Capítulo 1

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Un par de miradas.

~•~

Tal vez, solo tal vez, sus ojos
si habían volteado a verme
solo a mí.

Tal vez, solo tal vez, sus ojossi habían volteado a verme solo a mí

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Sam.

Olimpíadas.

Aquella festividad colegiala en donde todos los alumnos se quedan bajo el sol de manera masoquista mientras huelen olores ajenos, ven personas que jamás han visto en todo el ciclo escolar y se ridiculizan ďe la manera más estúida posible en bailes innecesarios creyendo que la rompen.

Y pues, estamos aquí, en las de mi colegio.

«Y todo es un maldito desastre».

Las cosas andan de aquí por allá, nuestra tutora está muy ocupada, tanto que desprendía estrés, iba de un lado a otro, mis amigas y yo estamos poniéndonos nuestros equipos en el salón, nuestros compañeros varones estaban molestos afuera.

«Todo iba según lo planeado».

Una red flag que tengo, es que me encanta, pero me encanta fastidiar a las personas hasta el nivel de que lleguen a molestarse.

  «Genial, ¿No?»

—¿Pueden apurarse? —gritó un compañero desde afuera.

—¡Ya deja de joder! —le respondí mientras terminaba de ponerme los zapatos.

—Ayúdame —se me acercó Maydel para que la ayudara con la bincha rebelde que se le había atorado en el cabello.

—Desde hoy detesto las binchas —la ayudé rápidamente y me quedé observando como ayudaban a nuestra madrina de deporte, ella se maquillaba mientras una madre de familia la peinaba y otra compañera le arreglaba la falda. 

 «Esto será divertido»

Tardamos una media hora más en salir «Apropósito». Ya que los hombres estaban fastidiando mucho.

—Como si fuera la gran cosa —dijo uno de ellos haciendo que prestara atención a su plática.

—¡Está hermosa, idiota! —le grité y le dí un golpe en la frente con el dedo.

—Eso estaba diciendo —me respondió de mala gana, estaba a punto de darle otro golpe hasta que Danna me tomó de la mano y me llevó afuera a jalones.

—Cálmate, o te golpearé.

—Ni pegas duro — le dije mirándola con mala cara hasta que empezó a reír.
«Como amo a esa niña»

—Pues bien, acosemos gente.

—Claro, y la acosadora soy yo —le dije mientras caminábamos por el pasillo.

Una Ilusión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora