⁶|Sumiso y dispuesto a obedecer

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—¿Ansioso, lobito? —ronroneó Win, haciendo a Bright prestar más atención.

—¿Uh?

—Sé te van a salir los ojos o me vas a hacer un hueco en la cara, si sigues viéndome así —Win sonrió ladino y Bright volvió a desenfocar la mirada.

Adorable lobito. Así es como quiero que me veas cuando te monte.

Bright no pudo evitar ruborizarse, ni siquiera sé había dado cuenta de que se quedó viendo fijamente a Win. Intentó balbucear algo, pero nada salió de su boca, más bien algo entró. Win se había inclinado hacia adelante en el reducido espacio —¿Por qué tardaba tanto en llegar a destino el elevador?— y besado a Bright sin pedir permiso o dar aviso. Los calientes labios que ya habían estado en su polla antes, hace dos semanas, ahora devoraban su boca, hambrientos y furiosos. Con Win nada era suave y con cada acción iba dándose cuenta de eso.

A Bright le tomó un momento darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Estaba siendo besado por un hombre, ¡un hombre! Y ya sea que fuera normal o no, no estaba enloqueciendo, no se estaba apartando y no se sentía horrible como había esperado, pero de nuevo, ya había tenido esos gruesos y rosas labios en su polla dura y ese aliento caliente sobre sus pelotas antes, un beso no era nada en comparación, pero estaba provocando el mismo efecto. Placer y anticipación creciendo dentro de Bright como espuma que aumenta y aumenta.

¿Estaba algo mal con Bright? Estaba deseando enterrarse de una vez por todas en el culo de este hombre hermoso.

Trató de seguir el beso después de unos momentos, pero tan rápido como había comenzado, también terminó y Win volvía a sonreír de esa manera ladina frente a Bright.

—Ya quiero tener esos deliciosos labios sobre todo mi cuerpo —declaró Win y nuevamente la traidora polla de Bright cobró vida en sus pantalones y dijo hola, palpitando.

—Aún no me has dicho cómo vamos a hacer esto. No... no sé si va a estar bien. No sé si pueda.

—¡Oh lobito! Podrás, lo sé. Tú puedes estar en negación aún, pero tu polla me quiere y yo quiero tu polla, dura y firme dentro de mí, cogiéndome sin piedad.

Win frotó su pequeña mano sobre el bulto en los pantalones de Bright y la respiración de Bright se enganchó en medio de una inhalación que resultó más dolorosa que si estuviera respirando fuego, no es que Bright supiera lo que se siente respirar fuego, pero se hacía una idea.

Demasiado pronto, o demasiado tiempo después, llegaron al loft del último piso. Amplio, elegante y muy... muy Win —pensó Bright—. Con el típico aspecto en cuero de la oficina en el casino Souri.

Win se dirigió al mini bar y sirvió un par de tragos, dándole uno a Bright y guiándolo hasta la estancia y ofreciéndole asiento en un sofá de dos plazas.

—No eres mojigato, Bright. Sabes cómo funciona el sexo y ya te he hecho saber algunas de mis preferencias, así que no le veo demasiado problema —Win lamió sus labios, después de darle un trago a su bebida— tampoco estás siendo obligado a nada, porque ya comprobamos que tu polla no es indiferente a mí. Te gustará.

—¿Y si es demasiado malo? ¿Si no te gusta?

lobito está preocupado por complacerme. Tan dócil.

—Bien, basta de charla. Eres tan sumiso que me prende y me estoy poniendo duro y solo quiero que te desnudes y me folles de una buena vez.

Win apartó ambos vasos a un lado, en la mesita, y se sentó a horcajadas sobre Bright, acechándolo y estudiando cada reacción de su cuerpo y sí que reaccionaba.

