II (Miércoles)

5.4K 591 213
                                    

💚

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

💚

Pasé unos minutos corriendo de los dormitorios a las aulas, sintiendo como mis dedos se congelaban. Era demasiado temprano, hacía demasiado frío, debí revisar con cuidado la hora antes de salir corriendo por creer que se me había hecho tarde. Me abracé a mi mismo cuando crucé la entrada principal de la escuela, al menos ahí estaba cálido, pero las luces ni siquiera estaban encendidas del todo. Qué más da, esto me pasa por no revisar la hora.

Tiritando llegué al aula, al menos podría refugiarme contra el frío en mi asiento, mientras esperaba a mis compañeros y al profesor Aizawa.

Estando sentado abracé mi mochila y me escondí en la capucha de la sudadera, metiendo mis manos en la parte de las mangas que me sobraba. Sonreí al darme cuenta que la sudadera que alcance a tomar ni siquiera era mía, Kacchan me la prestó la semana pasada. No pude evitar abrazarme más fuerte y dar un bailecito de emoción; la sudadera que olía tan bien y era tan calientita es de mi novio. Solo pensar que Kacchan es mi novio me hace sentir más feliz.

—¿Zuzu, qué haces aquí tan temprano?

Esa voz me hizo dar un salto por el susto, luego uno de emoción, Kacchan estaba solo, de pie en la puerta del aula. Salí de mi sitio y corrí hasta él, mi corazón saltó de felicidad cuando él me extendió sus brazos, no pude evitar saltar para abrazarlo, no esperaba que él me cargará.

—Buenos días, Kacchan —murmuré aferrándome a su cuello.

—Buenos días, Zuzu —respondió acariciando mi cabello— ¿Qué haces aquí tan temprano?

Se movió por el aula, conmigo abrazándolo como un koala, podría quedarme así el resto del día o de la vida quizás. Llegó a sentarse en su sitio, conmigo en sus piernas.

—Hace mucho frío —me quejé escondiéndome en su pecho—. No ví el reloj y creí que se me había hecho tarde, pero es muy temprano.

—Aún faltan veinte minutos, puedes dormir mientras tanto.

Mi corazón se derritió, Kacchan me acariciaba con suavidad el cabello, mientras tarareaba una suave canción. Me acurruque contra él, podría aceptar su oferta, pero deseaba tanto tener algo más de mi novio, tanto que no pude resistir tomar su rostro entre mis manos. Él es tan guapo, todo músculos y piel tan suave, con unos ojos amenazantes que a mí me miran con tanto cariño.

Lo besé en la frente, eso lo sorprendió; bajé a su mejilla y sentí que puso sus manos en mi espalda. Junte nuestras frentes y dejé un beso en sus labios, para después ocultar mi rostro en su cuello. Aún no me acostumbro a los besos, muero de nervios cada vez que estamos tan cerca, él lo sabe y me da mi espacio, pero hoy parece que yo solo me metí a la boca del lobo.

Sentí su mano en mi mejilla, me obligó a mirarlo, tenía una sonrisa cautivadora que mostraba sus dientes blancos. Dios este chico es tan guapo, gracias por darme un novio como Kacchan.

Se acercó despacio, yo lo imité, dejé otro beso suave en sus labios, pero él me atrapó.

—Solo relájate, Zuzu —me susurró en los labios.

Cerré los ojos al darme cuenta de lo que quería hacer, nunca íbamos más allá de besos rápidos, yo no tengo la fortaleza para besar a Kacchan cómo en las películas, pero él quería hacerlo, así que resistiría hasta el final.

Nos unimos en un beso, algo suave al principio, pero Kacchan se mantuvo en mi boca, uniendo nuestros labios en una especie de lucha extraña. Él me mordió el labio, en mi impresión abrí la boca, pude sentir su lengua, húmeda y resbaladiza. Algo extraño estaba sucediendo con cada beso, mi cuerpo se sentía caliente y deseoso de algo, aunque no sé con exactitud que deseaba.

—Kacchan —dije intentando detenerlo, pero él sujetó mi cabello y metió su lengua de nuevo.

Mientras luchaba por respirar, algunas risas se escucharon en el pasillo.

—Es Kaminari —susurré.

Kacchan se puso de pie de un salto, conmigo sobre él, con todo el cuidado que pudo reunir en medio de sus acrobacias me dejó en mi sitio. Se dió la vuelta, al parecer calculó mal sus pasos, porque el pobre cayó de cara al piso.

Lo llamé con un grito y me levanté para ayudarlo.

—¿Midoriya, Bakugo? —preguntó Kaminari desde la puerta— ¿Qué hacen aquí tan temprano?

—¡No es asunto tuyo, rata eléctrica! —gritó Kacchan. Se zafó de mi agarre y volvió a su sitio.

—¿Tan temprano y ya están peleando? —se unió Kirishima.

—No es nada, Kirishima —dije con una sonrisa, intentando ocultar mi rostro en la capucha.

—No engañas a nadie Midoriya, estás rojo y respiras raro, si Bakugo empezó otra pelea lo acusaremos con Aizawa —siguió Kirishima con una expresión extrañamente seria.

—¡No empecé una maldita pelea!, ¡Deku dijo que no es nada, cierra la boca! —regañó Kacchan.

El par de chicos que no se creían el cuento de chico malo de Kacchan lo ignoraron y se acercaron, comenzando una extraña conversación sobre lo poco varonil que era comenzar peleas sin motivo.

Aún faltaba un poco para la clase, tal vez si podría dormir al menos diez minutos. Me acomodé, y al mirar hacia abajo pude ver que Kacchan me ofrecía una mano por detrás de su sitio, la tomé sin dudar, si no podía seguir entre sus brazos, al menos me quedaba poder sentirlo cerca.

.
.
.

La clase A y el misterio del Wonder duo [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora