Minutos antes de las diez, Jesse se dirigió al sitio acordado. Por suerte Jane tenía que verse con su padre esa tarde y no se verían hasta mucho más noche. Era lo mejor. Jesse iría, tomaría el dinero y se largaría a casa.
La segunda banca ya estaba siendo ocupada por el señor White cuando Jesse se encaminó en su dirección. Le hacía gracia como daba la apariencia de ser un matón a esas horas de la noche.
Es decir, un viejo bien vestido, usando sombrero de copa oscura y lentes.Pero Jesse conocía al señor White. ÉL sabía que era tan inofensivo como una mosca...quizá no tanto, pero podía confiar en él. Hasta ahora seguía haciéndolo.
-Señor...-iba a saludarlo, pero decidió que no era prudente llamarlo por su nombre, así que dejó la frase a medias-. ¿Y mi dinero?- exigió al notar la ausencia de un bolso o cualquier maleta en derredor. Su parte era en efectivo, así que Jesse dudaba que el anciano se hubiera tomado la molestia de hacer un pagaré o algo así.
-Cálmate, hijo- lo tranquilizó Walter-. ¿Estás seguro de que esto es lo que realmente quieres?...No puedo decir que estaré muy contento si me vas a dejar ir de esta manera. ¿Por qué no volvemos a casa y hablamos? Te daré el dinero ahora, pero ¿podemos hablar? ¿Por qué nos estamos despiendo de esta manera?
Walter sabía que lo mejor que podía hacer era no discutir. Tan solo estaba intentado ganar tiempo de cualquier forma posible para convencer a Jesse de que se quedara. No podía renunciar a él. Simplemente no podía.
-¿De nuevo con esa basura?- se alteró Jesse ante el desvergonzado intento de persuasión-. ¿Sabe qué?, bien. Hagamoslo a su manera. A la manera de la perra se hará- reafirmó echando a andar furioso por el bordillo de cemento que cruzaba por los árboles.
Debió imaginar que no sería tan fácil.
-Voy a irme, señor White- le comunicó, esperando a que el susodicho lo alcanzara-. Jane y yo nos iremos a otro condado. Queremos independizarnos y empezar una vida juntos. Nos gastaremos el dinero en diversión. Piense lo qué quiera, pero el dinero es mío al fin y al cabo. Yo me lo gané. Y en cuanto a lo de mantener contacto, no lo creo posible. Sería demasiado riesgoso.
-Por favor, solo un minuto para hablar-
pidió Walter desesperado, buscando encontrar algo, algún argumento, la idea perfecta, la frase magica que hiciera cambiar de parecer a Jesse.¿Qué podía hacer? ¿Qué mas podía decir?
-Te he tenido bajo mi cuidado, ¿Es esto lo que recibo a cambio?
Bajo la luz de una de las farolas del parque, Walter lloraba. Estaba frustrado, confundido, dolido de la desición de Jesse. Todo iba mejor cuando eran ellos dos solos.
-¿Cómo me traicionas de esta forma?
Jesse se frenó al reconocer el llanto del señor White. Bien. Las cosas no solo no iban bien, sino que empeoraban.
-Escuche...- titubeó, relamiendose los labios, ansioso por seguir en su juego tonto de ser el rudo, cuando en realidad, lo último que quería era separarse de él.
Trabajar y pasar tanto tiempo juntos los había orillado a una codependecia demasiado fuerte y desastrosa de la que no habían podido deslindarse, hasta ese momento.
-No lo estoy traicionando, ¿De qué forma cree que lo traiciono?- cuestionó, mirando confuso hacia las copas de los árboles para no tener que enfrentar la seria y profunda mirada frente a él-. Ya hicimos mucho dinero, ¿Para qué seguir poniendo en peligro nuestras vidas?...Gus no es un tipo de fiar. Y usted tiene a su familia, piense en eso antes que nada. Ocupese de ellos y deje que yo me vaya.
Enormemente afligido, Walter se encogió de hombros y respiró con fuerza, para calmarse.
-Tienes razón, Jesse. Tienes toda la razón- metió la mano en el bolsillo y sacó la tarjeta de depósito que Saúl le había preparado con anterioridad-. Aquí está tu parte. ¿Qué vas a hacer con el dinero?
Se acercó a Jesse y le dio una amistosa palmada en la espalda. Por lo visto no había nada más que pudiera hacer.
-Por favor prométeme que te cuidarás.
-Lo haré- respondió Jesse, cortante al tener la tarjeta en sus manos.
Sus pies se negaban a moverse, a pesar de que ya tenía lo que quería.
-Compraré una casa en alguna parte para mudarme con Jane. Partiremos mañana mismo- no sabía por qué estaba contándole sus planes, pero en cierto modo sentía que se lo debía-. Adiós, Señor White- se despidió solemne, no queriendo alargar más las cosas.
Era doloroso de alguna forma. Ellos dos habían sido más que un buen equipo, pero Jesse debía seguir adelante y formar una vida junto a Jane.
Así eran las cosas.
Así debían ser.
Walter observó a Jesse en silencio, a sabiendas de que estaban por tomar caminos separados y que no había retorno.
Inspiró hondo, limpiándose las gafas con el antebrazo antes de hacer un leve ademan de despedida.
-Muchas gracias, Jesse. Por todo. No lo olvides. Si necesitas algo que sea cualquier cosa...estoy aquí para ayudarte.
Jesse no respondió, el nudo en su garganta le impidió hacerlo.
**El regreso a casa fue terriblemente largo. En más de una ocasión Jesse había querido mirar atras y devolverse.
Pero ya nada de eso tenía caso. El señor White merecía algo mejor en su vida. Cada uno tenía que seguir por su lado.
Ya en casa Jane lo recibió con una botella de champaña y algo de heroína que preparó en una cuchara con ayuda de un filtro de cigarrillo y agua templada.
Jesse se estaba acostumbrando a esos viajes. Asi qué no lo pensó mucho cuando Jane, tras deslizar un rato el encendedor bajo el utensilio, se ofreció a pincharlo.
Antes de que pasarán cinco minutos, los dos estaban pasándolo en grande. Era su fiesta pre partida. Por la mañana empacarían sus cosas y se largarían muy lejos.
Con ese pensamiento, Jesse se quedó profundamente dormido.
Le costó bastante despertar. De nuevo lo acometieron los efectos secundarios de aquella droga. Y cuándo quiso preguntarle a Jane cómo se sentía, se encontró con su cuerpo inerte junto a él. Los ojos vidriosos y algo de vomito seco escurriendo de su boca.
-¡Oh, Dios, no!- gimió Jesse, empalideciendo, sacudiendola una y otra vez, cegandose a la realidad.
Una sórdida que lo había acompañado desde hace varios años.
Todo lo que se le ocurrió en ese momento, fue llamar al señor White. ÉL sabría qué hacer, él podría ayudarle.
-¿Jesse? ¿Qué ha pasado?- le atendió Walter a los pocos segundos. Su voz sonaba ansiosa
-Yo...- gimoteó Jesse, mordiéndose los nudillos y mirando el cadáver sobre la cama-. Es Jane. Esta muerta y es por mi culpa.
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No me abandones.
FanfictionJesse siente que toca fondo, y solo hay una persona capaz de ayudarlo. Breaking Bad. [WalterxJesse]