Bright estaba jadeando entre respiraciones y su polla ingrata, palpitaba caliente y dura contra el trasero de Win por debajo de toda la tela que los separaba, como si quisiera cavar un hoyo y encontrar su camino al apretado culo de Win. Se quedó inmóvil y esperó lo que sea que Win quisiera hacer, mientras escuchaba su pulso latir en sus oídos y respiraba el dulce aliento de Win sobre su cara.

—Vamos lobito. Tócame.

Bright levantó las manos tentativamente y acarició la cintura de Win, sobre la seda de la camisa. Sintiendo el calor de la piel por debajo y ahogando un gemido, cuando Win molió sus caderas contra su polla.

—Más fuerte lobito. No tengas miedo de hacerme daño, apriétame tan fuerte que queden marcas sobre mi piel.

—¿Estás... estás seguro? ¿Y si te duele?

—Me gusta el dolor. Vamos, no tenemos toda la noche. ¡Hazlo! —demandó.

Bright no era capaz de resistirse a ese tono autoritario y menos a la sedosa voz sobresaltada. Enterró con temor los dedos en la pequeña cintura con un poco de fuerza y Win gimió de gusto contra su oído, moliendo más rápido su trasero contra la entrepierna adolorida de Bright.

—Más fuerte lobito —exigió Win y chupó el lóbulo de la oreja de Bright, apretándose más contra él y mordisqueando fuerte la piel de su garganta.

Bright gimió ronco por la descarga de placer que sintió al escuchar la orden y puso más fuerza en su agarre, empujando a Win hacia abajo y hacia adelante para que se frotara más cerca de él, más duro contra su polla desesperada.

¡Puta madre! Se siente bien, muy bien, una voz repetía una y otra vez dentro de la cabeza de Bright.
Win le devoró los labios y Bright se encontró a sí mismo amasando todo lo que se encontraba al alcance de sus dedos, con tanta fuerza que sabía, dejaría moretones a la mañana siguiente, pero le gustaba, le gustaba que a Win le gustara y le gustaba que se lo haya pedido, o más bien exigido. Apretó cintura, caderas y nalgas como un desesperado hambriento, como un ladrón aferrándose a un botín.

—Sí, eso es. Así. Eres bueno lobito, muy bueno.

La aprobación en las palabras de Win, encendió el fuego dentro de Bright y gruñó con fuerza, mientras mordía la mandíbula cincelada de Win y respiraba el peculiar aroma dulce de su piel. Quería más, necesitaba más.

Besó con más fuerza y apretó hasta rayar en el dolor de sus propios dedos.

—Chúpame Win. Chupa mi polla, ahora.

—Pídelo, ruega por ello y te lo daré. Sé un buen chico y suplica por mi boca y cuando termine, estarás rogando por mi culo.

Bright guardó silencio. Estaba demasiado ido, respirando con dificultad para poder juntar dos palabras juntas. Algo en cómo Win exigía, en cómo le ordenaba y en cómo sonaba su voz hacía a Bright querer obedecer y el hecho de que obtendría una recompensa por su obediencia lo hacía todo más excitante, más alucinante.

Bright se sentía suave frente a este hombre y no le disgustaba sentirse así. Sumiso y dispuesto a obedecer y obtener un premio como una buena mascota.

—Por favor Win. Quiero mi polla en tu boca, haz que me corra, quiero correrme y déjame llenar tu boca con mi leche.

Desde ahí todo fue un borrón. Win mamó la polla de Bright hasta que sus dedos de los pies se curvaron y sus ojos giraron hacia atrás en sus cuencas y se corrió, manchando con cremoso semen los rosados labios de Win.

Cuando Bright volvió de la bruma del orgasmo, Win estaba totalmente desnudo y al parecer, él también, sobre una cama, un poco demasiado grande y con las manos atadas al cabecero.








Cuando Bright volvió de la bruma del orgasmo, Win estaba totalmente desnudo y al parecer, él también, sobre una cama, un poco demasiado grande y con las manos atadas al cabecero

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Diooooossss
Amo a Win dominante 😳

INTERESES  ლ [Adap. BrightWin]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