Capítulo Único.

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Viernes de vacaciones.

El calor del verano es intenso, despues de pasar algunos minutos bajo los rayos del sol la piel comienza arder así que, procura pasar la mayor parte del tiempo debajo de las carpas con tejados de palma o cerca del bar abierto que se encuentra a la mitad de la playa. Viste un delgado sombrero tejido, decorado con una linea de listón azul rey por la circunferencia, lleva también unos lentes de sol oscuros y para dejar que la pobre brisa del día le refresque, luce un holgado short con estampado de palmeras rojas y blancas, y una camisa blanca que se ondea con el viento.

Goza la vista que tiene a la luz del día. Una costa tranquila, el mar parece estar relajado porque el movimiento del agua no produce oleajes fuertes. A lo lejos mira como Spreen y Cellbit se quejan por ello, tienen dos tablas de surf entre las manos y parecen mirar con recelo la marea tranquila.

Deja ir una risa pequeña mientras ve a los hombres mortificarse por el asunto. Mueve la vista y encuentra a Forever junto a Jaiden a la orilla del mar, tienen el traje de baño puesto y ambos parecen disfrutar del agua fresca que les llega a los tobillos.
A lo lejos nadan Mariana, Slime y Badboy.

Da un trago a la bebida sin alcohol que pidió hace un rato y nota que está por acabarse, así que se lamenta porque cree no haber disfrutado lo suficiente.

— ¿Qué tal la estas pasando? — Preguntan a su espalda, rápidamente se gira para mirar a su interrogante.

— Fantástico. — Responde alegre.

—No te vi con los demás, pensé que te habías ido a la cabaña.

— Las bebidas están muy buenas wey, me gusta estar bajo el sol pero prefiero no hacerlo durante mucho tiempo porque luego termino como duvalin — Se ríe y Quackity con él.

—Está bien, cuando el sol baje habrá un mini torneo de vóleibol playero. Ya hay algunos equipos formados ¿te gustaría jugar?

Roier lo piensa un poco, los deportes no son lo suyo, pero accede porque antes ha participado en algunos mientras estaba en la preparatoria, o sea hace mucho.

—No viene mal intentarlo...

Quackity lo anima dando palmadas en su espalda y exagerando lo genial que lo va a pasar si acepta participar, después se despide de él excusándose con un buen anfitrión debe asegurarse que sus invitados estén cómodos.

Roier camina hasta acomodarse en una de las sillas playeras que hay en un área del bar, la relajación es tan profunda que cae dormido. Con el sombrero cubriendole el rostro y los brazos tras la cabeza, reposa esperando el atardecer.

Las vacaciones que se encuentra disfrutando empezaron hace cinco días, una semana entera de satisfacción en una isla lejana a la que Quackity los invitó a él y otros amigos a celebrar su cumpleaños veintisiete. Todos los días han sido una gloria. Agradece la fortuna de Quackity, porque ha reservado cabañas individuales para cada uno con el motivo de que disfruten íntimamente las atracciones de la Isla.

Y vaya que lo han hecho.

La Isla no es privada, pero ciertamente se requiere de una buena cantidad de dinero para llegar a ella, por lo que las personas extranjeras no son muchas, si acaso algunos brasileños o franceses que pueden costearse el viaje y las reservaciones.
Ese motivo y muchos más son la razón de que esas vacaciones sean las mejores que ha tenido en su vida.

Al despertar el sol parecía descender del alto cielo y todos sus amigos se reunían al rededor de una pequeña red de vóleibol entre dos tubos clavados en la arena.

Se dividían en cuatro equipos de cinco personas cada uno. En el suyo estaban Quackity, Missa, Cellbit y Jaiden; saber que ninguno de los cinco tenía conocimiento especializado en el vóleibol de playa lo hizo sentir reconfortado. Si cometía errores no iba a ser el único despistado.
Esperaba que al menos, nadie tomara enserio el juego, no tan enserio como lo haría Spreen.

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