguir una nueva tasa de café que si pudo beber, le explicó amablemente a Ace de qué trataba todo ese asunto del corazón de Cassie.

Ace no estaba feliz, para nada feliz, estaba molesto, ¿Tenía razones para estarlo? Por supuesto que sí, ¿Podía seguir estándolo? No. ¿Por qué? La razón es simple, no podía concentrarse en eso ahora, su querido amigo cabeza de piña le estaba explicando algo sobre Cassie y él realmente no entendía ni madres, los tecnicismos médicos y toda esa palabrería lo estaba mareando.

–A ver, en resumen, Cassie tiene una "piedra" como corazón — concluyó intentando entender que pasaba.

–Si.

–Y esta es...

–La piedra filosofal. — contestó Cass.

–Ya, entonces, recapitulando: Unos imbéciles te pusieron una "piedra" reemplazando tu corazón como experimentación, algo que podía matarte, pero no lo hizo porque tu cuerpo por alguna extraña razón es muy resistente, la cosa es que está matandote ahora y no podemos quitarla porque es necesaria para sanar la enfermedad de padre... ¿Verdad? — intentó no cocerse el cerebro intentando resumir todo eso.

–Si — respondió Cassie.

–Bien, entonces ¿Que mierda es la piedra filosofal? — le dolía la cabeza y se sentía frustrado.

–Es un mito y algo que no debería existir - esta vez habló Law, que venía entrando con unos papeles en mano.

–¡Law-san! — le sonrió animosa y saludó la peli-castaña.

–Hola, Cassie-ya — le devolvió el saludo con una sonrisa sutil.

–¿Cuando volviste?

–Esta mañana, no me viste ya que estaba durmiendo—- supuso el doctor

Solo Contigo | Portgas D AceWhere stories live. Discover now